Germán Mesa no necesita presentación en Cuba. El icónico short stop de Industriales y las selecciones nacionales es una leyenda viva del béisbol cubano; para muchos, el mejor jugador de su posición nacido en la isla y uno de los más espectaculares defensores que hayan pisado alguna vez un diamante beisbolero.
Pero “El Mago” Mesa no solo ha sido el más brillante torpedero en la historia de las Series Nacionales. Un hombre capaz de atrapar la pelota en lo más profundo del “hueco”, como un imán, y disparar un misil hacia primera mientras seguía camino tranquilamente rumbo al dugout. O de levitar sobre el terreno al soltar la redonda y dibujar un doble play inverosímil junto a su sempiterno socio Juan Padilla.
Germán, más allá de sus guarismos y distinciones, de sus cetros y medallas en eventos nacionales y foráneos, es un conocedor del béisbol en el sentido más amplio. Un exatleta convertido en entrenador avezado y mánager exitoso, con resultados en Cuba —como el título conquistado al frente de Industriales en 2010, el último del equipo azul hasta la fecha— y fuera de ella, en ligas como las de Nicaragua y Panamá.
Con ese aval fue incluido en el cuerpo de dirección del equipo cubano al Clásico Mundial, y nombrado jefe técnico de la preparación de los peloteros convocados.
En esa función lo encontramos días atrás en el estadio Latinoamericano, en La Habana, donde entrena parte de la preselección en espera del anuncio del equipo definitivo. Allí, junto al mánager Armando Johnson y otros entrenadores como Pedro Luis Lazo, Armando Ferrer y Orestes Kindelán, guía las prácticas de quienes aspiran a representar a Cuba en la quinta edición del principal certamen beisbolero del orbe.
Al final de una sesión de entrenamiento, y tras un aparte con otros miembros del cuerpo técnico, Germán accedió a responder preguntas de OnCuba sobre el grupo de peloteros llamados a defender los colores de la isla en el Clásico Mundial. A pocas horas de que se anuncie formalmente la nómina de la selección cubana, revelamos sus apreciaciones, delineadas con la rapidez y precisión con la que en otros tiempos disparaba a la inicial.
¿Cuáles son las principales fortalezas del equipo cubano de cara al Clásico?
Sin temor a equivocarme, puedo decir que la mayor fortaleza es el pitcheo. Tenemos un buen cuerpo de lanzadores —excelente, podríamos decir— y por eso esa área, junto con la defensa, debe ser fundamental para Cuba a la hora de encarar el evento.
En cuanto a la ofensiva, hay que considerar que en esos torneos cortos no se batea mucho. Por eso hay que producir con las armas que tengamos, poner la velocidad en función de la ofensiva para lograr anotar carreras. Y luego de que logremos hacer carreras, entonces hay que defenderlas, y con el cuerpo de lanzadores que tenemos creo que podemos hacerlo y caminar en el evento. Pienso que con esas armas se puede hacer un buen trabajo y tener un buen resultado en el Clásico.
Tras el anuncio de la preselección han existido controversias y críticas por algunas ausencias entre los convocados. ¿El grupo elegido tiene las herramientas necesarias para lograr el resultado que se desea?
Pensamos que sí. Una de las debilidades de la selección era la línea central y hemos tratado de fortalecerla en la convocatoria, porque ella es como la columna vertebral de un equipo de pelota. Con una buena línea central: con un short stop de calidad, un buen segunda base para la combinación de doble play, un center field que cubra bastante terreno, y un catcher que pueda guiar bien a los pitchers, se pueden lograr buenos resultados. Eso es fundamental para cualquier equipo, y más para uno que aspire a avanzar y a discutir el campeonato. Eso, y buen cuerpo de pitcheo, que lo tenemos.
Roster cubano al Clásico Mundial, ¿hasta dónde se abrió la puerta?
Al menos la preselección tiene peloteros de diferentes procedencias y ligas, incluida la MLB, que se deben ir integrando paulatinamente al equipo. ¿No entraña esto un riesgo para la dinámica colectiva y el team work del grupo?
Riesgos siempre va a haber, porque tú los puedes estar monitoreando, pero no es el mismo seguimiento el que puedes hacer cuando están fuera, en otros países, con sus clubes, que cuando los tienes contigo en Cuba, cuando los estás viendo a todos los días en los entrenamientos. Pero, a la vez, a partir del trabajo que hemos venido haciendo, del seguimiento que les estamos dando a todos, pienso que no debe haber ningún problema, o al menos problemas serios, para no ser absoluto, con el team work.
