Churrisco: “El humorismo cubano necesita directores”

Octavio Rodríguez, "Churrisco" (1947-2019).

Octavio Rodríguez, "Churrisco" (1947-2019).

“Actualmente hay diversas tendencias humorísticas en Cuba y estamos mejor que hace diez años atrás, cuando los centros nocturnos de La Habana estaban tomados por espectáculos de muy bajo nivel artístico y cultural. El humor es muy importante, es la sal de la vida, pero esa sal tiene que ser yodada. Debe exigirse calidad y estilo”, dice Churrisco.

OnCuba conversó con Octavio Rodríguez, quien encarna desde hace décadas al popular personaje de Churrisco, llevando a la pequeña pantalla nacional al funcionario típico de la burocracia estatal cubana.

Para el actor y presidente de la sección de humoristas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el humor en Cuba está pasando por una etapa superior en comparación con épocas anteriores, pues refleja una teatralización de los espectáculos y cuenta con mejores escritores dentro del Centro Promotor del Humor.

No obstante, reconoce que la comedia cubana ha ido despareciendo de nuestra escena y ya no son comunes las producciones al estilo de Se permuta o Los pájaros tirándole a la escopeta, lo cual ha provocado un vacío en el cine cubano y un daño al costumbrismo nacional en el séptimo arte.

“Las películas cubanas actuales tienen un dramatismo que tiene que ver con los nuevos tiempos, pero a veces es excesivo. Y en los teatros se están haciendo muchas presentaciones humorísticas, pero no todas constituyen buenos espectáculos. Un show debe tener una coherencia real de principio a fin. Eso no sucede siempre.

“Hay lugares donde el espectáculo está montado sobre prácticas muy grotescas, y abundan artistas con shows basados en obscenidades y malas palabras. Puedo asegurarte que eso los invalida para trascender en Cuba y en el extranjero”, agrega.

Foto: Cortesía del entrevistado.
Foto: Cortesía del entrevistado.

Según Churrisco, al humorismo cubano le está faltando directores que conozcan bien el género y establezcan pautas que garanticen el éxito de cada presentación: “En el teatro se ve mayor rigor, pero en los centros nocturnos sucede todo lo contrario porque no hay productores ni directores. ¿Quién dirige el show en esos lugares? El gerente. Es probable que estén capacitados para dirigir la gastronomía, pero no un espectáculo artístico”.

“Muchas veces los gerentes te piden que te metas con la gente y les digas groserías, o que califiques de jinetera a la dama que acompaña a un extranjero que quizás es su esposo. Y lo mismo piden con los negros, los gays. No se puede olvidar que los turistas acuden en masa a los centros nocturnos, y la imagen que se pueden llevar del humor cubano es espantosa si solamente se muestran obscenidades. Este es un género con una tradición que debe respetarse y hacerlo crecer”, opina el artista.

Churrisco habla también de la tradición artística en su familia y de su tío, Leopoldo Fernández, creador e intérprete del personaje José Candelario (Tres Patines) del programa radial La tremenda corte, que se emitió en Cuba antes del triunfo revolucionario y aún continúa escuchándose en 16 países de América Latina.

“Muchos piensan que el humor es un género diminuto. La palabra humorista surgió para dignificar un poco la profesión, pero en realidad somos actores cómicos que debemos poseer una cultura que respalde nuestro trabajo”, dice. En su opinión, la inteligencia del comediante radica en saber lo que hay que decir y en el momento preciso. Cree que nadie tiene la receta para ser buen actor cómico, pero la persona que se lance a ese mundo debe ser inteligente y tener buena presencia.

Con 40 años de vida artística Churrisco ha participado ya en 54 giras internacionales, entre las que sobresale Estados Unidos, donde se ha presentado en varias ocasiones ante el público cubano de ese país: “Haber logrado trascender fuera de Cuba se debe al hecho de haber sido muy nacional. Mientras más nacional seas, más internacional serás. Y presentarme en Miami ha sido una experiencia extraordinaria porque siempre se nota mucho respeto y admiración”.

“Es muy sabroso trabajar para un público ávido de ver algo diferente a lo que ya tienen. Ahí entra también la nostalgia del que vive fuera de Cuba. El público de Miami es muy bueno, receptivo, atento, hospitalario. Sabe que puede verte hoy y luego no hacerlo más en largo tiempo”.

A propósito de las mujeres en el humor cubano, Octavio Rodríguez cree que no ha sido un género muy justo con ellas y no se les ha dado el lugar que merecen debido al machismo intelectual: “Los guionistas escriben para hombres y es más fácil poner en un programa a un hombre vestido de mujer”, dice.

¿Crees que el humor está suficientemente representado en los medios de comunicación cubanos? ¿Existe un balance adecuado de programaciones humorísticas y espacios?

Foto: Cortesía del entrevistado.
Foto: Cortesía del entrevistado.

En la radio hay uno solo: Alegrías de sobremesa. Y este medio solía tener programas extraordinarios. También recuerdo que en la televisión había un espacio humorístico todos los días en horarios estelares. Actualmente hay más interés, pero lo que se paga a los guionistas es muy poco. Además, hay muchas restricciones e irrespeto. Por ejemplo, he hecho monólogos de ocho minutos para la televisión y me los han dejado en tres. O sea, los han editado sin contar conmigo.

Esa práctica se va por encima de la censura, porque a veces lo que eliminan no tiene nada que ver con el chiste político ni con groserías, son cosas que el director decide arbitrariamente. Yo no tengo miedo a hablar, pero entiendo que en Cuba hay temas sensibles, como los símbolos patrios.

¿Sientes que existe rigor en el humor cubano actual? 

Yo he sido un hombre bastante libre a la hora de escoger dónde trabajar, qué hacer, cómo hablar, y con quién hacerlo. El humor puede ser muy lucrativo, pero debe haber rigurosidad, y desafortunadamente, esa seriedad se burla con la corrupción. Hay quien paga para entrar en las empresas y tener un estatus artístico legal.

En ocasiones los medios cubanos crean falsos artistas que luego no hay quien los pare. Tiene que acabarse el comediante de internet, así como la tendencia a descargar chistes de la web y ponerle un simple ambiente musical. Debemos ser cuidadosos a la hora de presentar nuevas figuras en los escenarios, pues hoy día cualquiera llega a determinado espacio y se cree que es artista.

A mí me llamó mucho la atención el hecho de que Sonando en Cuba y Bailando en Cuba fueran muy exigentes con los muchachos que concursaban. Me gustaría que apareciera Riendo en Cuba, y que los que suban al escenario a hacer humor tengan una verdadera calidad. Creo que Cuba y el humor cubano lo necesitan.

 

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