Hay cierta magia sombría que te acoge en la obra de William Oceguera (Willo), en sus fotografías con tonos oscuros que, pese a la austeridad, logran contrastar las luces para no ensombrecer el retrato y mostrar diversos matices y mensajes.
Aunque su paso por la fotografía comenzó recientemente, el contacto con el arte no le ha sido esquivo a este joven cubano, quien confiesa que “antes de llegar a la fotografía tuve mucha influencia de las Artes Plásticas, desde niño siempre tuve inclinación por el dibujo y la pintura, llegando a recibir clases en talleres de casas de culturas municipales y en 2013 me gradúo en uno de los cursos de dibujo y pintura que ofrecían en aquel tiempo la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA), por lo que siento que mis imágenes tienen mucha influencia de las Artes Plásticas”.
“Pero mi formación más a profundidad fue a inicios del 2014 en los cursos que imparte en lo que aquel momento se llamaba Academia de Arte y Fotografía Cabrales del Valle, actualmente Casa del Fotógrafo Cabrales del Valle”, lugar que despertó la pasión del joven artista por el mundo de las instantáneas: “aunque en un inicio no me lo tomé tan en serio, poco a poco fui acercándome hasta llegar al punto donde estoy hoy; vivo por y para la fotografía”, precisa.
Sin embargo, ya en aquella época se podía advertir el interés de Oceguera por reflejar los misterios que encierra la condición humana a través de lo corpóreo, expresiones que usa para trascender el retrato en la fotografía y adentrarse en diversos mundos a través de lo físico, como lo demuestra en su muestra personal Endógeno, que puede apreciarse por estos días en la web.
En esta muestra, el fotógrafo se vale solo de su cuerpo, la cámara, el rejuego con las luces y sus imaginarios personales para exorcizar obsesiones y tormentos llevando el autorretrato hacia el mundo que habita en su mente.
“El retrato y el autorretrato por el momento definen mi trabajo fotográfico; es el género con el cual me identifico más. La figura y el cuerpo humano, y todo lo que representan, me han cautivado y poder captar la esencia de la persona retratada me parece fascinante, además que me gusta teatralizar la imagen, recrear personajes, sentimientos, momentos; así sucede también con el autorretrato”, nos cuenta.
¿Y cuándo se fotografía?
El autorretrato, para mí, es un modo de expresión, además me motiva la idea de que por mi propia cuenta y a través de mí pueda interpretar un concepto, una idea, llegando al autoconocimiento y la exploración personal.
Sucede también que para el retrato se depende de otra u otras personas; en cambio, en el autorretrato no, porque yo siempre me tengo disponible y quizás me sea más fácil e interesante poder desarrollar una idea preconcebida conmigo mismo, y quién mejor que yo para lograr entender y sentir lo que pretendo reflejar o decir a la hora de crear una imagen.
De ahí la idea de Endógeno, presentada en Galería Instantáneas Prisma…
Endógeno surge a partir de la composición y confección de la muestra en sí; son un total de 20 imágenes que resumen tres series fotográficas, las cuales no muestro totalmente, sino una representación de las imágenes más significativas, desde mi punto de vista como creador.
Las series que integran la muestra son, Musas Oscuras con siete imágenes; Alien, con 10 imágenes e Intimidades, con tres imágenes, logrando entonces las 20 expuestas.
Galería Instantáneas Prismas surgió a inicios de este año; de ella formamos parte varias personas que de alguna forma tenemos un vínculo directo con las Artes Visuales. El espacio funciona, por el momento, de manera virtual a modo de galería expositiva, pero también dentro del mismo portal publicamos artículos, entrevistas y curiosidades sobre nuestra escena artística.
Contamos con páginas en redes sociales que complementan de manera actualizada la información expuesta en el portal web. Se han inaugurado hasta la fecha dos exposiciones: la primera fue una muestra colectiva dedicada a la mujer y la segunda fue la muestra personal Endógeno, y ya lanzamos la convocatoria para una tercera exposición que será colectiva, y cuyas bases se encuentran disponibles en el sitio web de la galería.
Este es un espacio que no sólo funciona para artistas cubanos, sino para internacionales también y parte de nuestros objetivos es difundir y dar a conocer el buen arte fotográfico, pero no descartamos la inclusión de otras manifestaciones del arte.
En los últimos tiempos hemos visto una mayor apuesta de los fotógrafos del país por el trabajo en estudio, algo que también caracteriza tu obra. ¿A qué crees que se deba este fenómeno?
Quizás se ha generado esta forma de trabajo a modo de tendencia, también por influencia de otros referentes del arte y de las redes sociales, que cada día están teniendo un mayor uso e impacto en el desarrollo de cualquier actividad.
Considero que el trabajo en estudio es un poco más pausado y pensado —al menos en mi caso—, tal vez eso posibilite que haya mayor libertad creativa, cosa que fuera del estudio o fuera de espacios interiores se dificulta un poco, pues se depende de condiciones, como las climáticas y de horario, para el desarrollo del trabajo fotográfico.
Y en el caso, por ejemplo, del trabajo con actores, más allá de la promoción de imagen, también se deba a la capacidad histriónica que nos pueden ofrecer cada uno de ellos.
También un mayor acceso a equipo fotográfico y la posibilidad de estudiar fotografía de manera empírica hace que surjan más exponentes. Entonces, ¿cómo lograr un discurso propio?
Eso depende mucho de lo que uno como artista quiera expresar; hay que estar constantemente estudiando el fenómeno de la fotografía, para evitar repetirse o caer en lo banal, y que el trabajo no se vuelva monótono o aburrido.
El hecho de que a diario surjan nuevos colegas exponentes obliga al artista a pensar mucho más sus conceptos y la estética visual que quiere mostrar o desarrollar, para así diferenciar el trabajo logrando entonces cierta independencia visual.
El estudio y la práctica constantes hace que se perfeccione la técnica y así también el resultado, y a medida que esto vaya sucediendo pues entonces se irá definiendo nuestro discurso.
Sin embargo, este incremento de artistas del lente no va a la par de los espacios existentes para exponer
Siento que el tema burocrático y económico-social en Cuba juega en contra de los nuevos exponentes, y me incluyo, por lo que en ocasiones se acude a espacios alternativos, ya sean galerías improvisadas o locales que objetivamente no funcionan como galerías, pero que no dejan de ofrecer la posibilidad de exponer una obra.
Galerías de arte en Cuba: ¿negocio, pecado, privilegio, necesidad?
También el tema del coronavirus ha provocado cierto distanciamiento de las galerías físicas y ahí fue cuando las galerías virtuales empezaron a ganar protagonismo, por ofrecer de manera positiva a todo tipo de artistas, principalmente a los visuales, la posibilidad de mostrar su obra sin la necesidad imperiosa de pertenecer a determinada institución vinculada al arte o de poseer un currículum extenso que justifique poder exponer en galerías en físico reconocidas, o de renombre.
William Oceguera (Willo) se mantiene activo en su proceso creativo y así lo evidencia su trabajo expuesto en redes sociales, ya sea de conjunto o a solas, con sus demonios y su cámara, mostrando sus intimidades a la espera de que sus musas oscuras le guíen tras el lente.