Hemos buscado jugadores que se puedan acomodar rápidamente al equipo, que se puedan integrar sin grandes dificultades a los que ya están y fortalecer las áreas menos fuertes, como la línea central. Lo ideal sería poder tenerlos a todos desde el principio en las prácticas acá en La Habana, y por el resto de la preparación, pero no ha sido posible. Algunos están jugando en sus ligas, otros están ahora en la final de nuestra Liga Élite, a los de MLB no nos los dan hasta marzo, y ello, lógicamente, no es lo ideal. Pero, aun así, estamos aspirando a lograr una buena dinámica con todos ellos y acoplar todas las piezas en el poco tiempo en que los vamos a tener a todos unidos.
Usted, que fue un excepcional short stop de las selecciones nacionales, ¿cómo ve la defensa en el infield del conjunto cubano para el Clásico?
La veo bien, porque hemos reforzado la defensa de esa zona, que es clave en el juego. Creo que con las figuras que ya estaban en el equipo, hombres que tienen experiencia en otras ligas como Erisbel Arruebarruena, como Yadil Mujica, con jóvenes como Luis Vicente Mateo, y con las incorporaciones que hicimos, como Andy Ibañez en segunda base, que es el que se nos une para esa posición, y también con la llegada de Yoan Moncada, creo que tenemos opciones de garantía y podemos redondear bien el infield para un torneo tan exigente, en el que un error puede ser fatal para seguir adelante.
¿Quiénes son los 12 peloteros emigrados que podrían ir con Cuba al Clásico Mundial?
Uno de los aspectos que llama la atención en la pre nómina es que cuenta con varios jugadores versátiles, que pueden desempeñarse en distintas posiciones. ¿Se trata de algo fortuito o fue una intención expresa del cuerpo de dirección?
Ese es uno de los propósitos en la integración del equipo. Nos dimos a la tarea de buscar jugadores versátiles, que no estén anclados en una sola posición. Por ejemplo, acá en los entrenamientos en La Habana tenemos a Ariel Martínez, que ha jugado diferentes posiciones en Japón y que puede ser catcher, puede jugar primera, puede ir a los jardines. Entre los jugadores del infield, si los analizas, pasa algo parecido: todos juegan distintas posiciones: tercera, segunda, short stop. Los jardineros también te pueden jugar cualquier posición del outfield y alguno puede jugar adelante también.
O sea, nos hemos propuesto buscar versatilidad debido a la propia conformación del equipo. Sabes que son mínimo 14 pitchers, así que te estarían quedando 16 jugadores de posición. Eso, si no llevas 15 lanzadores, que entonces solo habría 15 cupos para el resto de las posiciones. Y de esos 15 o 16, tendrías jugando nueve más el designado, así que en el dugout te van quedando cinco o seis solamente para los cambios. Y esos hombres tienes que tenerlos listos para correr, para que bateen de emergente, para que salgan a jugar a la defensa en la posición que sea. Por tanto, hay que hacer un buen engranaje de todas las piezas, y por eso apostamos por la versatilidad de los jugadores.
Hay quien afirma que Cuba tuvo suerte por el grupo en el que le tocó jugar la primera ronda. ¿Qué opina? ¿De los que integran la misma llave, cuál pudiera resultar más fácil o más difícil de enfrentar para la selección cubana?
Mira, en el Clásico todos los rivales son fuertes, porque por algo están ahí. No te voy a decir que preferimos jugar con este u otro equipo, o que uno podría ser más fácil para nosotros, porque todos son difíciles. Todos los equipos son “huesos”, como decimos en buen cubano. Ningún partido va a ser sencillo, ni ningún rival se te va a regalar, llámese cómo se llame. Lo que ha pasado antes es historia. Hay que empezar de cero.
La receta para el torneo es clara: simplemente hay que salir a hacer nuestro juego, prepararnos bien, estudiar al rival, defender bien, salir a hacer las carreras, tratar de aprovechar al máximo las oportunidades que existan en cada partido, adelantar a los corredores en las bases para poder anotar, hacer lo que se llama el juego chiquito. Todo ello debe ser importante para alcanzar la victoria, juego a juego, y así poder ir avanzando en el evento, porque en el Clásico no hay enemigo pequeño.
Existen muchas expectativas entre los aficionados sobre lo que puede lograr el equipo cubano en el Clásico Mundial, aunque muchos no lo dan entre los favoritos. ¿Hasta dónde podría llegar Cuba en el torneo?
Si tú me preguntas eso, te voy a decir que vamos a discutir el título. Para eso estamos trabajando. Sabemos que no es algo sencillo y que, para lograrlo, como decía un buen amigo sobre cómo ganar un campeonato, tienen que alinearse todas las estrellas. Y también sabemos que muchos no nos dan de favoritos. Pero yo soy optimista, por el grupo que tenemos y por el trabajo que se viene haciendo. Esa es la mentalidad. No nos estamos preparando para perder; nos estamos preparando para ganar, para avanzar. Vamos a salir con ese objetivo en cada juego y que nos paren si pueden.