Camagüey ha sido, sin dudas, uno de los mejores equipos en la 59 Serie Nacional de Béisbol. El manager Miguel Borroto —recién nombrado director del equipo cubano para el Premier 12– consiguió impulsar a un grupo de peloteros de reconocidas potencialidades, pero que no había logrado carburar como conjunto en los últimos torneos domésticos.
En su regreso al banquillo de los Toros, luego de varios años trabajando fuera de la Isla, Borroto no ha dudado en echar mano a jugadores jóvenes de grandes perspectivas y a otros muy experimentados que recuperó de la llamada “vieja guardia”.
Precisamente los camagüeyanos tienen en su nómina la peculiaridad de contar con el pelotero de mayor edad en el torneo, y a su vez con el más joven de todos. Ambos han aportado a la causa de su equipo, que en estos momentos pugna por la cima de la Serie con las Avispas de Santiago de Cuba.
Con ellos conversó OnCuba para conocer cómo viven este arrollador paso de los Toros.
La voz de la experiencia
Marino Luis Márquez es un ejemplo de verdadera entrega deportiva. Con 43 años es el jugador más veterano de la 59 Serie Nacional de Béisbol. Le lleva solo 16 días a un ícono del béisbol cubano que responde al nombre de Danel Castro (Marino nació el 16 de junio de 1976 y Danel el 2 de julio).
En 19 series anteriores, el versátil jugador camagüeyano mostraba buenos números con average de .303, además de 1.556 indiscutibles, incluidos 173 dobles, 45 triples y 28 cuadrangulares. Antes de esta justa había remolcado 499 carreras, con 1.229 producidas y 1.903 bases recorridas. Este aval lo convertía en un bateador de promedio que mucho podía aportar a los Toros, a pesar de su edad.
Marino no dudó ante el llamado del hombre que lo dirigió en disímiles campañas, y otra vez salió al ruedo. Aunque no ha estado en todos los partidos, ha sido un verdadero látigo cuando ha alineado como bateador designado, para demostrarle a todos que está como el buen vino, y que “el Jerarca” Borroto no se equivocó al convocarlo.
Con su peculiar forma de batear –por cierto, bien parecida a la de Danel Castro– Marino despierta la admiración de los noveles y los impulsa a vencer objetivos. Esa fue otra de las causas por las que el director camagüeyano lo recuperó a él y al campeón olímpico Vicyohandri Odelín.
¿Cómo te sientes luego de regresar después de varios años?
Es un orgullo y es un placer estar de vuelta porque lo que me gusta es jugar béisbol. Me siento un hombre agradecido al deporte, y sobre todo al director Miguel Borroto que me permitió jugar mi Serie Nacional número veinte.
¿Cuantos años llevabas sin jugar en Series Nacionales?
Llevaba ya tres años sin jugar al máximo nivel, pero siempre me mantuve en las series provinciales hasta que llegó Borroto y me llamó para el equipo. Ha sido una oportunidad única para mí, y estoy tratando de cumplir con la tarea.
¿Hay química entre veteranos y noveles?
El equipo tiene una buena mezcla de peloteros establecidos y muchachos nuevos que tienen mucho deseo de jugar a la pelota y con buena calidad. Ha funcionado muy bien esa unidad, a pesar de contar con distintas generaciones de peloteros dentro del mismo conjunto. Tenemos a varios jugadores con talento como el hijo de Chapellí, Yosbel Pérez, Yendri Téllez, Leonel Segura. Es una gran cantera que está asegurando el futuro de Camagüey en el béisbol.
¿Qué piensas de Camagüey y su posible clasificación a la segunda fase?
No hemos dado el paso completo, pero estamos a punto. Con la disciplina y la entrega que tenemos todos, debemos conseguir la clasificación a la segunda etapa. Tenemos que dar ese paso, porque hace años que la afición de Camagüey está esperando un golpe y los peloteros tenemos muchos deseos de incluirnos entre los mejores cuatro del país.
Un niño con talento de hombre
El jugador más joven de toda la serie es Loidel Chapellí Zulueta. Con el novel jardinero camagüeyano se cumple el axioma de que “Hijo de gata caza ratón”. Su padre fue un excelente inicialista de los equipos agramontinos e, incluso, se coronó con la selección nacional como campeón mundial y centrocaribeño en 1998.
Su hijo, con apenas 17 años (nació el 20 de diciembre de 2001) se adueñó ya de un puesto como titular en el equipo. Sus números reafirman la confianza que le han dado. El joven Chapellí muestra línea ofensiva de .348/.453/.447, con 24 empujadas y 52 producidas, a pesar de alinear muchas veces como primer bate.
¿Cómo llegas al béisbol?
Desde chiquito mi mamá siempre me llevaba al estadio a ver a mi papá. Y cuando comencé en la primaria lo tomé en serio y me puse a practicar este deporte.
Tuviste un gran recorrido por las categorías inferiores…
Tuve la suerte de integrar varios equipos Cuba. Estuve en el equipo sub-15 que se coronó campeón mundial en Japón en 2016. Además hice el grado para dos Cuba juveniles. El primer año participé en el mundial de Canadá 2017, en el que finalizamos en sexto lugar, y el año pasado para el Panamericano de Panamá en el que lamentablemente no clasificamos al Mundial de este año. Si lo hubiéramos hecho hubiese tenido la posibilidad de integrar mi tercer Cuba juvenil.
Debutaste muy joven en la Serie Nacional sub 23. ¿Qué importancia le concedes a este torneo?
Es muy bueno para nosotros para quienes comienzan. Hay muchos prospectos que vienen de la categoría juvenil, y eso les sirve como preparación para la Serie Nacional. Así el salto al máximo nivel no es tan complicado.
¿Cuál es la mayor diferencia que has notado entre los juveniles y el primer nivel?
Hay mucha diferencia sobre todo en cuanto al pitcheo. Aquí vemos lanzadores con más experiencia y mayor velocidad. Y, sobre todo, con mejores rompimientos que uno no ve antes en las categorías inferiores. En los juveniles, al menos en Cuba, los lanzadores tiran lo básico: recta y curva.
¿Cómo te has insertado en este equipo de los Toros?
Me he sentido bastante bien. Tuve una gran preparación con mucha ayuda del profesor Felipe Sarduy y me han dado mucha confianza. No esperaba abrir jugando regular, pero me dieron la oportunidad y la estoy aprovechando. Trato de cumplir con mi función de primer bate o quinto, que han sido los puestos en los que me han utilizado y hasta ahora las cosas me han salido bien.
¿Qué piensas de Camagüey y esta serie?
Espero que cerremos mucho mejor de como empezamos. Este equipo está muy bien y tenemos grandes aspiraciones.
¿Qué futuro te ves en el béisbol cubano?
Sueño con estar en el equipo nacional. Todos los peloteros sueñan con eso, y es a lo que aspiro.
¿Tu padre te exige mucho en el béisbol?
No, lo normal. Cuando hago cosas mal si es un poco más severo, pero me exige lo normal.
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El Toro mayor y el más joven han sido fundamentales en el repunte de Camagüey, otrora colista y hoy uno de los máximos animadores de la serie, al punto de merecer la sede del Juego de las Estrellas.
Aunque no fueron incluidos en la recién anunciada preselección cubana al Premier 12, ambos deben continuar sus embestidas en pos de la clasificación a la segunda etapa. No importa la edad sino la entrega por la camiseta de su provincia. Marino Luis y Loidel Chapellí Jr. se encargan de confirmarlo.