Normalmente, si Clayton Kershaw, hombre trascendental para los Dodgers, aparece por primera vez en la temporada tras sufrir un tiempo perdido por lesión, los fanáticos del equipo enloquecerían con su presencia en la lomita. Sin embargo, este lunes las miradas beisboleras en Los Ángeles se concentraron sobre el torbellino cubano Yasiel Puig, de regreso a la ciudad con el uniforme de los Rojos de Cincinnati.
El cienfueguero no pasó desapercibido en el Dodger Stadium, donde remolcó dos de las tres carreras de su equipo y pegó par de cohetes, uno de ellos jonrón en su primer turno ofensivo, justo frente a los envíos de Kershaw, el ídolo de la ciudad.
Antes de su enorme estacazo por todo el bosque central, Puig caminó hacia el plato en medio de algunos abucheos aislados y vítores de los fanáticos, quienes se rindieron con una ovación cerrada ante en caribeño cuando se quitó el casco y saludó a la multitud de manera muy respetuosa.
Más de 52 mil fieles demostraron su amor por Puig, un viejo conocido de la casa por su pasado con los Dodgers en las seis temporadas anteriores. Acostumbrados a su habitual intensidad, los fanáticos, lejos de reprocharle por un “bat flip” marca de la casa, festejaron junto al cubano el cuadrangular que ponía a ganar a los Rojos.
Para Puig fue una noche memorable, por sus batazos sólidos frente a un as como Kershaw, y por la acogida de la comunidad angelina en su primera visita competitiva tras ser canjeado a Cincinnati durante la temporada baja.
“Se sintió como un día especial. Había muchísimas personas, muchísimos fans en el partido. Todos ellos cantaron mi nombre y me dieron una ovación. Eso me hizo feliz. No sé por qué las personas hicieron eso. Probablemente fue porque hice el mejor trabajo que pude en los últimos seis años en la ciudad”, dijo Puig a MLB.
El cubano y los Rojos en sentido general no han tenido un buen arranque de temporada, con cinco derrotas seguidas como visitantes y balance de 5-10 que los ubica en el sótano de la División Central de la Liga Nacional. Puig, para colmo de males, fue suspendido por dos partidos la semana pasada, tras una trifulca contra los Piratas de Pittsburgh
“No he hecho tanto como quisiera por el equipo hasta ahora. Cuando no bateas, debes ayudar de manera diferente, atrapando bolas, sacando outs o asegurándote de que los bateadores no alcancen una base más. Eso es todo lo que puedo hacer ahora.
“Salgo a jugar y trato de hacer algo importante para ayudar a mi equipo a ganar. Si no es con el bate, puedo hacerlo con el guante. Será una temporada larga y pronto ayudaré con mi bate y con el guante”, sentenció el cienfueguero.
El cubano se roba la atención más allá del diamante
Si bien el madero de Puig se hizo sentir en Chavez Ravine, el cubano comenzó que dar que hablar mucho antes de su primer desafío en Los Ángeles, pues llegó tarde al estadio y se perdió la oportunidad de recibir en persona el anillo para los campeones de la Liga Nacional de parte del dueño de los Dodgers, Mark Walter, y otro personal de la directiva del equipo.
Los anillos fueron entregados a los ex peloteros de Dodgers Matt Kemp, Alex Wood y Kyle Farmer, canjeados también a Cincinnati, durante una reunión informal afuera del clubhouse de los Rojos.
“Sólo estuvimos los seis compartiendo anécdotas, saludando y demás, y nosotros les agradecimos lo que hicieron para ayudarnos a lograr lo que hicimos el año pasado y les deseamos lo mejor”, señaló el manager de los Dodgers, Dave Roberts.
Cuando se le preguntó sobre el hecho de haber llegado tarde a la reunión, Puig respondió: “Puede enviar el anillo a mi casillero o entregármelo durante la práctica de bateo. O me lo puede dar en persona, no me importa”.
Roberts se rio cuando se le preguntó si se sentía contento de estar en el equipo contrario ahora que el nombre de Puig es mencionado.
“Sí, me siento feliz”, dijo sonriendo.
Kenley hug break. #PuigYourFriend pic.twitter.com/RzfuwkvIUn
— Cincinnati Reds (@Reds) April 15, 2019
Roberts afirmó que la relación entre él y Puig “está bien” y que han estado en contacto a través de mensajes de texto y en una llamada telefónica durante la pretemporada.
“Este chico hizo mucho por la comunidad y ayudó a los Dodgers a lograr muchas cosas buenas”, explicó el entrenador.
Puig también se presentó 70 minutos tarde a una conferencia de prensa programada con medios locales.
Había enfrentado preguntas en inglés y español por varios minutos cuando el cerrador de los Dodgers, Kenley Jansen, de pronto apareció detrás de una fila de cámaras de televisión para recibir al cubano con un abrazo.
El manager de los Rojos, David Bell, dijo que Puig ha sido “absolutamente” puntual con su nuevo equipo.
“Pero eso no sería lo primero de lo que yo hablaría”, aseveró. “Sería más sobre la manera en que ha jugado y el compañero que ha sido. Ha sido excepcional. Lo adoramos acá”.
Con información de The Associated Press