César Valdés anuncia que se retira porque “abrieron fuego contra los árbitros”, y mi primera reacción fue preguntarme por qué diablos seguía haciendo periodismo, cuando el deporte nacional no es el béisbol, sino echarnos la culpa de todo…
El “hasta aquí” del jefe de los árbitros de la pelota cubana le añade leña al fuego del deporte revolucionario, cuyos entretelones y bretes tras bambalinas generan actualmente más noticias que sus resultados como tal. Y la salida de un tipo con el rango de César es muy elocuente…
Desde que revolcó al Tintorero de Marianao en aquel partido contra los Orioles, una reacción que tuvo antagónicas interpretaciones en ambas orillas, César Valdés comenzó a ganar prestigio y protagonismo en la pelota, al punto que lo sobrellevaron después de que se le fuera la mano, literalmente, con un periodista que cuestionó su actuación.
Así de apasionado es con lo suyo este hombrón corpulento y colorado, que nació en San Juan de los Yeras y vive en Santa Clara, donde ya está explicando una decisión que no solo toma a muchos por sorpresa, sino que deja más huérfano aún uno de los peores puntales para que exista un campeonato con la calidad que todos quisiera.
Pero que el público la emprenda con los árbitros no es nada nuevo, y el vestirse de negro para intentar impartir justicia implica que te mienten la madre, te abucheen, te griten “cuchillero” y hasta tengan que sacarte escoltado por la policía de los estadios. Al menos nunca he olvidado como le coreaban “hijoep…” a Alfredo Paz en el Sandino de mis amores, hace décadas ya.
César le aseguró al narrador Normando Hernández que si volviera a nacer no sería árbitro, porque es un oficio muy duro e ingrato. En la pasada final de la Serie Nacional tuvo que aguantar desde las impertinencias de ciertos managers, hasta que la gente les echara la culpa de que Villa Clara ganara su primer título en casi dos décadas…
“Estoy bien desmotivado por cómo se manejó el criterio del arbitraje. No ha habido nadie que dijera: esos son los árbitros que tenemos, esa es la preparación que le damos, esos son jueces que tratan de resolver el problema. Nada de eso se tomó en cuenta, ni autoridades ni la Comisión Nacional, ni nada que tenga que ver con el béisbol se preocupó por el tema arbitraje. No voy a reclamar nada para mí, porque tú reclamas y parece que estás perjudicando a alguien y la emprenden contra uno, como lo han emprendido antes con otros atletas”, dijo a la periodista Mayli Estévez.
Señaló, con razón, que nadie les dio una oportunidad para defenderse, o al menos argumentar sus decisiones. Tampoco nadie dice nada de las condiciones de vida de los árbitros, que pudieran parecer mejores que las de los jugadores, pero igualen entrañan la separación familiar, el andar varios meses dando tumbos fuera del hogar, a sabiendas de que al final nadie va a agradecérselos. Y encima aguantando que constantemente se diga que ya no sale un Amado Maestri, un Belén Pacheco, un Ivan Davis o un Nelson Díaz que imponga disciplina y se ganen el respeto del irrespetuoso “respetable”, y valga…
Luego de 22 años en este trabajo, un Clásico, dos Olímpicos y cinco Mundiales, César Valdés se cansó y sin encomendarse a nadie más que si mismo, se acaba de expulsar a si mismo de un partido que no pinta bien…