Ayer quedó inaugurada en la Biblioteca Nacional “José Martí”, de La Habana, una exposición fotográfica sobre la suiza Enriqueta Favez (1791-1845), quien ejerció la medicina a contrapelo de las normas sociales en la Cuba del siglo XIX.
Realizada por el fotógrafo William Oceguera, la expo “Favez” surgió de una idea de los artistas Liliana Lam y Alberto Corona, quienes llevaron al teatro una obra sobre Favez a partir del libro Por andar vestida de hombre, del historiador Julio César González.
En la Biblioteca se encuentra el original del periódico La Administración. que en 1860 publicó el juicio contra Favez en varios fragmentos, con el título de “Causa célebre”, dijo González.
Apuntó que las fotografías llevan el sello de William Oceguera y la curadora Shirley Moreira. La exposición contó con el apoyo de la Cooperación Suiza en Cuba, el Centro Félix Varela, la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades y Argos Teatro.
Casada a los 15 años, viuda poco tiempo después, con una hija que murió a los días de nacida, Favez cambió sus ropas y utilizó el rango del esposo para estudiar Medicina en París.
Antes de llegar a Cuba estuvo al servicio de las tropas napoleónicas como cirujano. Retó todas las normas y preceptos establecidos para las mujeres de su tiempo al tener que travestirse para poder ejercer como médico.
Rompió barreras raciales al prestar servicios a personas negras y se casó con otra mujer: Juana de León, por lo que fue enviada a prisión.
Sus últimos años transcurrieron en Nueva Orleans, donde vivió en un convento como la Hermana Magdalena. Ofreció servicios de salud a los pobres para luego ejercer como misionera en México.
Dos siglos después en Cuba varios artistas se han acercado a su vida: Fernando Pérez y Laura Cazador con la película Insumisas; Rolando Almirante con el documental Enriqueta y Adela; Tanya con la canción Libertad disfrazada; Tony Díaz con la obra teatral Escándalo en la trapa; y José Villa Soberón con una escultura.