No todo el mundo es Maestro ni puede llegar a serlo. En ocasiones, una exaltación descontrolada nos lleva a “colgarle” el título a cualquiera. Pero frente al pianista, compositor, arreglista, productor y director musical Miguelito Núñez, la palabra adquiere su significado original.
Formado con rigor y en uso de un extraordinario talento, Núñez realizó estudios musicales en el Instituto Superior de Arte. Antes de empezar a trabajar con el inolvidable Pablo Milanés en 1988, colaboró con cantautores como los hermanos Vicente y Santiago Feliú.
No hay fronteras ni muros que el piano de Miguelito no cruce: va de Chopin al changüí, de Bach al jazz, al son, al bolero. No en vano artistas tan reconocidos como Leo Brouwer, Mercedes Sosa, Ana Belén y Chucho Valdés lo han invitado a sus conciertos y producciones discográficas.
Cuando lo vimos con Pablo en el que sería el último concierto del gran cantautor, comprobamos cuánta comunicación y afecto existía entre ambos. “Es como si fuera mi hijo”, decía Pablo al presentarlo. Más de veinte años trabajando juntos consolidaron el vínculo de admiración y cariño.
“Para mí era como un padre, un hermano mayor, amigo de la vida. Vivimos momentos muy bonitos, otros difíciles; pero compartimos muchos tiempos de felicidad, de inventar proyectos, emprender caminos… Pablo fue fundamental en mi vida profesional y personal. Sin él, sé que voy a sentirme extraño durante largo tiempo. Vine a trabajar a España prácticamente por él. Para emprender o seguir su camino, nos costará trabajo”, dice a OnCuba.
Miguel’s Trío es el nombre del proyecto que Núñez fundó hace algunos años y con el cual realizó el disco Azul bajo el sello cubano Unicornio. El grupo se mantiene en activo e incluso “sonando más”.
“Sobre todo en Europa, que es la zona en la que me muevo. Luego surgió un dúo de piano y chelo (Cary Rosa Varona y yo) que es, digamos, mi nuevo proyecto. Está caminando muy bien. Tenemos varios conciertos y resulta muy atractivo para todos. Tengo pensado hacer un nuevo disco y estamos programando una gira por Estados Unidos. Quisiéramos incluir Europa en el periplo, con temas nuevos que he compuesto y haciendo versiones de canciones de nuestro querido Pablo, como una especie de tributo a él”, nos dice.
Miguelito Núñez se presentó hace poco en la isla, invitado por la Orquesta Sinfónica Nacional para un concierto homenaje a los cincuenta años del Movimiento de la Nueva Trova.
Durante años has mantenido tu labor como productor, compositor, arreglista… Musicalmente hablando, ¿qué te motiva más?
La composición y las producciones. Todavía tengo una deuda conmigo mismo; tampoco he sido un compositor tan prolífico. El mismo trabajo me ha llevado a otras cosas: a hacer arreglos, tocar en vivo; y he dejado lo otro un poco de lado; aunque me encanta. Soy más de momentos emocionales a la hora de componer. Viene por ahí mi historia. Eso sí, me sigue gustando muchísimo tocar.
Desde hace algún tiempo compartes escenarios con tus hijas Estefanía Núñez Villamandos (pianista) y Mariana Núñez Villamandos (chelista). ¿Corres el riesgo de ser demasiado estricto con ellas o lo contrario?
No es por ser el padre, pero el talento de estas dos jovencitas me hace crear más, me inspira a hacer cosas nuevas. Son muy creativas. Uno se siente a gusto de que dentro de la misma familia puedan crearse proyectos, que ellas den criterio, opinen, que cambien estructuras musicales, que aporten melodías, improvisaciones… Me da mucho gusto y refresca las cosas que hago. Estefanía y Mariana vienen con nuevos aires. Me siento divino compartiendo con las dos, nos divertimos muchísimo, incluso ensayando.
Uno con los hijos es más estricto que con cualquier persona; pero siempre he preferido que aprendan más de sus maestros que de mí. No trabajé directamente con ellas. Si aprendieron es porque lo vieron o lo sintieron.
Recordamos tu trabajo para cine, por ejemplo en el filme Páginas del diario de Mauricio (2006). ¿Has hecho otras colaboraciones para la gran pantalla?
He seguido con algunos documentales. Recientemente trabajé con la cineasta Gloria Rolando en Hermanas de corazón. Memorias de Las Hermanas Oblatas de La Providencia en Estados Unidos y Cuba y ahora estoy involucrado en un documental sobre Gabriel García Márquez.
¿Cómo percibes Cuba cada vez que regresas?
A pesar de todos los problemas, las dificultades que tenemos, es un alivio llegar aquí. Es como llegar a tu paraíso, a tu medio, a tu ambiente. El cuerpo sabe que entra en un lugar en el que se siente bien y se te arregla todo, hasta el sueño. Eso siempre va a ser la isla, inevitablemente, la isla nuestra.