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Encapuchado, en silencio, Andy Díaz corría una y otra vez hasta caer en la arena. En las gradas del Nanjing Youth Olympic Sports Park lo observaban Iván Pedroso y Yoelbi Quesada, dos de los mejores saltadores cubanos de todos los tiempos. Muy cerca de ellos también lo seguía atento Fabrizio Donato, el triplista italiano más prominente de la historia y su entrenador en la actualidad.
Cualquiera se pondría nervioso ante el linaje de estos espectadores, pero Andy, que deambuló por Italia sin rumbo claro y hasta pasó algunas noches en las calles de Roma después de decidir que no regresaría a Cuba, no se inmutó. Ni siquiera la presión de saberse favorito en la final del triple salto en el Mundial bajo techo de Nanjing, China, sacó de sus casillas al antillano, que atacó la tabla en su primer intento con una calma impresionante.
“Sabía que un salto sería suficiente y lo hice tranquilo y relajado”, aseguró Andy a la prensa acreditada después de 14 pasos de una carrera endiablada y la clásica secuencia de hop, step y jump, ejecutada a la perfección para rubricar una marca de 17.80 metros, lo mejor que se ha hecho en la presente temporada.
Grande Andy
Andy Díaz Hernández soars to 17.80m in the final of the men’s triple jump to claim gold, a national record, and the world lead
That’s also the the third-farthest leap in World Indoor Championships history #WorldIndoorChamps pic.twitter.com/OtJrq9m8Dj
— World Athletics (@WorldAthletics) March 21, 2025
Andy Díaz levantó las tribunas y congeló a sus contrincantes, que no tuvieron ni la más mínima capacidad de reacción. El golpe fue fulminante, tanto que el propio habanero, ahora representante italiano, tras cometer un foul en su segundo intento, no salió a la pista en la tercera, cuarta y quinta rondas.
“Mi plan nunca fue saltar solo una vez. Había una larga espera entre cada intento, así que estuve demasiado tiempo inactivo y por eso decidí renunciar. Es una pena que no pudiera seguir con los demás intentos, pero al ser una competencia lenta, tuve frío y no quería arriesgar nada de cara a la temporada al aire libre”, explicó el triplista en declaraciones que recoge La Gazzeta dello Sport.
La competencia tenía su miga, porque entre los inscritos aparecían dos de los ocho saltadores que han superado la barrera de los 18 metros en la historia del triple. El estadounidense Will Claye (18.14 en junio de 2019) y el mencionado Zango (18.07 en enero de 2021) eran amenazas considerables, pero ambos demostraron que están muy lejos ahora de su mejor nivel.

De cualquier manera, a Andy no le hizo falta mayor esfuerzo. El anfitrión Yaming Zhu, segundo con registro tope de 17.33 y una notable secuencia con cuatro saltos por encima de los 17 metros, quedo muy alejado del rendimiento del caribeño. En tanto, el bronce cayó en manos del burkinés Hugues Fabrice Zango (17.15), después de que el brasileño Almir Dos Santos resultara descalificado por no cumplir con las reglas de calzado.
El sudamericano había sorprendido con estirón de 17.22 metros y una notable estabilidad en sus registros durante toda la competencia, algo llamativo teniendo en cuenta que llegó a Nanjing con la peor marca de salida de los 15 aspirantes al podio. Sin embargo, una reclamación puso bajo la lupa sus zapatillas, que tenían 25 milímetros de suela, por encima de los 20 milímetros permitidos.
Palabra cumplida y marca histórica
“Lo logramos, lo logramos. Soy campeón del mundo. Me gusta cumplir mi palabra, dije que ganaría y lo hice”, apuntó Andy Díaz a La Gazzeta dello Sport nada más acabar una competencia con un registro de época.
En la historia de los Mundiales bajo techo, solo el francés Teddy Tamgho (17.90 en Doha 2010) y el sueco Christian Olsson (17.83 en Budapest 2004) llegaron más lejos que el cubano, quien logró la séptima mejor marca de todos los tiempos en eventos de pista cubierta.
En estos clásicos certámenes invernales, el récord está en poder de Zango, quien consiguió un 18.07 durante una reunión en Aubiére, Francia, a inicios de 2021. El burkinés, monarca mundial al aire libre (2023) y bajo techo (2024) y plata olímpica en Tokio 2020, también clavó los pinchos en 17.82 metros en el meeting de Lievin, igualmente en territorio galo.

