Las dos jugadoras internacionales cubanas de balonmano llegadas a España, la guardameta Niurkis Mora y la pivote Arislaidy Márquez, se plantean su primera experiencia deportiva fuera de la Isla en el Rodríguez CLEBA de León, como una forma de ser la guía para la llegada de más jugadoras a Europa y al balonmano español, señalaron en una entrevista con la Agencia EFE.
Ambas jugadoras, con amplia experiencia internacional con su selección, Mora, incluso como capitana de Cuba y disputando los dos últimos mundiales, junto a varios campeonatos en el continente americano, conocieron al que es su nuevo entrenador, Juan Moreno, cuando el técnico leonés dirigía a la selección chilena.
Ese conocimiento previo abrió el camino a la colaboración establecida por el club leonés con la Federación cubana de balonmano que pretende que sus jugadoras adquieran otros estilos de juego como el que se practica en las ligas europeas.
“Se busca enriquecer el juego que tiene, con un sello propio, la selección cubana para mejorar los resultados en las grandes citas”, señala la guardameta de 25 años y 1,78 metros de estatura.
El club leonés leonés ya intentó reclutar a ambas –tenía claro el perfil de jugadoras para su plantilla que necesitaba– de cara a la fase final de la pasada temporada en busca de alcanzar las plazas para optar al ascenso a la Liga Guerreras Iberdrola.
Sin embargo, la llegada de la pandemia impidió el inicial desembarco de la dupla cubana, inicialmente previsto por tres meses y se estableció un nuevo acuerdo para que Mora y Márquez estuvieran durante toda esta campaña en busca de colaborar por idéntico objetivo.
El problema de la COVID-19 y algunos impedimentos burocráticos, luego solucionados por ambas federaciones, permitieron la llegada de las internacionales caribeñas que ya han disputado dos partidos, frente a BM Palencia y Carballal, en ambos con contundentes triunfos del CLEBA.
Para ambas, el balonmano español es, en cierto modo, un descubrimiento “también una adaptación, porque en Cuba el juego está marcado por el poderío físico y, sin embargo, en el balonmano español hay más riqueza táctica y de fundamentos ya que las jugadoras, en general, son de menor fortaleza”.
Ese aspecto es precisamente uno de los apartados que más le está costando a “Aris” Márquez en su periodo de adaptación: “Me encuentro más cómoda en ataque, ya que en defensa, al ser jugadoras de corta estatura, la dificultad es mayor”.
Hasta ahora su forma de ver y entender el balonmano se ceñía a lo que habían vivido hasta ahora en las competiciones cubanas, “donde prima más la individualidad y el juego una contra una, sin tener, por ejemplo en cuenta, al pivote”, reflexiona la guardameta.
Ambas tuvieron muchos precedentes de compatriotas suyas en el equipo leonés, aunque siempre cuando éste militaba en la máxima categoría, con un último ejemplo en las también internacionales Ayling Martínez y Yunisleidy Camejo, actualmente en las filas del Alimentos Aula Cultural Valladolid.
A pesar de estar en la segunda categoría del balonmano femenino español están convencidas que el proyecto del Rodríguez CLEBA “es ambicioso y tiene la capacidad para lograr el ascenso, solo se trata de que todo el equipo aporte y para ello intentamos ayudar desde la experiencia a jugadoras con talento, pero muy jóvenes”, afirma Márquez.
Al margen del objetivo claro con el equipo de Moreno, también tienen en el horizonte los que buscarán con el combinado cubano, en unos Juegos Centroamericanos que no tienen fecha ni sede -se baraja Puerto Rico-, así como una fase de clasificación para el siguiente mundial, donde intentarán mejorar la vigésimo primera plaza de Japón en la que España logró el subcampeonato