La Habana está nuevamente en Feria del Libro. La edición 31 del mayor evento literario y cultural de la isla es una realidad desde el 9 de febrero en la capital cubana, donde se mantendrá hasta el próximo día 19.
La Feria, que exalta a Colombia como país invitado de honor, tiene nuevamente la fortaleza de La Cabaña y el centro histórico habanero como sedes principales, además de otra decena de subsedes repartidas por la ciudad, cada una con un intenso programa de presentaciones, paneles y otras actividades.
Tras dos ediciones afectadas por la pandemia, la cita regresó en 2023 a su fecha tradicional. Esta vez, dedicada a los escritores Araceli García Carranza y Julio Travieso Serrano, así como a los centenarios de Fina García-Marruz (1923-2022) y Antonio Núñez Jiménez (1923-1998).
Para escritores, editores, críticos, promotores y otros profesionales del universo literario y editorial, se trata de un momento único para mostrar su trabajo y compartir con colegas de todo el mundo. El evento reúne más de 300 invitados y 120 expositores de unos 50 países, al tiempo que pone a la venta unos 4,2 millones de ejemplares impresos y más de mil obras en formato digital.
Pero para los lectores y los cubanos en general, la feria es una oportunidad para comprar los libros de su preferencia, para acceder a obras y ediciones más esquivas en el resto del año y, además, para pasar un día diferente, compartir con la familia y los amigos y tener un momento de distracción, al margen de las rutinas y dificultades cotidianas.
A pesar de las carencias que tensan el día a día, los problemas del transporte y la sostenida crisis que achica los bolsillos y multiplica la inflación, muchos siguen visitando la feria, sea en La Cabaña, en La Habana Vieja, o en sus otros escenarios.
Los altos precios, como en las ediciones precedentes, son nuevamente el centro de las quejas y las insatisfacciones. Sobre todo los de libros, juegos didácticos y otros artículos para niños y jóvenes producidos fuera de Cuba y comercializados por empresas extranjeras.
Ante esta situación, no pocos miran y siguen de largo, y otros apuestan por ofertas más económicas de la industria editorial cubana. Lo comprobó este sábado nuestro corresponsal Otmaro Rodríguez, quien visitó varios de los espacios que acogen la Feria del Libro y propone un recorrido fotográfico por la cita literaria.