Ya podemos hablar en pasado de la Serie del Caribe de Miami 2024. El viernes pasado, frente a la mayor concurrencia en la historia del evento (36 677 fanáticos), Venezuela rompió una mala racha de 15 años sin títulos y derrotó en la gran final a los dominicanos Tigres del Licey, reyes por excelencia del clásico caribeño. De esta forma, bajaron las cortinas de un torneo que tuvo una asistencia récord de 340 325 aficionados.
Cuba, pese a no contar con ningún equipo en competencia, sí estuvo representada en la Ciudad del Sol, donde tres peloteros (Yasiel Puig, Ariel Miranda y Miguel Romero) de la isla terminaron celebrando en lo más alto del podio con los Tiburones de La Guaira. En tanto, Yadiel Hernández, Jorge Martínez y el veteranísimo de 46 años, Raúl Valdés, culminaron en la segunda posición.
En líneas generales, los jugadores de raíces antillanas firmaron un buen evento, sobre todo los lanzadores, que consiguieron actuaciones relevantes y cruciales para sus equipos. Pero repasemos al detalle el rendimiento de nuestros diez exponentes en la lid miamense.
Los cubanos quieren dejar huella en la Serie del Caribe de Miami
Miguel Romero (Tiburones de La Guaira-Venezuela)
Solo un lanzador logró más de una victoria en la reciente edición de la Serie del Caribe: el guantanamero Miguel Romero. El derecho de 29 años resultó vital en el campeonato de los Tiburones de La Guaira, que lo utilizaron en el partido inaugural y en el choque del cruce semifinal. En las dos instancias, ambas muy importantes en los destinos del torneo, el cubano respondió a la altura y bien pudo ser considerado para el premio de Jugador Más Valioso de la Serie.
En el duelo de apertura, el mejor relevista del pasado Clásico Mundial se lució frente a los Tigres del Licey, a quienes solo permitió tres jits y una limpia en 5.1 episodios de trabajo, con tres ponches y ningún boleto. En semifinales volvió a la acción y también respondió con clase: 5.1 entradas, dos carreras, seis imparables, un boleto y un estrucado.
Romero se apuntó la victoria en ambos desafíos y terminó el torneo con 10.2 innings de labor, efectividad de 2.53 y un excelente promedio de corredores embasados por entrada (WHIP) de 0.938.
“Estar en mi primera Serie del Caribe es algo único, muy especial. Se siente muy bien jugar al lado de grandes del béisbol, tanto compañeros como rivales. Este equipo tiene alma de triunfo”, sentenció el guantanamero en declaraciones que recoge el sitio especializado Pelota Cubana.
El derecho de los Tiburones dijo que uno de los momentos más especiales en el torneo fue el duelo inaugural, en el que le tocó enfrentarse a su compatriota, el zurdo Raúl Valdés. “Fue un reto complicado lanzarle a un equipo dominicano que tiene muchos peloteros con calidad de Grandes Ligas. Raúl Valdés es un ejemplo de constancia y es un referente de cómo hacer las cosas bien tengas la edad que tengas”, precisó.
Yasiel Puig (Tiburones de La Guaira-Venezuela)
Con todos los reflectores arriba, “Caballo Loco” dio otra buena demostración de su enfoque en el diamante, aunque no pudo rendir al mismo nivel que en el circuito profesional venezolano. Puig comenzó fuerte con un enorme cuadrangular en el primer partido frente al Licey, pero después pasó tres choques consecutivos sin imparables.
Entre el segundo y el tercer desafío se tomó cinco ponches en nueve comparecencias al plato, aunque luego mejoró considerablemente en los dos últimos enfrentamientos de la clasificatoria y los duelos decisivos. En estos cuatro partidos, el sureño anotó cuatro carreras, pegó un doble y se embasó seis veces en 14 viajes al rectángulo ofensivo.
Además, dejó destellos de buena defensa en el bosque izquierdo y fue peligroso en los senderos mientras pudo mantenerse en pie, porque en la final sufrió una lesión en el tendón de la corva que limitó su corrido de bases y, a la postre, lo sacó de juego.
“Me lastimé, pero quería seguir en el juego representando y ayudando a mis compañeros a lograr lo que vinimos a buscar, que era el campeonato”, dijo Puig al periodista Enrique Rojas, de ESPN.
“Quisiera agradecer al país y a todas las personas que me dieron la oportunidad de estar jugando con los Tiburones de La Guaira. Hoy me siento bien contento, he sido campeón dos veces en menos de un mes. Fuimos un equipo que esperó 37 años para ser campeón y lo logramos. Le prometimos al país y a toda la afición que daríamos lo mejor de nosotros aquí y ganaríamos”, añadió el patrullero, que firmó una gran temporada invernal en Venezuela.
Ariel Miranda (Tiburones de La Guaira-Venezuela)
Su labor en la Serie del Caribe de Miami 2024 fue limitada, pues solo trabajó en un partido de la ronda clasificatoria contra los Federales de Chiriquí (Panamá). El zurdo permitió tres carreras y cuatro imparables, incluidos dos jonrones, en solo 2.1 innings, por lo que su efectividad se disparó a 11.57, mientras su WHIP quedó en 2.57.
Tras esa aparición, Miranda no volvió a subir a la lomita del LoanDepot Park, pero celebró como uno más el histórico campeonato de los Tiburones de La Guaira.
Raúl Valdés (Tigres del Licey-República Dominicana)
El incombustible zurdo del Mariel dio otra gran demostración y se reafirmó como uno de los lanzadores legendarios en la historia de la Serie del Caribe.
