Karamba lleva 17 años en la carretera, ha grabado cinco discos y compartido cartel con monstruos de la escena internacional como Bob Dylan, Patti Smith, Alanis Morissette, Calle 13 o Café Tacuba.
Sin embargo, su director Jorge Luis Robaina lamenta que la proyección de la banda y sus éxitos internacionales no hayan tenido suficiente repercusión en Cuba durante su estancia en España.
“Fue poca la visibilidad mediática que tuvo en Cuba nuestro éxito. Sin embargo se notaba en el consumidor de nuestra música que cuando veníamos y hacíamos conciertos siempre se llenaban. Era un público fiel que siempre nos ha seguido. Por suerte tuvimos algunos amigos en la radio que ponían nuestros temas y la gente los iba conociendo. Pero, en verdad, nunca obtuvimos la visibilidad que hubiéramos querido a pesar de que vivíamos fuera del país”.
Jorge Luis Robaina se licenció en Biología en la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona” pero aparcó su carrera para dedicarse por completo a la música y luego formar su propia banda.
“Inicialmente éramos tres integrantes. Veníamos del movimiento de aficionados de la universidad. Empezamos a experimentar, a buscar nuestro propio sonido. Cuando arrancamos recibimos mucha ayuda, sobre todo en la grabación de nuestro primer disco, que era más sonero. Las voces empastaban muy bien pero nos faltaban muchos años para tener un sello propio y todavía estamos en esa búsqueda. Trabajábamos sobre cumbias argentinas, colombianas, nicaragüenses, ska, un mestizaje que nos dio color a nuestra música.
Cuando Jorge Luis Robaina armó la banda comenzaron a desandar el circuito nocturno de clubes de la ciudad y tocar las puertas de la televisión para encontrar trabajo y que el público conociera su música.
“Yo era un artista que quería salir en televisión, que quería ser popular. Empezamos a dar conciertos en el club Tikoa y nos pagaban 70 pesos pero estábamos al menos satisfechos de poder trabajar”.
El primer concierto en toda regla de la banda fue el teatro Amadeo Roldán. Tras la presentación fueron fichados por un empresario español que los llevó a girar por el país ibérico. Robaina considera que aquella noche no fue un golpe de suerte, sino producto de las ganas que siempre le pusieron a su trabajo.
“Al mes de haber hecho ese concierto ya estábamos grabando nuestro primer disco en España. La suerte uno la hace. Para mí se trata de aprovechar el momento cuando se presenta. Le pusimos mucho tesón y optimismo a nuestra entrada a ese mercado. Mucha gente a veces sobredimensiona sus lauros en escenarios internacionales, y desvirtúan realmente el sentido del éxito cuando hablan con la prensa en Cuba”.
Los integrantes de Karamba llegaron a España en 2002. “Tuvimos que trabajar mucho. Vivíamos todos en un apartamento y los tres primeros años fueron muy duros. En 2007 ya habíamos logrado tener una proyección fuerte en el mercado español”, recuerda.
En España grabaron su álbum debut bajo el nombre Dale que ya montó con un empaque sonoro construido en mayor medida sobre la base del son.
“Nuestro primer disco Dale que ya montó fue muy importante para nuestra promoción en España. La gente lo recibió con mucho cariño. Nos empezamos a dar cuenta que el son estaba de capa caída en España y sabíamos que teníamos que dar un vuelco a nuestra sonoridad”.
Luego vinieron fonogramas como De ida y vuelta que los colocó de lleno en el circuito de festivales europeo.
“Era un sonido más maduro. Nos fichan entonces para la Expo mundial del Agua en 2008. Íbamos por cuatro conciertos y terminamos haciendo 52. En el primero teloneamos a Bob Dylan y después siempre abríamos a grandes artistas. Compartimos cartel con Rubén Blades, Patti Smith, Juan Luis Guerra, Alanis Morissette , Andrés Calamaro.”
Nuestro contrato con la Cadena Ser, de España, nos permitió tener una exposición importante. “”Vivir la vida” fue uno de los hits que más lanzó nuestra carrera porque fue seleccionado por varias cadenas y medios para acompañar campañas publicitarias.
Cuando comenzamos las negociaciones con Sony para la reedición del disco de Ida y vuelta y después de pensarlo mucho nos dimos cuenta que el contrato era una esclavitud y decimos no firmarlo para seguir independiente con nuestra propia oficina de booking. Nunca me he arrepentido de esa decisión porque con el tiempo me percaté que íbamos a ser un producto intermedio de la disquera”.
¿Les costó trabajo reinsertarse en el mercado cubano?
