Un emigrado cubano que vive en el sur de la Florida, en EE.UU., donó las gorras que exhiben los jugadores del equipo de Camagüey desde que empezó la postemporada de la actual Serie Nacional de Béisbol.
El protagonista de la historia, quien se describe como un “fanático más”, declaró a elTOQUE que no realizó la donación para hacer publicidad sino para ayudar al equipo de su tierra natal, que en estos momentos disputa con Matanzas la final del campeonato cubano. De hecho, puso como condición para el diálogo con los periodistas que respetaran su anonimato.
Arquitecto de profesión, el benefactor de los Toros se idenfica como Juancho HL en la red social Facebook, y sus gorras, luego de estrenadas por la novena camagüeyana en la semifinal contra Industriales, han sido objeto de debates y especulaciones, a veces “sin rastro de objetividad”, indica la publicación.
“Aunque yo había propuesto que las utilizaran si clasificábamos a la postemporada, todo dependía de que Borroto (Miguel Borroto, director del equipo) e Isabelita (Isabel González Cárdenas, presidenta del Gobierno Provincial en Camagüey) obtuvieran los permisos necesarios para hacerlo. Fue una sorpresa tremenda cuando vi salir el primer jugador al terreno”, relató Juancho.
Junto a varios amigos, el fanático camagüeyano había pensado enviarle pelotas al equipo de sus amores para los entrenamientos, pero desistió de esa idea por la dificultad de entrarlas a Cuba. Barajó también encargar uniformes para los jugadores, “una idea ambiciosa, pues implicaba producir los trajes para los jugadores y camisetas para los aficionados”.
“Las segundas, vendidas al menor precio posible, ayudarían a pagar el costo de los uniformes de los Toros”, explica. Pero los plazos del fabricante y la complejidad de la Serie 59, sobre todo los numerosos cambios de roster provocados por las varias peticiones de refuerzos impidieron hacer realidad el proyecto de Juancho. Finalmente se decidió por las gorras.
Prácticamente contrarreloj diseñó la pieza, que combina un modelo usado por Camagüey a comienzos de la década, el logotipo de la selección (un toro) y la leyenda identificativa de la temporada “tejida en el mismo sitio en el que durante la serie 2000-2001 los jugadores bordaron el número del (entonces) recién fallecido Miguel Caldés”.
De ellas, encargó 200 unidades a través de la plataforma china de comercio electrónico Alibaba.
Muchos se interesaron por la prenda, apenas Juancho la mostró en Facebook.
“La noticia se regó con tanta rapidez que hasta un jugador del equipo me escribió preguntando cómo podía comprar la suya. Era el momento que había esperado. Para mí, fue una satisfacción tremenda poder decirle: ‘No te preocupes, que las de ustedes van a llegar pronto, son un regalo de los fanáticos camagüeyanos”, cuenta.
Días después, Juancho envió 60 gorras a la Isla, distribuidas en envíos de pequeñas cantidades llevadas por familiares y conocidos. Cuando un amigo suyo las llevó al estadio y las dio al conjunto camagüeyano, faltaba poco más de una semana para la semifinal.
La venta de esa misma cantidad (60) bastó para pagar la inversión de todo el lote. Juancho regaló las restantes entre los seguidores más fieles de su equipo. “Lo importante es que estuvieran en el estadio apoyando por la conquista del título”, dice satisfecho y asegura que cuando vio que los jugadores usaban finalmente su donación “fue uno de los momentos más felices” de su vida.
Juancho no es el único emigrado que ha realizado donaciones relacionadas con la Serie Nacional. Otros como Pablo Ávila, quien reside en Texas, Estados Unidos, han contribuido con pelotas, gorras, pulóveres y otros suvenires, para aficionados y jugadores, y aspiran a sistematizar su aporte para apoyar el desarrollo del béisbol en Cuba, de conjunto con el el trabajo de la industria deportiva estatal –principal responsable de abastecer al deporte en la Isla– y lo que pueda aportar también el sector privado.
Increible!
y pq no ponen una foto de la gorra? o el link de facebook? o donde se pueden comprar?