Las Grandes Ligas y sus fanáticos son del mismo parecer: quieren ver a más jóvenes en el terreno. Con los millennials Cody Bellinger y Christian Yelich a la vanguardia, las alineaciones titulares del Juego de Estrellas este año pudieran ser las más jóvenes en la historia, de acuerdo con análisis de los resultados más recientes de las votaciones dados a conocer esta semana por las ligas.
AP estudió la edad promedio de los jugadores en las nóminas abridoras desde el primer Juego de Estrellas en 1933 y el grupo de este año casi seguramente será histórico, especialmente en la Liga Nacional. La edad promedio de los ocho líderes de las boletas en la Nacional es de apenas 25 años, un año menos que la alineación más joven previa, la de la Americana en el 2017.
Cuando se combinan los votos de los dos circuitos, las alineaciones proyectadas este año promedian 26,6 años –0,2 mayores que las del 2017, las más jóvenes de la historia–, pero ese número puede descender hasta 26,3 si Austin Meadows, jardinero de 24 años de los Rays de Tampa Bay, supera finalmente en las boletas a Michael Brantley, jardinero de 32 años de los Astros de Houston.
“Para los jóvenes, representar y ser objeto de conversación es definitivamente algo especial”, dijo Meadows.
El análisis de AP se basa en información extraída de Baseball-Reference.com, usando las edades de los jugadores para el 30 de junio de cada año.
En un año tan reciente como el 2012, la edad promedio de las estrellas seleccionadas por los fanáticos rebasaba los 30 años, pero desde entonces los Juegos de Estrellas han tenido algunas de las alineaciones más jóvenes en sus 86 años de historia.
Las razones para ello parecen ser diversas, incluyendo la introducción de los juegos interligas, mejor descubrimiento de talentos, la popularidad y la accesibilidad de estadísticas avanzadas entre los fanáticos, votaciones en la internet y los medios sociales.
“Es producto de muchas, muchas tendencias en las Grandes Ligas que datan de 50 años”, dijo John Thorn, historiador oficial de la MLB.
No es un secreto que el significado del Juego de Estrellas ha disminuido, sobre todo después de que aparecieron los duelos interligas en 1997 y quedó atrás la posibilidad de ver en el choque de las luminarias enfrentamientos tan peculiares como Joe DiMaggio vs. Warren Spahn, o Mickey Mantle vs. Juan Marichal, los cuales eran imposibles de observar en la temporada regular.
En estos días, uno no solamente ve a Mike Trout contra Clayton Kershaw una o dos veces al año, sino que esos turnos al bate pueden ser encontrados en segundos en un celular o una computadora.
“Recuerdo una vez”, dijo Thorn, “antes de los juegos interligas, cuando el Juego de Estrellas estaba diseñado en parte para tener a las estrellas de la otra liga, aquellas a las que los fanáticos no veían en todo el año. Así que Ted Williams y Stan Musial, incluso en sus años de declinación, eran colocados en las nóminas porque todo el mundo quería verlos, incluso cuando tenían 41, 41 y 42 años.
“Willie Mays, Hank Aaron. ¿Dónde están los astros venerables? ¿Va a tener a (Albert) Pujols un puesto en el equipo de estrellas este año? No lo sé”, puntualizó.
Pujols y sus 645 jonrones de por vida tienen escasas chances. El veterano de los Angelinos figura quinto en la Liga Americana para la primera base, muy distante del puntero Luke Voit, el toletero de los Yanquis que cuenta con 36 jonrones de por vida.
No es sólo que los aficionados de ambas ligas se han aburrido de ver a Pujols en las últimas 19 campañas.
Cuando un jugador como Voit o el segunda base de los Angelinos Tommy La Stella –el inesperado líder de la Liga Americana en la segunda– emergen tan fuerte, el aficionado reacciona de inmediato.
“Lo que tenemos son batallones de fanáticos expertos que te pueden mencionar el WAR de cada jugador en el roster, y quieren ver a lo mejor de lo mejor”, dijo Thorn.