Valdés tuvo dos buenas aperturas contra Venezuela y Curazao, aunque en la primera no corrió con mucha suerte, pues sus compañeros no lo apoyaron a la ofensiva. De cualquier manera, el tirador avanzó 4.1 entradas con una sola carrera permitida y tres ponches frente a los Tiburones de La Guaira, que se impusieron con cerrado marcador de 3-1.
En su segunda presentación, clave en las aspiraciones dominicanas de avanzar a semifinales, el zurdo respondió con cinco episodios inmaculados, en los que aceptó solo dos jits y retiró a siete por la vía de los strikes. En total, propinó diez ponches en 9.1 innings, con una sola carrera limpia en su cuenta y efectividad de 0.96.
Valdés llegó a 61 ponches en Series del Caribe, segundo en el listado histórico por detrás de Juan Pizarro (62) y por delante de Luis de León (56). Además, se consolidó como el tirador con más episodios trabajados (85) en el evento e igualó las seis victorias de su compatriota Camilo Pascual, del puertorriqueño Rubén Gómez y del venezolano José Bracho. ¡Leyenda de los diamantes!
Yadiel Hernández (Tigres del Licey-República Dominicana)
En la misma cuerda de Yasiel Puig, el matancero fue muy intermitente. En sus primeros cinco partidos solo pegó un imparable en 12 turnos, pero después tuvo dos juegos multi-jits entre el cierre de la clasificatoria y la semifinal, con un remolque y una anotada. Tras ese despertar, volvió a caer en un bache en la final, con tres ponches en cuatro comparecencias al plato.
Yadiel se quedó a un paso de repetir la corona que ganó con los Vegueros de Pinar del Río en la Serie del Caribe de 2015 en San Juan, Puerto Rico. En aquel momento, el patrullero era uno de los bateadores más ajustados del béisbol cubano.
Jorge Martínez (Tigres del Licey-República Dominicana)
Fue una Serie del Caribe de contrastes para el derecho matancero, quien comenzó como relevista y terminó de abridor con una notable apertura frente a Panamá. Martínez salió desde el bullpen contra Nicaragua (tres jits y una limpia en dos entradas) y México (un episodio en blanco), pero ya en el cierre la clasificatoria le entregaron la bola desde el inicio y no decepcionó.
El yumurino retiró cinco capítulos con siete ponches, tres jits y una limpia en su cuenta ante los Federales, uno de los equipos más ajustados de la lid. Sumando sus tres apariciones, Martínez acumuló ocho innings de labor, en los que retiró a diez bateadores por la vía de los strikes (co-líder del torneo) y solo aceptó par de limpias (efectividad de 2.25), ambas por jonrones de sus oponentes.
Yoanner Negrín (Gigantes de Rivas-Nicaragua)
Dos presentaciones tuvo el matancero en el LoanDepot Park, y ambas fueron contra los finalistas del torneo. Primero trabajó cuatro episodios contra los dominicanos Tigres del Licey, en los que solo permitió tres jits y dos carreras, pero afrontó problemas con el control al regalar cinco boletos. Ese detalle marcó su temprana salida del montículo.
Su segundo rival fue Venezuela, que le fabricó tres anotaciones en cinco capítulos, con ocho jits. Esta vez no concedió bases por bolas, pero cargó con una abultada derrota de 9-0, pues sus relevistas fueron bombardeados por la ofensiva de los Tiburones.
Odrisamer Despagine (Naranjeros de Hermosillo-México)
En los números aparecerá que el derecho capitalino perdió en su única salida en Miami, pero en realidad su trabajo fue respetable. Frente a los Criollos de Caguas, Despaigne caminó seis episodios con dos limpias, cuatro jits, par de boletos y cuatro ponches en su cuenta, pero su equipo no logró producir ni una anotación frente a los boricuas.
“Me sentía bien, creo que fue un gran juego, pero Puerto Rico fue mejor, pudieron ganar, aprovecharon la oportunidad que tuvieron y se llevaron la victoria”, dijo el habanero en una entrevista con Pelota Cubana.
A pesar de la derrota en su apertura, el antillano aseguró que se sentía contento por lanzar nuevamente en la que fue su casa cuando trabajó para los Marlins entre 2016 y 2018. “Por primera vez mi familia estuvo aquí, mis amigos, fue algo emocionante para mí que mis hijos me pudieran ver en vivo en un terreno de Grandes Ligas”, sentenció el diestro.
Bryan García (Criollos de Caguas-Puerto Rico)
El derecho cubanoamericano tuvo un relevo efectivo contra México (una entrada en blanco con un imparable en su cuenta), pero después se las vio negras contra Panamá, que en un tercio de labor le pegó dos jits y le anotó par de carreras, una de ellas sucia. Su balance en Miami fue de 1.1 innings de trabajo con efectividad de 6.75.
J.C Escarra (Criollos de Caguas-Puerto Rico)
Firmado hace solo unos días por los New York Yankees para un contrato de liga menor con invitación a los entrenamientos de primavera, Escarra afrontó la Serie del Caribe como un nuevo reto para demostrar que las oportunidades recibidas recientemente no son obra de la casualidad.
Su inicio fue impetuoso, pues se embasó tres veces en cuatro viajes al plato frente a Nicaragua. Sin embargo, en los partidos restantes no produjo igual y dejó una línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging/OPS) de discreto poder: .238/.385/.238/.623. La excepción fue el duelo contra Venezuela, en el que anotó una carrera e impulsó otra, con dos jits en su cuenta. Escarra, además, sumó par de robos en todo el torneo.