El escenario por excelencia del circo en la Isla es la Carpa Trompoloco. Cada año el gran coliseo del capitalino municipio de Playa se activa, además, como sede principal de Circuba, evento internacional considerado “el puente circense de las Américas para el mundo”.
La probada calidad técnico-artística y el virtuosismo que distinguen hoy a los artistas circenses cubanos, estimulan el interés de empresarios de diversas latitudes por integrarlos a sus compañías. La Compañía Havana, ganadora de dos premios y del Gran Prix del Circuba 2013 (con el popular número “Trapecio Volante” o “Vuelo del pájaro”), se ha convertido en la principal agrupación del país, comercializadora a nivel internacional de actos circenses.
En la actualidad, el conjunto comandado por Germán Muñoz –unido al circo por varias generaciones–, cuenta con alrededor de 158 artistas contratados, distribuidos en 38 unidades artísticas: 18 en Cuba y 20 en el extranjero. La mayoría de estas últimas, diseminadas en varios de los mejores circos del mundo, como el Ringling Brothers y Universoul Circus, de los Estados Unidos; el francés Pinder; el alemán Krone; los ingleses Blackpool Tower y Zippos, entre otros. Artistas cubanos han representado al Circo Nacional de Cuba en Festivales Internacionales como Monte Carlo, en Mónaco, Pistas de París o Festival del Mañana, Massy, Grenoble y Saint Paul les Dax, de Francia.
Este impacto internacional que descansa en la influencia del circo soviético, en décadas anteriores, y en la existencia de una Escuela Nacional de Circo, ha devenido principal estímulo para los artistas de la Isla frente a la carencia de espacios laborales nacionales. El reto para continuar el desarrollo de la profesión –ante los bajos salarios y la realidad de contar solo con la Carpa Trompoloco– está en fomentar más sitios donde puedan colocarse espectáculos que respondan a las exigencias de esta manifestación escénica.
Detrás de cada artista hay muchos años de esfuerzo y de preparación profesional para lograr un acto de nivel. El sacrificio y la tenacidad son indispensables para estar al máximo frente a los espectadores. Entonces, ¿qué motivos impulsan al artista cubano de circo? ¿Qué le estimula a continuar ofreciendo su arte en la pista?
Norelis Rodríguez Díaz (27 años), una de las seis muchachas que integran el novedoso acto de Polldance, de la Compañía (Havana) acreedora de la Estrella de Plata en el recién finalizado Circuba, así lo resume: “La vida cotidiana de un profesional del circo es un poco agitada, tienes que dividirte en muchas partes, en la casa, con la pareja, los estudios, el entrenamiento y llevar la vida profesional. No obstante hay muchas motivaciones. Primero que todo pienso que esta profesión uno debe amarla, por encima de las necesidades y las aspiraciones de viajar y ser contratado fuera del país para conocer el mundo y ayudar a la familia; tiene que gustarte, sentirla”.
El talentoso joven gimnasta Iyolexán Torres Álvarez (31 años), también integrante de esa agrupación local, lleva tatuado en su hombro izquierdo una imagen que alude a la afamada compañía canadiense Cirque du Soleil. Apoyado por sus cintas aéreas, obtuvo uno de los premios colaterales de la pasada edición del evento cubano de circo, concedido por el círculo de escritores y artistas de la Isla (UNEAC).
“En el 2010 quedé entre los cinco finalistas luego de un largo proceso de casting que hiciera acá Yves Sheriff, uno de los cazatalentos de Cirque du Soleil. Al final no pudimos integrar la compañía al coincidir con una etapa difícil en su economía, según me explicaron. Sin dudas, ha sido la experiencia más increíble en mi carrera, haber estado a las puertas de pertenecer a este conjunto que tanto admiro y creo que es muestra de las potencialidades que tenemos acá. Como trabajador del circo recibo un salario mensual de 500 pesos y aquí no se estila pagar por peligrosidad. Pienso que lo que más nos motiva a mí y a mis compañeros es la pasión; la pasión por un arte que era considerado menor, pero que en la actualidad es más valorado y goza de gran prestigio”.
La presencia y el interés de artistas, financieros, observadores, periodistas y fotógrafos foráneos crecen en cada edición del Circuba. El país afianza su lugar como una de las plazas latinoamericanas de más larga tradición y profesionalidad en esta expresión cultural. El deseo de intercambiar y valorar las renovadas propuestas de los cubanos, es resultado de la gran demanda que gozan a nivel internacional. Según expertos, las claves de tal distinción se encuentran fundamentalmente en mostrar en cada número los claros elementos de su idiosincrasia, el ritmo en los movimientos y el disfrute en la escena; sobre todo los acróbatas y gimnastas, considerados a nivel internacional entre los cinco mejores del mundo.
El circo está en pleno auge y con ello los practicantes de este arte milenario en la Isla disfrutan de su mejor momento. A pesar de que llaman la atención espectáculos de gran factura, marcados por elementos teatrales –al estilo del Cirque du Soleil– los profesionales de esta especialidad son la mezcla de una sabia correlación entre lo viejo y lo nuevo, pautas que están definiendo el arte circense en la actualidad.