Tras la fundación de la franquicia en 1961, los Texas Rangers han perdido 2814 choques como visitantes en Grandes Ligas, la mayor cifra entre los 18 equipos que han participado en cada una de las temporadas desde esa fecha. Si incluimos en la ecuación a los 30 conjuntos de MLB, los tejanos presentan el cuarto peor promedio de ganados y perdidos (.434) en la carretera desde 1961, solo por delante de los Rockies (.391), los Marlins (.419) y los Padres (.427).
Si avanzamos un poco en el tiempo, hasta su mudanza definitiva a Texas en 1972, los Rangers siguen estando entre los 10 peores equipos de Las Mayores por sus resultados fuera de casa (2260 derrotas y promedio de .444).
En la historia, la mayor racha de victorias del equipo en la carretera en una misma temporada es de 9. La marca la implantaron en 1977 y la igualaron luego en 2013. Su récord general es de 10 triunfos seguidos como visitantes entre finales de 2011 y principios de 2012.
Durante la temporada regular de 2023, los Rangers jugaron 81 partidos en la carretera y quedaron con promedio por debajo de .500 (40 victorias y 41 derrotas). En abril, ganaron 4 duelos seguidos fuera de casa (contra Houston y Kansas), y después repitieron la racha en mayo (ante Pittsburgh y Baltimore) y en septiembre (barrida en Toronto). Fuera de eso, no tuvieron ninguna cadena de éxitos más larga como visitantes.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, no se suponía que Texas entrara a la postemporada del actual curso y eslabonara la mayor cadena de triunfos (11) como visitantes en la historia de los playoff. Tampoco se suponía que una franquicia que nunca había ganado la Serie Mundial terminara levantando el trofeo justo este año; en febrero sus opciones de coronarse eran solo del 2 % según múltiples predicciones.
Pero en los diamantes no hay nada escrito. Quizás esa sea una de las frases más manidas del juego. Se repite una y otra vez, como un vicio. Sin embargo, tiene mucho de verdad y probablemente no exista mejor ejemplo que los Rangers, que este miércoles derrotaron a Arizona y acabaron con su maldición de más de seis décadas sin probar las mieles del éxito en el mejor escenario beisbolero del planeta.
Lo mejor
Luego de una postemporada muy irregular, Zac Gallen fue finalmente el as que esperaban los Diamondbacks. El derecho completó 6 entradas sin permitir jits a la feroz ofensiva de los Rangers y retiró a los 12 primeros bateadores que enfrentó, algo que ningún abridor lograba en un partido de Serie Mundial desde Charlie Leibrandt (Kansas) en el sexto encuentro del Clásico de Otoño de 1985 frente a los Cardinals.
Normalmente, salir de ese bache ante un gran lanzador como Gallen cuesta Dios y ayuda, pero los tejanos lo consiguieron para coronarse sin necesidad de regresar a casa. Corey Seager, cuarto pelotero en la historia en ser seleccionado 2 veces Jugador Más Valioso de la Serie Mundial (tras los inmortales Sandy Koufax, Bob Gibson y Reggie Jackson), le quebró el no-hitter al tirador de Arizona en el séptimo y señaló el camino a Evan Carter y Mitch Garver, quienes también conectaron cohetes y rompieron el encanto en la casilla de las carreras del Chase Field.
Bruce Bochy, manager de Texas, explicó que les tomó algún tiempo descifrar a Gallen y pegarle bien a la bola. “Había que aguantar, porque le ha lanzado así a muchos equipos. Tiene herramientas geniales, por lo que no quedaba otra que esperar a que alguien encendiera la chispa. Finalmente lo conseguimos y las cosas se pusieron en marcha. Luego se volvió contagioso”, precisó el mentor sobre el mayor desafío para su ofensiva en esta Serie Mundial.
La ventaja mínima hubiera sido suficiente para los Rangers, pero como bien explicó su director, el resto del lineup se contagió y produjeron 4 anotaciones más en el noveno, cuando se combinaron un sencillo de Jonah Heim, un error del jardinero central Alek Thomas y un jonrón de Marcus Semien como jugadas fundamentales.
Por cierto, con el vuelacercas de Semien, Texas extendió a 16 su cadena de partidos con al menos un jonrón en postemporada, la tercera mejor marca de todos los tiempos, solo superados por los Yankees (23 entre 2019 y 2022) y Arizona (17 entre 2017 y 2023).
Del resto se encargó el picheo de los Rangers, que completaron la blanqueada gracias a su impresionante capacidad para dominar en los momentos de mayor tensión con corredores a bordo.
El héroe
A pesar de la ofensiva volvió a hacer el trabajo para los Rangers, el gran héroe de la noche fue Nathan Eovaldi, quien consiguió mantener en cero a los D’backs pese a meterse en muchas complicaciones. Los anfitriones no habían perdido esta postemporada cuando anotaban primero, por lo que controlarlos era una prioridad mientras sus compañeros encendían la maquinaria.
Eovaldi lo logró con una combinación de rectas, splitters y cutter, aprovechando el contraste de velocidad con su curva. En sentido general, fue muy agresivo, al punto de marcar 13 strikes cantados, 3 de ellos para ponchar a bateadores rivales con corredores a bordo.
“Físicamente y mecánicamente me sentí muy bien, pero no hice un buen trabajo ejecutando mis lanzamientos hasta que lo necesité. Tuve mucho tráfico en las bases y afortunadamente conseguí buenos picheos cuando la situación estaba más complicada. También la defensa fue genial”, aseguró Eovaldi, quien caminó 6 entradas en blanco, con 5 ponches, igual cantidad de boletos y 4 jits permitidos.
