Dos hermanos y un amigo llegaron a La Habana en 1864 después de estudiar en Filadelfia por varios años. Con ellos trajeron algunos implementos y cierta costumbre por un juego, sin saber que abrirían el camino a lo que a principios del siglo XX ya sería considerado el Deporte Nacional de Cuba. Una pasión viva hasta hoy en la isla, que desde 2021 es Patrimonio Cultural de la Nación.
Grosso modo, así podríamos resumir el punto de partida, o algunos de los motivos para que este 13 de diciembre la Biblioteca Nacional de Cuba acogiera la Conferencia Científica “160 años de Béisbol Cubano. Origen, Cultura y Vínculos Internacionales”, organizada de conjunto por la plataforma filantrópica Cuba Foundation, la Federación Cubana de Béisbol y Softbol y la propia Biblioteca.
A los asistentes los recibió un cartel que presenta a Esteban Bellán al bate, el primer jugador cubano y latinoamericano en jugar en la liga profesional en Estados Unidos. Respaldándolo está la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, y otros símbolos importantes de la nacionalidad. Todas las lecturas están en esta imagen.
“El mismo proceso que llevó a la construcción de la nación en Cuba y a la independencia del país, es el del béisbol. El primer club de pelota se creó en 1868, el año en el cual Carlos Manuel de Céspedes da el Grito de Yara; entonces, estamos hablando de cosas demasiado profundas y esenciales para la vida de la nación como para no tomarlas en cuenta, justamente, en el momento en que quizás el béisbol cubano, desde el punto de vista competitivo y también del gusto popular y de lo que representa en el imaginario de las personas, está en su peor momento”, explica el ensayista, historiador y profesor universitario Félix Julio Alfonso López, uno de los panelistas de la jornada.
Los temas abordados en la conferencia científica fueron diversos. Desde la historia, hasta la presencia en Nueva York, Colombia o México. Entre los participantes, desde lo presencial y lo virtual, estuvieron Leonardo Padura, Norberto Codina, Rafael Acosta de Arriba, Omar Valiño y Roberto González Echevarría, por solo mencionar algunos. A las ponencias se sumaron presentaciones de libros y una exposición.
“Es importante celebrar ese evento porque es el origen de esta gran institución a la que llamamos ‘la pelota’ aquí en Cuba. Estamos conmemorando cómo llegó de Estados Unidos, y cómo de aquí fue a otras partes de América Latina. Es una historia muy bonita, muy rica, y es importante hablar sobre ella para los jóvenes”, dijo a OnCuba Gustavo Arnavat, Presidente ejecutivo y fundador de Cuba Foundation, quien también adelantó algunos de los proyectos futuros que tiene la plataforma respecto a la pelota.
“Una es restaurar el Palmar de Junco, que sería algo muy interesante. Obviamente hay que hacerlo con respeto a ese lugar que es tan especial, trabajando con arquitectos, ingenieros, diseñadores que se basen en las mejores prácticas del mundo de restauración arquitectónica. Es una cosa que estamos viendo a largo plazo. También queremos trabajar la conexión de instrumentos para jugar: guantes, pelotas, gorras; para traerlos a Cuba y distribuirlos de una manera inclusiva y gratuita; y nos gustaría el próximo año hacer una conferencia técnica como esta que se enfoque más en el tema de los vínculos entre Estados Unidos y Cuba, pero en particular en el rol importante de las Ligas Negras. Esa es una historia muy rica que hay que contar”, detalla Arnavat, dejando claro que la cita de este viernes es solo un paso en el camino que esperan recorrer desde Cuba Foundation, en la que justamente el deporte es una de las cinco líneas de trabajo de cooperación entre actores privados de ambos países.
“Hay una relación muy poderosa; el béisbol llegó desde los Estados Unidos, y luego a lo largo del tiempo en la República hubo un vínculo muy fuerte entre el cubano y el estadounidense. Ese lazo se ha roto por razones extradeportivas, por causas eminentemente políticas, pero hoy hay un grupo importante de peloteros cubanos que juegan en Estados Unidos y triunfan. Ellos demuestran que la calidad está viva, que no ha muerto, pero que necesita otros incentivos y también otra manera de hacer, otra mirada sobre el deporte”, resumió el profesor Félix Julio.