Resulta es interesante conocer el libro de cada maestro para enseñar. Les proponemos desentrañar las experiencias en este campo y en de la interpretación de un artista cubano singular: Douglas Vistel. Residente en Berlín, Alemania, el importante cellista emprende en esa ciudad europea importantes proyectos y gracias al Festival Leo Brouwer de Música de Cámara, se presentará próximamente en La Habana.
Cuando se le interroga sobre cómo definirías el cello y su enseñanza de un modo integral, Vistel asegura que este es “un instrumento con una historia comprobada de más o menos 500 años, es decir, que es tan vieja como joven es la historia de nuestro país”.
Douglas señala a OnCuba que “en ese medio siglo (medio millar si son 500 años), el cello ha sufrido grandes y pequeñas transformaciones. Los compositores han exigido cada vez más y el nivel técnico-interpretativo de los cellistas se ha elevado y adaptado conforme a (con) las necesidades y los retos. Se puede hablar de numerosos maestros de cello y de diferentes escuelas que produjeron, en su momento, grandes virtuoso, solistas, músicos de orquesta o pedagogos. Cellistas como David Popper, Pablo Casals, Mstislav Rostropovitsch y Yo Yo Ma contribuyeron con sus interpretaciones y sus personalidades a popularizar la imagen del instrumento.
“Hoy el cello, además de ser reconocido como un instrumento de bello sonido se ha afianzado como instrumento solista y acorde al (con el) ritmo en que estamos viviendo con internet y la globalización, etc., el aprendizaje del cello ha dejado de ser cosa de secretos y milagros y se apoya exitosamente en la metódica y los conocimientos fundados, como lo demuestra un ejemplo que para mí lo dice todo – si a comienzos del siglo XX se podían contar con los diez dedos de las manos los cellistas que a nivel mundial estaban en condiciones de tocar el famoso concierto de Antonin Dvorak. Hoy en los conservatorios se gradúan cada semestre docenas de estudiantes con este concierto que hasta hace poco era considerado la cumbre de la literatura para cello”.
Apasionado, como muestran en sus respuestas, Douglas Vistel declina dar una valoración pormenorizada del desarrollo del cello en la Isla, ya que como confiesa “en los últimos ocho años he estado enfrascado en la arrogante (¿ambiciosa?) supertarea de crear precisamente en Berlín -que como todos sabemos posee una riquisima tradición musical, y en opinión de muchos es el centro cultural más fuerte en Europa-, el espacio que creo le falta al cello como instrumento, a la música de cámara y, sobre todo, a los amantes de la música para cello (ese instrumento).
“Existen en el mundo entero numerosos festivales y salas de concierto donde el público, amante de la música para cello, puede de manera, hasta cierto punto regular, ‘tropezar’ con el cello, los cellista y su música. Mi objetivo ha sido crear el lugar (hasta donde conozco único en el mundo) donde día por día y a cualquier hora, la persona conocedora o no pueda admirar la belleza del repertorio del cello. El precio que he tenido que pagar es la desinformación o el ‘desenchuche’, como se dice en Cuba”.
-Tu trabajo con Almuth Krausser destaca por esa combinación de piano y cello a la hora de interpretar clásicos de la música. ¿Por qué no nos adentras un poco de este trabajo y del proyecto Cello capricchoso?
-Realmente la combinación de cello y piano no es nada nuevo. Con las cinco Cello-sonatas, de Beethoven (1796), comenzó una extensa lista de obras que explotan las posibilidades técnicas y sonoras de estos dos instrumentos en conjunto.
“En esta lista se encuentran, por supuesto, compositores ilustres como Fréderic Chopin, Johannes Brahms, Edvard Grieg, (Johann o Richard) Strauss, Dmitri Schostakówitsch, y Serguéi Prokófiev, entre otros. Hasta hace unos años, nuestro trabajo como dúo giraba alrededor de este repertorio ‘standard’. Para el proyecto Cello Capriccioso resulta en cambio más interesante que en los últimos cuatro siglos cada compositor, famoso o desconocido, haya escrito por lo menos una pieza para cello y piano, lo cual significaría que existen miles de obras. Pero, ¿dónde están esas obras?, ¿quién las toca?, ¿dónde las (se) puedo (pueden) escuchar (se)? Esta es la base y punto de partida del Proyecto Cello Capriccioso: obras de compositores (autores) como Davidoff, Popper, Goltermann, Cassadó…
“No pretendemos tocar todas la (s) obras (piezas) que se han escrito hasta el día de hoy para nuestro formato, ni nos limitamos a tocar (interpretar) solo (las) originales, pero sí nos dedicamos a reunir e integrar en nuestro repertorio la mayor cantidad posible de obras ‘olvidadas’. Y para garantizar que estas obras (composiciones o partituras) florezcan y alcancen al público hemos creado Vistél’s cellomusiksalon, una pequeña sala de conciertos dedicada a la música para cello, en el centro de Berlín”.
-La música de cámara tiene formatos increíbles y la propuesta de ustedes se integra a ese concepto, cuán importante es seducir a los públicos a que se interesen por este tipo de hacer.
-En el mundo entero se encuentran las instituciones culturales constantemente confrontadas con el problema de la pérdida de público. Una orquesta sinfónica, una orquesta de cámara o una banda militar, pueden atraer al público con fanfarrea (fanfarria) y fuegos artificiales, sin perder su imagen. Para un formato de música de cámara, que en la regla (general) se mueve en espacios elitistas, es de importancia vital contar con un público educado, en (con) condiciones de distinguir y seguir los nuances (matices) de la interpretación musical. Y educar a un público es un trabajo a largo plazo. El trabajo en Vistél’s cellomusiksalon me ha enseñado que el público en general agradece cuando se le da la oportunidad de aprender y, sobre todo, si (se trata de) es aprender a disfrutar”.
-¿Qué veremos de Douglas Vistel en el Festival Leo Brouwer de Música de Cámara?
-Espero poder compartir con el público cubano mis experiencias y logros dentro del campo de la música de cámara y la música para cello. El programa que presentaremos incluirá obras espectaculares que exigen dominio técnico, madurez musical y de interpretación, un programa (repertorio) que nos da la posibilidad de hacer gala de las habilidades adquiridas y cultivada en más (de) 20 años de trabajo conjunto”.
*Agradecemos a la Oficina del maestro Leo Brouwer por la concertación de esta entrevista.