El baseball5, la disciplina más nueva de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC, por sus siglas en inglés) fue lanzada en el parqueo del estadio Latinoamericano, en Cuba, durante noviembre de 2017.
En apenas seis años, la novedosa modalidad mixta (juegan cinco al campo, divididos en hombres y mujeres) ha llegado a los cinco continentes. Además, se han celebrado dos campeonatos mundiales: uno de mayores en la Plaza El Zócalo, México en 2022, y otro de la categoría juvenil, en Ankara, Türkiye, en octubre de 2023.
Cuba arrolló a todos sus rivales en la capital mexicana y alzó la corona en la primera cita del orbe, con 9 victorias y 18 sets a su favor (se juegan series de tres sets a ganar dos, con una duración de cinco entradas en cada duelo), mostrando una calidad muy superior respecto a sus contrincantes.
El torneo de la capital turca tuvo una reglamentación especial. Esta regla denominada “equilibrio de género” obligaba a todos los equipos a jugar, al menos uno de los dos primeros sets, con una formación de tres mujeres y dos hombres, lo que equiparaba las selecciones.
La novedosa regulación no restó poder a Cuba, que se llevó el título en la final tras desbancar en solo dos parciales ante Francia, aunque perdió un set frente a la selección mexicana en rondas previas. En ambos casos, la estrategia utilizada por los rivales consistió en invertir la formación respecto a la cubana. Si la isla salía con tres hombres y dos mujeres, ellos lo hacían a la inversa, y apostaban todo al tercer set en igualdad de condiciones, pero los galos cedieron en las dos primeras mangas.
Lo paradójico de esta disciplina es que Cuba, campeona del orbe en las dos ediciones celebradas, solo ocupa el tercer lugar en el ranking mundial. Francia (primera vez que una selección europea domina una disciplina de la WBSC a nivel mundial) y Taipéi de China le anteceden. La causa mayor es que la entidad que rige el béisbol en nuestro continente (WBSC Américas) nunca ha realizado un torneo internacional previo a las citas del orbe. Cuba solo ha participado en los campeonatos mundiales, mientras que el resto de países de otras confederaciones compiten a todos los niveles.
2024: Año de reafirmación
Este será un año cargado de compromisos para el baseball5 en Cuba, y comenzó con excelentes noticias.
La disciplina cuenta desde este curso con la incorporación de 16 atletas como matrícula en la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (Esfaar) Giraldo Córdova Cardín, ubicada en el este de La Habana.
El grupo lo conforman nueve hombres y siete mujeres. La matrícula en su gran mayoría está compuesta por los campeones mundiales de ambas categorías. Solo no ostentan esta condición, el habanero Carlos Yotuel Estrada, quien hasta último momento estuvo luchando un puesto para la Copa Mundial Juvenil, y la guantanamera Yilena Otamendez Raymond, subcampeona nacional con su provincia en 2019, y con un regreso exitoso a la disciplina.
En otro hecho inédito, el año comenzó con la celebración de la primera Copa Venezolana de baseball5, organizada por el municipio avileño de Venezuela. La lid contó con la participación de las selecciones provinciales de Ciego de Ávila, en las categorías sub-18 y sub-23, respectivamente, los tricampeones nacionales de La Habana, Sancti Spíritus, y los cuatro equipos envueltos en el torneo del territorio sede: Cazadores de Llega y Pon, Pinta Gracias del Quince y medio, Faranduleros de Venezuela y Leñadores de Casimba.
Por primera vez en Cuba tuvo lugar un evento con carácter nacional, donde se jugó en horario nocturno y estuvo organizado por activistas del territorio, quiénes acondicionaron el terreno y lo bautizaron con el nombre de Lázaro Santana, una de las glorias del béisbol de la comunidad.
Otro privilegio fue contar con la presencia de campeones mundiales de la justa celebrada en México 2022. Los habaneros Orlando Amador (primer bate y torpedero de Cuba), y Briandy Molina, MVP de la lid del orbe, no solo fueron los jugadores más relevantes de la justa sino que impartieron clínicas sobre esta disciplina. Además, participó la espirituana Lietis Arcia, tercera base del equipo que se coronó en el país azteca.
Se sumaron al torneo y a las actividades colaterales Pablo Terry, entrenador principal de la escuadra que se coronó en la Copa Mundial de mayores en la capital azteca, y Sergio Arturo Pérez, entrenador asistente del equipo Cuba, campeón de la Copa Mundial Juvenil celebrada en la ciudad turca de Ankara en 2023.
Durante marzo debería concretarse la celebración del primer pre mundial de nuestro continente, con sede prevista en Barquisimeto, Venezuela, y que ofertará tres cupos para la cita del orbe de mayores, con sede a finales de año en Hong Kong. No obstante, todo indica que el evento será aplazado, porque hasta el momento WBSC Américas no se ha pronunciado al respecto.
La concentración en la Esfaar Cardín permitirá que los ocho atletas escogidos (cuatro hombres y cuatro mujeres) lleguen en excelente forma al torneo continental.
Posterior a esta lid, se celebrarán los torneos zonales en ambas categorías, que brindan dos cupos por región a la final nacional. La Habana buscará su cuarto título nacional consecutivo entre mayores, aunque contará con la resistencia de selecciones con excelente nivel como Guantánamo y Artemisa.
Entre los juveniles se llevará la segunda final nacional, con Artemisa como principal candidato a repetir la corona, mientras que Guantánamo, Santiago de Cuba y La Habana tratarán de impedirlo.
Por otra parte, Cuba tiene previsto organizar a mediados de año, en Varadero, una Copa del Caribe, con el objetivo de que participen varias selecciones del área que comienzan a desarrollar el baseball5.
El año cerrará en el último tercio con la segunda Copa Mundial de mayores en Hong Kong. La sede asiática seguramente se lucirá en la organización de la justa, a la que Cuba lleva como propósito repetir la corona.
2024 será un año de reafirmación para el baseball5 en Cuba. Es la única disciplina de nuestro deporte nacional que nos regala en la actualidad títulos internacionales. Seguramente mantendrá la tradición; aunque los rivales crecen, y no se duermen en los laureles.