El popular espacio de las aventuras en la televisión cubana es hoy un recuerdo de cuando se producían teleseries para el público juvenil e infantil de gran factura, una realidad que no se materializa en la pequeña pantalla desde hace ya muchos años.
Los protagonistas de esos gustados programas eran niños y adolescentes sin casi ningún referente en la actuación, quienes nos deleitaban todas las tardes y nos transportaban fuera de la realidad que vivíamos en la primera mitad de los años 90 del pasado siglo e inicios de los 2000.
Aquella generación de cubanos disfrutó (en más de una ocasión) de Los pequeños fugitivos (en sus dos versiones), Los papaloteros, Tato y Carmina, La sombrilla amarilla, Los pequeños campeones, Blanco y negro, ¡No!, entre otras, que se popularizaron a través de los años y dieron notoriedad a esos niños y jóvenes. Algunos de ellos mantuvieron el vínculo con el arte mientras otros viven alejados del mundo del espectáculo.
En el caso de los programas para niños, los espacios creados por Ivette Vian destacaron en la televisión cubana, como son La sombrilla amarilla y Tato y Carmina. El elenco de La sombrilla varió a lo largo del tiempo, sin embargo entre los niños la recordada Chele, interpretada por Ingrid Cruz, se mantuvo todas las temporadas.
Vimos después a una joven Ingrid en el serial juvenil Mucho Ruido, uno de los últimos espacios para jóvenes que se realizó en la televisión cubana, con buena aceptación por parte de la audiencia, aunque luego Cruz decidió dejar de lado la actuación para dedicarse a su carrera universitaria, y hoy es licenciada en Ingeniería Hidráulica de la Cujae y no se le ha visto más en televisión como actriz.
Siguiendo con La sombrilla…, junto a Chele estaba Joseíto, personaje interpretado por Lian Álvarez, quien no siguió luego en dicho espacio para dar entrada a Rubén Araújo (Albertico), uno de esos niños actores más constantes en los medios, tanto como actor, locutor e incluso incursionando en la música luego de finalizado Mucho Ruido, con una agrupación de igual nombre.
Además del programa infantil, otra característica une a Joseíto y Albertico: ambos radican en estos momentos en España, Lian se dedica al mundo circense, primero como miembro del Circo Nacional de Cuba y hoy día como miembro del Dúo Forza, mientras Araújo de momento se encuentra alejado de las cámaras y se estrenó recientemente como padre, así lo refleja en su perfil de Facebook.
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Si regresamos a la serie Mucho Ruido, además de Ingrid Cruz, destacó en el elenco la actriz Hani Valero, recordada como Pipepa en el espacio de Teatro en Televisión, una carismática niña que compartió escena en aquel momento con Osvaldo Doimeadiós en la obra homónima del dramaturgo y realizador para la televisión Jesús del Castillo, quien mereció el Premio Casa de las Américas en 1998 con dicha pieza.
Valero debutó en televisión en aquel recordado personaje, para luego mantenerse activa en varios espacios de la televisión como el remake de la aventura Los pequeños fugitivos, Mucho Ruido y la telenovela Bajo el mismo sol. Actualmente radica en Barcelona y se mantiene hasta el momento desvinculada del mundo artístico.
Un poco más atrás en el tiempo disfrutamos de Los papaloteros, de cuyos protagonistas hemos sabido más en los últimos tiempos a través de un artículo en la revista independiente Vistar: uno de los más vinculados a la televisión ha sido Etiane Alfonso, el famoso Cutú de la serie, a quien seguimos viendo en roles secundarios en teleplays, telenovelas y algunos capítulos del policíaco Tras la huella.
Los otros dos personajes, Juani y Pedrito, tomaron caminos separados de la actuación, aunque no desligados por todo del espectáculo: el primero, interpretado por Ariel Fundora, trabaja desde hace varios años como animador en el Acuario Nacional de Cuba, a pesar de que se llegó a graduar del Instituto Superior de Arte (Isa) y siguió participando en varios proyectos televisivos como la novela Si me pudieras querer, el remake de la aventura Los tres Villalobos, y algún que otro telefilme o capítulo de Tras la huella.
Por otra parte, Xavier Mili (Pedrito) radica en Miami desde hace más de una década y se desarrolla como cantante en la agrupación Tiempo Libre, si bien a su llegada a los Estados Unidos siguió el curso de la actuación en un inicio, para luego dedicarse a tiempo completo a la música.
Otros de los que se mantuvieron ligados de alguna manera entre cámaras y vestidores fueron Humberto Miranda y Ernesto del Cañal. El primero resulta el Yosvani de la gustada serie Los pequeños campeones, quien se desempeñó como productor creativo del conocido espacio de televisión estadounidense Caso Cerrado desde sus inicios durante casi 20 años, labor que mantiene realizando en otros proyectos.
Por otra parte, del Cañal, recordado por interpretar el personaje de Tony en el remake de Los fugitivos, se graduó del Isa como actor, para luego seguir superándose en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, y actualmente se mantiene activo en el mundo audiovisual desde la ciudad de México.
Pero antes de aparecer esta nueva versión de tan gustada serie, la primera edición tuvo entre sus protagonistas a los entonces niños Sergio Pons y Osiel García, en los roles de Tony y Delito respectivamente, ambos también vinculados en mayor o menor medida al medio audiovisual.
Pons se vinculó a la radio como actor en ese medio, siendo Radio Progreso el espacio donde más desarrolló su trabajo, pero a la par se mantuvo estudiando la técnica terapéutica japonesa del Shiatsu, también conocido como acupresión, labor que desempeña en México.
Por otra parte, Osiel radica en la ciudad de Toronto en Canadá, donde se mantiene trabajando en Sky Production, compañía de producción y postproducción de videos, que maneja de conjunto con su esposa.
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De un forma u otra estos niños, ya crecidos, han logrado dar rienda a su talento para las artes ya sea en la actuación donde comenzaron, o en otras funciones, si bien algunos han escogido el camino fuera del mundo del espectáculo, aunque siempre habrá quien los reconozcan y se alegren al recordar aquellos gratos momentos en la niñez, cuando nuestra mayor preocupación si acaso, era la de aquellos también niños como nosotros.
Y k se hizo de Anita de la sombrilla amarilla,, Solanch Ramón