“Más allá de lo que hicieron los chicos al bate, creo que todo se trató de nuestro lanzador abridor. ¡Qué trabajo hizo! Estuvo en problemas en cada entrada, se le embasaron varias veces en el primer turno, pero supo salir de los apuros (…) Ha hecho esto toda su carrera, así que teníamos la hombre adecuado ahí para llevarnos a la victoria”, dijo Bruce Bochy sobre la faena de Eovaldi, quien fue un talismán en esta postemporada para los Rangers, pues ganaron en cada una de sus 6 aperturas.
Lo peor
La frase que define lo que pasó con Nathan Eovaldi en las primeras 5 entradas del partido la dijo su entrenador de pitcheo, Mike Maddux, hermano de Greg Maddux: “Era policía de tránsito esta noche”. Sin dudas, lo mejor que hizo el ex lanzador de los Red Sox fue sacar los outs mientras luchaba continuamente con el tráfico en las bases.
La estadística que define la derrota de Arizona es la siguiente: sus bateadores se fueron de 9-0 con corredores en posición anotadora en las cinco primeras entradas del juego. En ese lapso, dejaron a 9 jugadores varados.
Los D’backs son apenas el cuarto equipo desde 2008 que suma al menos nueve veces al bate con corredores en posición anotadora en un juego de Serie Mundial y no puede conectar un jit. Anteriormente, ocurrió con los Phillies en 2008 (juego 1), Rangers en 2010 (Juego 2) y Nationals en 2019 (Juego 3).
El pésimo bateo oportuno se notó más porque Zack Gallen lanzó su mejor juego en la postemporada, aunque con 3 swines los Rangers le hicieron una carrera. Sobre la decisión de dejar a Gallen en el sexto capítulo, creo que Torey Lovullo apostó a que estaba mostrando una gran versión, a pesar de conocer que sus resultados no eran buenos cuando enfrentaba por tercera vez seguida a una alineación.
“Siento que si hubiéramos anotado algunas carreras temprano, el resultado habría sido un poco diferente. Pero no lo hicimos. Y nos mantuvo en el juego. Sin él, no hubiésemos estado en la situación en la que estábamos” dijo Lovullo sobre el trabajo de su as.
Sin embargo, el juego aún estaría cerrado por una carrera después del sexto y así se mantendría hasta el noveno, cuando el cerrador Paul Sewald permitió cuatro anotaciones. Para ser justos, el error de Alek Thomas empeoró más la situación de Sewald.
Después de ese rally, Bruce Bochy estaba listo para levantar su cuarto título de Serie Mundial, y los Rangers, después de pasar por 5 estadios, aproximadamente dos docenas de entrenadores y 10 033 partidos, ganar por primera vez.
El villano
Acá podemos hacer otra repartición de culpas. Por ejemplo, Geraldo Perdomo y Tommy Pham se fueron de 2-0 con corredores en posición anotadora, pero 5 de sus compañeros tampoco batearon en dicha situación.
Paul Sewald también puede ser el villano, en resumidas cuentas, es el cerrador del equipo y si hubiese mantenido el marcador 1-0 la presión era distinta para la novena entrada. Lo cierto es que el ex lanzador de los Mariners no tuvo un buen rendimiento en la Serie Mundial y todo parte de su mejor lanzamiento: la recta de cuatro costuras.
La recta de Sewald es una de las mejores del negocio y eso, en gran medida, es gracias a que los Mariners lograron perfeccionarla cuando llegó a la organización en 2021. Desde ese momento, Seattle descubrió que sus lanzamientos tenían un buen ángulo de aproximación vertical cuando pasaba por el home, lo que hacía que se confundiera en lo alto de la zona porque era bastante plano con respecto a su punto de liberación.
Sewald permitió 4 jits con su recta en el juego de anoche. En su carrera (incluyendo los playoff) solo había permitido 4 jits en 5 juegos, el último de ellos en agosto de 2020. La regresión fue notable en la Serie Mundial, en la que le pegaron 5 imparables, entre ellos 2 jonrones contra su recta. En el resto de la postemporada, los rivales solo lograron 2 jits en 14 turnos ante ese envío.
“Creo que no hubiéramos estado en esta posición sin él. Cerró muchos juegos y nos llevó a este punto. Y sé que le dolerá lo que pasó en el transcurso de la Serie Mundial, pero es un tipo que podrá procesarlo de la manera correcta y con suerte mejorará”, respondió Lovullo cuando le cuestionaron por el rendimiento de su taponero.
Como escribimos anteriormente, el error de Alek Thomas también ayudó a que ese rally se completara en el noveno inning. Quizás, no es un error como el de Daniel Murphy en la Serie Mundial de 2015 o el de Bill Buckner en el Clásico de Otoño del 1996, pero terminó de sentenciar a los D’backs. El Chase Field enmudeció tras esa jugada y Texas explotó.
El dato
La victoria de los Rangers tuvo sabor cubano. Adolis García y Aroldis Chapman fueron parte del roster que se coronó en la Serie Mundial, mientras Julio Pablo Martínez vio acción durante la temporada regular con el equipo tejano, por lo que también recibirá su anillo de campeón.
De todos los cubanos que han participado en la Serie Mundial, Adolis es el decimotercero que gana en su primera experiencia, mientras Chapman se suma a Miguel Ángel González, Adolfo Luque, Bert Campaneris, Mike Cuéllar, Tany Pérez, José Canseco, Orlando “El Duque” Hernández, Jorge Soler y Yulieski Gurriel como los únicos antillanos con más de una corona.