El resto de las marcas de al menos 17.80 metros en lides de pista cubierta son las siguientes:
* Teddy Tamgho (17.92 y 17.91 en 2011, y 17.90 en 2010)
* Aliecer Urrutia (17.83 en 1997)
* Christian Olsson (17.83 en 2004 y 17.80 en 2002)
Como apreciamos, Urrutia, uno de los más distinguidos triplistas cubanos, forma parte de la exclusiva lista con el récord nacional bajo techo. Ese registro, además, lo ubica como el cuarto exponente nacido en la isla que más lejos ha llegado en la especialidad, únicamente por detrás Jordan Díaz (18.18), Pedro Pablo Pichardo (18.08) y Yoelbi Quesada (17.85).
Andy Díaz se ha acercado a esta élite y tiene entre ceja y ceja seguir creciendo hasta alcanzar los 18 metros. “Es la otra palabra que tengo que mantener. Estamos trabajando en ello. Cada vez queda menos”, apuntó eufórico tras destrozar en Nanjing el récord absoluto de Italia, hasta ahora en poder de Fabrizio Donato, su entrenador.
“Lamenté haberle quitado a Fabrizio el récord, pero lo primero que me dijo fue ‘está bien, lo hiciste en un Mundial’. Fabrizio es mi amigo, mi entrenador, mi entrenador mental, mi guía, un ídolo, la persona que tiene los mismos pensamientos y los mismos objetivos que yo. Nunca me deja rendirme. ¡Es lo mejor de lo mejor!”, expresó Andy, quien tras dominar la temporada invernal con los títulos en el Europeo y el Mundial bajo techo, ahora mira a la cita del orbe al aire libre.

“Me siento fuerte y todo lo que he logrado indica que podría dar buenos saltos en el verano”, aseguró sobre el Mundial de septiembre próximo en Tokio. Ese certamen, probablemente, sea una reedición de la batalla olímpica de París con sus coterráneos Jordan Díaz y Pedro Pablo Pichardo. Aventurarse a vaticinar un ganador es hoy un deporte de alto riesgo.
Lázaro Martínez es una x
La otra cara de la moneda para Cuba en el Mundial bajo techo de Nanjing fue Lázaro Martínez. Mientras los nueve competidores con mejores marcas en la competencia se preparaban para una cuarta ronda de saltos, el guantanamero recogía sus pertenencias y se marchaba con la cabeza hacia abajo a los túneles del Youth Olympic Sports Park.
Lázaro comenzó fuerte, con un estirón por encima de los 17.20 metros, pero no fue válido, literalmente, por una uña. El antillano pisó 1.6 centímetros de la plastilina y los jueces anularon su intento, detalle que lo hundió por completo.

El representante de la isla no encontró la concentración para atacar la tabla y asegurar al menos un registro que le permitiera saltar seis veces. En la segunda ronda cometió foul y en la tercera, ya con el agua al cuello, se quedó en un pobre 14.04, penúltimo entre los 15 participantes, solo por detrás del francés Melvin Raffin, nulo en sus tres intentos.
Este es un golpe duro para Lázaro, quien había dejado una buena imagen en la reunión de Gallur, en Madrid, hace menos de un mes. Sin embargo, de nuevo ha aflorado la inestabilidad en su desempeño, un arma letal en una temporada muy larga que tendrá su colofón en septiembre bajo los focos de Tokio.