La popular locutora y presentadora cubana Gretchen Galindo, radicada en Miami desde los años 90, murió el sábado 11 víctima de cáncer. Su hija, la periodista y presentadora Yossie Galindo, lo confirmó en Facebook a través de un emotivo mensaje.
A lo largo de su carrera, Gretchen Galindo cosechó gran popularidad y se transformó en un ícono para la audiencia cubana, tanto en la pequeña pantalla como en la radio, medios en los que comenzó su carrera en 1969.
“Desde que tengo uso de razón quise ser locutora y actriz, eran mis sueños, recuerdo que enfilé mi vida hacia ello. Dentro de la locución tengo la suerte de haber hecho de todo: recorrí toda la gama en televisión, radio, cine, teatro, como presentadora y animadora; hice programas de música, entrevistas, pero finalmente terminé en las noticias por esas cosas de la vida. Realmente no era mi intención, no era mi objetivo, pero me pidieron que trabajara un tiempo en Radio Reloj y estuve allí muchos años. Me lancé en esa dirección y estudié periodismo; resulta que al final mi mayor popularidad ha sido o fue en los medios de difusión, es decir en la noticia que llegué a querer muchísimo“, contó en una entrevista.
El también locutor Guillermo Rivero de la Rosa homenajeó a su colega: Cuba “se paralizaba a las 8.00 PM y era para observarla y disfrutarla en pantalla“. “Una voz natural, limpia y dulce. Así la recuerdo. Cierro los ojos y la puedo oir“, recordó un televidente.
“Cuando era niña, tomaba las revistas y me ponía a leer los anuncios como si fuera una locutora, eso era lo que yo quería ser, nací para comunicadora honestamente“, contó también. Cuando era secretaria en la Cámara de Comercio de Cuba, y trabajaba en la Industria Alimenticia, conoció sobre una convocatoria para un curso de locución, “y fue muy simpático porque una amiga me avisó, y me inscribí, luego me presenté, pero da la casualidad que en los días de los exámenes me había enfermado con gripe y de la garganta, no podía emitir una palabra, no examiné. Días después me sentí bien, indagué, fui a capacitación y les expliqué lo que me había sucedido; y que de ninguna manera, que ya no era posible porque la convocatoria había pasado. Le insistí, que por favor ese era mi sueño, lo que siempre quise ser en mi vida, y como la funcionaria insistía en su negativa, le dije —y no se me olvidará jamás—: ‘Está bien, yo me voy, pero sepa que se van a perder tremenda locutora’. Yo estaba convencida de que eso era lo mío. Y dio resultado, pues cuando di la espalda para irme parece que eso la impresionó y me dijo: ‘No espera, espera’; llamó a Eduardo Rosillo, le contó lo que me pasaba, y le indicó que me hiciera una prueba en ese instante. Así lo hizo él, y al regreso de la prueba Rosillo le dijo: ‘Esta muchacha es locutora ya, chica’. Así comenzó mi carrera“.
Fue en 1968 y marcaría el inicio de una trayectoria de veinticinco años en los que se convirtió en una imagen y voz de referencia para los cubanos.