Pacho Alonso debutó muy joven como cantante en la Cadena Oriental de Radio, a finales de la primera mitad de la pasada centuria. En 1946, con solo 18 años viajó a La Habana, donde conoció a José Antonio Méndez quien lo presentó en la conocida emisora radial Mil Diez.
Por aquel entonces el nombre de aquel jovencito santiaguero se coló para siempre en la selecta lista que integran los grandes cantantes de Cuba.
Decir Pacho es hacer alusión a una de las etapas más ricas de la música popular en la Isla, pues si interpretó de manera peculiar el bolero y el son, y formó parte de importantes orquestas de la época, se debe ser justo y reconocer su aporte al registro rítmico nacional al convertir en éxitos dentro y fuera de nuestra frontera a modalidades como el pilón, el simulé, el upa-upa y otros.
El continuo afán de renovación de Pacho es reconocido como una de sus más importantes características como artista, rasgo que llevó a planos estelares al trabajar de conjunto con Enrique Bonne en los géneros antes mencionados y legando a los archivos sonoros nacionales títulos como Yo no quiero piedra en mi camino, A cualquiera se le muere un tío, ¡Que me digan feo!, y los pegajosos Rico pilón y El upa-upa.
Pacho Alonso se convirtió en un mito de la música cubana, representó a la Isla en los más exigentes escenarios del mundo y fue uno de sus más exitosos embajadores. Su carrera fue destacadísima como solista, cantando en la jazz band de Mariano Mercerón o en la Banda Gigante del gran Benny Moré, también junto a su primer conjunto Los Bocucos, y Los Pachucos, la última agrupación que encabezó y que tan sabiamente continuara, tras su muerte, su trabajo bajo la batuta de su hijo Pachito.
Sonar a lo Pacho se quedó, no detenido en el tiempo ni a la espera de algún interesado que hurgue en los archivos de las radioemisoras o casas discográficas, su timbre evoluciona con el tiempo y se ha mantenido en la preferencia del público gracias a la labor de Pachito, que conjuga lo mejor de la tradición popular con los más actuales ritmos.
De Los Pachucos a los Kini Kini, transición dinámica que dio pie a una de las orquestas más populares de Cuba en los últimos 30 años, nacida de la necesidad de encontrar una sello que identificara una forma de sentir la música.
Pachito asumió muy joven una gran responsabilidad, confiesa a OnCuba, su papá había dejado muy alta la parada y el panorama sonoro nacional de principios de los 80 estaba lleno de orquestas de primerísimo nivel.
“Al morir mi papá el barco queda sin capitán, y dándole un giro a las cosas, siempre respetando el trabajo anterior, incluyo a las hermanas Nuviola y a Isaac Delgado, que comenzaban por aquella época. Quise crear un timbre que distinguiera mi trabajo, algo que de cierta forma tenía conseguido a partir de los arreglos que le hacía a mi papá”.
“Comenzó así la etapa de Pachito Alonso y sus Kini Kini, en la que montamos una serie de números que fueron muy populares, y que ha lo largo de tres décadas ha pasado por momentos muy importantes, pero siempre en la preferencia del público”.
¿Cuál es tu mayor satisfacción en todo este tiempo?
Haber mantenido vivo el legado de mi padre, algo de lo que me siento muy orgulloso. Los Kini Kini ha sido esa manera de mantener vivo su trabajo y su música, que cada día se enriquece y nos enriquece a mí y a mis hijos, además de ganarme el respeto y el cariño del pueblo cubano.
Este resultado no es solo gracias a Pachito, ahora es también responsabilidad de Christian, Rey y Yolena Alonso.
¿De que manera marcó a los Kini Kini la entrada de Christian y Rey?
Juventud es energía, pero si tienes mucha energía y no sabes como distribuirla la derrochas. Lo que pasó en la orquesta con la entrada de Christian y Rey fue más o menos lo mismo que conmigo cuando llegue a la orquesta de mi papá. Éramos 6 ó 7 jóvenes que veníamos de la escuela de música, donde teníamos un grupo que resultó premiado incluso, y le dimos otro aire a los Pachucos, más actual, más contemporáneo.
Christian y Rey enriquecieron mucho al grupo, lo rejuvenecieron, pero para eso trabajaron mucho, les exigí mucho, a ellos y al resto de los músicos, para que estén a la altura de toda esa tradición de grandes artistas que tiene la música popular cubana.
¿Deudas?
Con la música, siempre quiero hacer más. Ahora cocino un plan que consiste en relanzar el Pilón a nivel internacional, una idea bastante ambiciosa pero que estoy seguro que será un éxito. El ritmo Pilón fue todo un fenómeno dentro de la música cubana gracias al trabajo del binomio que formaron mi padre y Enrique Bonne.
En lo últimos años he visto el boom de géneros como la lambada, la propia salsa, el merengue y más recientemente el reguetón, y en ocasiones el éxito no va de la mano con la calidad, a veces tiene su origen en los vericuetos del mercado: las campañas publicitarias, las programaciones radiales, los video clips y las formulas concebidas para pegar.
Sin embargo el Pilón tiene todos los ingredientes para convertirse otra vez en un ritmo de moda sin hacer concesiones que lo desvirtúen.
Grabaciones, proyectos inmediatos…
Grabamos dos discos con el Sello Colibrí, Homenaje a Antonio Machín y a Pacho Alonso; y 30 años con mi tumbao, que espero estén a disposición del público antes de que finalice 2013.
El primero es un tributo a ese gran cantante que fue Antonio Machín, poco conocido en Cuba pero no por eso menos importante, y a la gran amistad que tuvo con mi padre.
En ese álbum están incluidas, por ejemplo, versiones de los temas Niebla del riachuelo y Angelitos negros, y en calidad de invitados contamos con las voces de la diva del Buena Vista Social Club, Omara Portuondo, José Luis Arango y mi hijo Christian Alonso.
La segunda placa, es un regalo que queremos hacerle a nuestros seguidores de todos estos años, y contiene los principales éxitos de los Kini Kini, desde su creación hasta los más recientes.
También por las tres décadas de trabajo nos presentaremos en la edición 41 de La Fiesta del Espíritu, que se efectuará del 9 al 27 de octubre en Guanajuato, México; y el espectáculo Viva Cuba que protagoniza la Compañía Yoldance, dirigida por mi hija Yolena Alonso, será estrenado en el Auditorio Nacional de la nación azteca en enero.
¿La música, Cuba?
La música es el medio que me dio la vida para expresarme, para decir lo que de otra forma no puedo. Pienso, además en mi caso es así, que el sello a una agrupación se lo da el director por la forma de componer, de hacer los arreglos, de guiar a los músicos en la búsqueda de un sonido determinado. Uno tiene patrones y yo en ese sentido tuve muy buenos ejemplos a seguir, desde mi padre hasta los buenos músicos y arreglistas que trabajaron con él, muchos de ellos los mejores del momento.
Cuba es lo mas grande, haber tenido la posibilidad de representar a mi país en escenarios de otras latitudes es, primero: un gran reconocimiento a mi trabajo, a lo que he heredado y a lo que he aprendido, y eso es muy importante.
intersante, a veces se desconoce el origen de las cosas. Pachito Alonso y los Kini Kini no serán los más populares del país ahora, pero tuvieron su época dorada y millones bailamos a su ritmo en aquella época.
felicidades, muy buen trabajo…
baile mucho con pachito desde la época de isaac delgado hasta la de jose luis arango. de verdad que fue una gran orquesta con grandes músicos….
gracias OnCuba