El pitcheo cubano extendió a 18 su cadena de entradas sin permitir carreras limpias a los Cardenales de Lara en la Serie del Caribe de Panamá, y garantizaron el pase a la final del clásico regional, que busca un nuevo campeón.
Lázaro Blanco lideró el pitcheo en una tarde excepcional desde la lomita, por donde pasaron otros cuatro serpentineros en rol de relevo. Cada uno de ellos cumplió su función, en gran medida porque salieron a trabajar en el momento exacto, mérito del alto mando, que esta vez sí supo manejar bien a los efectivos.
La ofensiva volvió a dejar muchas dudas, pero lograron anotar tres carreras que fueron suficientes frente a un elenco venezolano sin pólvora en el plato.
Los Leñadores de Las Tunas tienen ahora una oportunidad legítima de coronarse, algo que solo han logrado cuatro equipos debutantes en el presente siglo. Precisamente, los últimos que subieron a la cima en su estreno fueron los Vegueros de Pinar del Río, en 2015.
A continuación, repasamos los momentos y acciones cruciales del choque entre Cardenales y Leñadores.
Lo mejor
A pesar de tirar más de 200 lanzamientos en solo cinco jornadas, Lázaro Blanco se ha encumbrado como el mejor serpentinero de la presente Serie del Caribe. El derecho granmense ganó los dos juegos de Cuba en la lid, y les ha dado el pase a la final.
Con enorme capacidad mental para mantener la forma pese al desgaste físico, Blanco extendió a 12 su cadena de ceros en el presente clásico caribeño, tras sus salidas contra los Charros de Jalisco –el martes 5 de febrero– y los Cardenales de Lara.
Frente a los venezolanos afrontó diversas complicaciones, pero desde el mismo inicio encontró la concentración para imponerse. Con bases llenas y un out en la misma primera entrada, el diestro metió el brazo y mandó un avance de lo que venía.
A partir de ahí, los Cardenales amenazaron siempre, pero se encontraron siempre con la misma piedra: un lanzador inteligente y con suficientes recursos para pasar por encima del desgaste y de la pérdida de 4 a 5 millas en sus envíos.
Su enorme esfuerzo (más de 110 pitcheos) le alcanzó para liquidar cinco entradas en blanco. Del resto se encargaron Yoanni Yera, Yoelkis Cruz, Yudiel Rodríguez y Raidel Martínez, relevistas que entraron en acción en el momento justo.
Lo peor
Los Leñadores batearon mejor en su segundo duelo contra los Cardenales de Lara, pero volvieron a dejar muchas dudas en cuanto a la productividad con corredores en posición de anotar.
Los cubanos pegaron ocho inatrapables, recibieron ocho boletos y recibieron el favor de tres errores venezolanos, pero esa notable acumulación de jugadores en base no se tradujo en carreras.
De hecho, solo una conexión sirvió para impulsar, pues las otras dos anotaciones llegaron más bien por regalos del contrario: un boleto con bases llenas y un error en tiro.
En total, los Leñadores dejaron a 13 hombres en circulación, ocho de ellos en posición anotadora, lo cual habla a las claras de enormes problemas de oportunidad. El béisbol les dio a los cubanos un nuevo chance de acariciar la gloria, pero si no mejoran este detalle les puede costar caro en la final.
La clave
Cuba dio un salto ofensivo en términos cuantitativos durante el duelo decisivo frente a los Cardenales de Lara, y todo se resume en paciencia y ajustes. Los bateadores se enfocaron en hacer swines rectos y no mostraron tanta desesperación en el rectángulo ofensivo.
Esas variantes les permitieron poner la pelota en juego de manera más efectiva, con solo cinco elevados de out y muchas más conexiones de línea y rolling, detalle vital en un estadio nefasto para los sluggers.
Además, los Leñadores fueron más selectivos, pues tomaron ocho boletos y en varios turnos exprimieron a los lanzadores hasta conteos avanzados.
Lo imperceptible
Los Leñadores han anotado ocho carreras en la Serie del Caribe, y cuatro de ellas están a la cuenta de Yunieski Larduet, quien se ha erigido en líder ofensivo del plantel junto a Alfredo Despaigne, autor de cinco remolques.
La velocidad del patrullero central ha sido determinante, sobre todo en este último decisivo choque clasificatorio contra los Cardenales. Ante los venezolanos pegó tres jits, anotó dos veces y desestabilizó a la defensa rival con su habilidad en los senderos.
Larduet fue el gestor y protagonista de la importante tercera raya de Cuba, que abrió el marcador en el sexto inning. En ese capítulo se embasó con sencillo al derecho, avanzó a segunda por un rolling de Jorge Jhonson, se robó tercera y anotó por error en tiro del receptor Apodaca.
Si Larduet mantiene ese juego agresivo, las posibilidades de Cuba en la final crecerán exponencialmente.
La polémica
Nunca se tienen suficientes carreras, y en el tercio final no es un pecado intentar ampliar diferencias. El alto mando cubano dejó pasar esa oportunidad en el séptimo episodio, cuando colocaron hombres en segunda y tercera, con un out y el máscara Oscar Valdés al bate.
El capitalino llevaba de 3-0, con par de ponches, en su debut internacional como sustituto de Yosvany Alarcón, anulado en los tres primeros encuentros. Quitar a Valdés en ese instante para buscar más carreras era un movimiento cantado, teniendo en cuenta que quedaban solo dos entradas defensivas que Alarcón podía perfectamente cubrir.
Especialistas en remolcar no faltaban en el dogout, empezando por el experimentadísimo Danel Castro, el hombre que más veces ha impulsado empate o ventaja en la pelota cubana. Además, estaba Yurién Vizcaíno, zurdo y líder empujador del último campeonato nacional.
A la postre la dirección se decidió por mantener a Valdés, quien falló por cuarta ocasión en el partido y no pudo traer otra raya para Cuba. Después el pitcheo de los Leñadores mantuvo el dominio y no se echó en falta la necesidad de otra carrera, pero no siempre va a ser así.
Ja, ja, ja…y después dicen que los estímulos materiales no funcionan. El “arreglo” entre Grandes Ligas y dictadura cubana ha hecho que súbitamente los peloteros cubanos sean mejores. Cada uno de esos muchachos está jugando bien, buscando visibilidad frente a los scouts…..