Pasábamos tres o cuatro meses en Cuba y el resto en España. Después de aquel boom de Laronte, Monte de Espuma, Amaury Pérez, vino un momento interesante para la música fusión. Estaba Warapo, David Blanco, Colaito, Moneda Dura, Buena Fe, Habana Abierta, Orishas Arnaldo y su Talismán. En ese contexto nos insertamos y pudimos pegar temas como “Karambera”, “Como tengo el alma” y “Dale que ya montó”.
En 2013 fue el momento de regresar a Cuba y fue difícil, según cuenta Jorge Luis Robaina.
“Tuvimos que reinventarnos en un escenario que había cambiado. Ya estaba la música urbana y otros géneros con gran popularidad. Era un momento en que el público está más sectario, los géneros no coexisten y las cofradías entre los músicos están de capa caída.”
“También quería darle luz verde a otras inquietudes que tenía y empecé a tratar de organizar festivales como ‘Un puente hacia La Habana‘, que se ha convertido en un importante espacio para darle mayor visibilidad a la música cubana y traer a Cuba a artistas internacionales.”
“He generado este tipo de eventos también para buscar a los colegas que hacen obras afines. Hoy los sonidos se parecen mucho y tienes que mantener tu identidad sin ser sectario y excluir. Cada cual sabe hasta qué punto hacer concesiones o no para no perder a su público.”
¿Crees que exista suficiente colaboración e intercambio entre los músicos cubanos?
El éxito del reguetón responde a que sus exponentes tienen mucha colaboración entre ellos, se buscan todo el tiempo. Yo estudio el fenómeno para tener un criterio al respecto. Para mí se trata de ayudar a que todos los géneros coexistan sin estigmatizar a nadie.
Hemos demostrado con nuestros festivales que plazas habituales para el reguetón se llenaron con la música de los artistas que programamos porque es una buena propuesta aunque sea diferente. Tienen que coexistir los géneros porque todo el público no tiene que escuchar una sola música. El tema radica en presentar una buena propuesta.
¿Crees que el público cubano ha comprendido el mestizaje sonoro de Karamba?
No me atrevería a decir que sí. Creo que se ha dejado llevar por nuestra obra y se ha interesado. Hacemos que la gente baile pero también que piense y disfrute temas más enfocados en la canción de autor.
¿Se consideran profetas en su tierra?
No creo que seamos profetas en nuestra tierra. Sería muy pretencioso si lo afirmara.
¿Qué razón te ha llevado a organizar y promover festivales tanto en Cuba como en España?
Tenemos varios festivales como Un puente hacia la habana, Ciudad del Mar en Cienfuegos, estamos articulando uno para Artemisa el próximo año bajo el nombre Artemisa Mestiza y en octubre queremos hacer en la capital Habana Vive, y seguimos con Parada Latina en España.
Por ejemplo en abril del 2020 haremos una gira nacional con Andy Lucas, que repiten su viaje a Cuba y Alex Ubago. Además saldremos de gira por España con Adrián Berazaín, David Blanco y tenemos pensada una presentación en noviembre en Estados Unidos con Moneda Dura.
En Habana Alternativa programaste a artistas de renombre como Leoni Torres, pero muchos consideraron que su propuesta no encajaba dentro de lo que se conoce como música alternativa.
Leoni Torres estuvo en los primeros festivales de Habana Alternativa cuando su obra estaba más encaminada hacia el pop. Su primer disco estaba más lejos de las baladas. Tenía más plana, más caribe, seguía siendo comercial pero era otro corte.
Leoni ha sido un artista con las cosas muy claras y su trabajo ha sido muy efectivo desde que salió. Aunque haya habido gente en desacuerdo con su participación, Habana Alternativa consiguió tener un impacto y queremos retomarlo.
La gente entiende como música alternativa la más rockera pero no tiene que serlo necesariamente. Toda la música mestiza o world music puede ajustarse al concepto. Buscamos que el festival tuviera un gancho comercial para que alcanzara mayores seguidores y repercusión. Respeto lo que la gente tiene que decir, pero en aquel momento Leoni tenía todo lo que perseguíamos.
¿Cuál es la propuesta de la cercana edición de Ciudad del Mar?
Va a tener dos momentos. Haremos una especie de pre evento en varias casas de la EGREM. Vienen ganadores y finalistas del concurso La Voz España, Alba Gil Carlos Torres y Laura Rubio. Ellos tienen una calidad vocal impresionante y están arrancando sus carreras. Buscamos estrechar vínculos de trabajo con todo este movimiento que generó la llegada de Andy y Lucas a Cuba.
En el festival, del 4 al 7 de julio, participarán músicos como David Blanco, Nassiry Lugo, Diana Fuentes, Waldo Mendoza, y nuestra propia banda, entre otros. Los artistas de la Voz España compartirán con los finalistas de Sonando en Cuba. Creo que para todos será una gran experiencia.