La actriz, cantante y vedette cubana Rosita Fornés, fallecida en Miami a los 97 años, fue despedida este viernes por sus familiares, amigos y admiradores en una funeraria de la ciudad y “muy pronto” sus restos serán llevados a Cuba, según dijo a EFE José Antonio Jiménez, casado con la única hija de la artista.
“Se fue en paz, tranquila y consciente”, subrayó el esposo de Rosa María Medel.
La familia se hizo presente en la funeraria Auxiliadora una hora antes de que la sala con el féretro cerrado y rodeado de flores se abriera al público, para de esa manera poder dar el último adiós a “la vedette de Cuba” de una manera íntima.
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Jiménez indicó que todavía no hay fecha para el traslado pero será “en breve” porque las gestiones que estaban “complicadas por el COVID-19” se están agilizando.
El yerno subrayó que era el deseo de su suegra, que falleció el pasado miércoles, reposar para siempre en el panteón de sus padres en el cementerio Colón de La Habana y así se va a hacer “muy pronto”.
La artista, que nació en Nueva York y, por tanto, era también “ciudadana americana”, según recordó Jiménez, llegó a Miami hace unos años a pasar una temporada, pero sufrió una pulmonía y como consecuencia, una insuficiencia respiratoria.
Los médicos le prohibieron viajar, contó Jiménez, quien según dijo Rosita Fornés vivía en Miami en casa de una amiga de la familia, Irene López, donde estaba “muy bien atendida”.
Recientemente tuvo que ser hospitalizada por su problema respiratorio, pero al cabo de un tiempo su médico aconsejo llevarla de nuevo a casa para evitar el riesgo de contagio del coronavirus, agregó.
Según Jiménez, el pasado domingo lo pasaron con ella y hasta la escucharon cantar.
El Ministerio de Cultura cubano anunció el miércoles que conforme a la “última voluntad” de la artista y de acuerdo con sus familiares, los restos de Rosita Fornés iban a ser trasladados de Miami a Cuba, después de cumplir los “requerimientos de rigor en las actuales circunstancias” que impone la pandemia.
En La Habana se organizarán una serie de homenajes a la artista que nació en Nueva York el 11 de febrero de 1923 y era hija de españoles emigrados a Cuba.
Rosalía Palet Bonavia, que adoptó el nombre artístico de Rosita Fornés, se presentó en 1938, con solo 15 años, al programa concurso “La Corte Suprema del Arte”, donde obtuvo el primer lugar, y unos meses después debutó en el Teatro La Comedia con la zarzuela “El asombro de Damasco”, bajo la dirección de Antonio Palacio.
Ese fue el trampolín para que tuviera su primera oportunidad cinematográfica en el largometraje “Una Aventura Peligrosa” (1939), dirigido por Ramón Peón.
Tras rodar varias películas en la isla, la carrera de la polifacética artista se trasladó por algún tiempo a México, donde trabajó en una decena de películas a las órdenes de reconocidos cineastas y junto a reconocidos actores como Jorge Negrete, Pedro Infante, Germán Valdés (Tin Tan) y Marga López.
Su éxito en México fue tal que llegó a ser declarada durante siete años consecutivos como la “Primera Vedette de América”.
Rosita Fornés será recordada particularmente como la intérprete de conocidas operetas y de canción ligera, pero fue además una de las artistas fundadoras de la televisión en Cuba.
Convertida en una leyenda de la escena y en prototipo del buen vestir, se presentó en escenarios de Estados Unidos, Venezuela, Honduras, Puerto Rico, España, la desaparecida Unión Soviética, Bulgaria, Rumanía, Alemania, Polonia y Hungría.
“Cuba está de luto, la cultura de habla hispana pierde a, quizás, la última de sus grandes divas, a la más versátil artista cubana, a la actriz, cantante y bailarina que conquistó los corazones no sólo de los cubanos, sino también de los mexicanos, españoles y de todos los públicos donde lució su arte sin igual”, escribió Rey González, amigo de la artista, en la página oficial de Facebook de Fornés.