Aunque no ha dado señales consistentes de recuperación en su peor temporada en Grandes Ligas desde su debut en 2020, el cubano Luis Robert Jr. nos ha ofrecido destellos de su enorme calidad durante la actual campaña, en la que es el máximo robador (22 estafas) de la armada antillana y, desde este viernes, también el que más lejos ha mandado la pelota entre todos los jugadores de la isla.
En el partido entre los White Sox y los Blue Jays, Robert se vistió de largo con un descomunal batazo de 441 pies en el Roger Centre de Toronto. El caribeño aprovechó un manjar del zurdo Mason Fluharty y despachó la bola a la segunda sección de gradas del parque canadiense, donde la franquicia del sur de Chicago se impuso con marcador de 7-1.
En la tercera entrada, Fluharty dejó servido un sweeper de 80 millas casi al centro de la goma, un caramelo para Robert, quien sacó rápido los brazos y puso la pelota en órbita. Del madero del cubano salió un misil de 114.2 millas, la tercera conexión más fuerte de los White Sox en la presente temporada, solo por detrás de otras dos de 115.8 y 114.8 también con el sello del patrullero oriundo de Guantánamo.
Este fue el jonrón más largo de 2025 entre todos los cubanos de MLB, superando los “palos” de Yoan Moncada (439), Yordan Álvarez (436), Yandy Díaz (435) y Randy Arozarena (435), los únicos que habían pegado batazos de más de 430 pies. Igualmente, significó la conexión más larga del curso para los White Sox.
Luis Robert Jr. ha tenido una temporada muy complicada, por debajo de las expectativas de los fanáticos. Tras casi 70 partidos su línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging/OPS) es de 1.91/.272/.314/.585, por mucho los peores indicadores de su carrera. Estos números, además, están muy por debajo para el segundo pelotero mejor pagado de los White Sox.
A principios de junio, el cubano se tomó un descanso de tres días para intentar darle un nuevo rumbo a la temporada. Aunque sus indicadores han mejorado (OPS de .730 con dos jonrones en los últimos 13 desafíos), todavía no ha conseguido rendir como esperan los fanáticos.