Si de muy buena tinta la prensa especializada asegura que un ex grandesligas quiere regresar a la Serie Nacional, el río beisbolero cubano se revuelve al instante. Ahora, si ese ex grandesligas vivió la extraña y contradictoria sensación de ser —casi al unísono— Jugador Más Valioso de la última temporada invernal mexicana y luego uno de los más sonados descartes de Cuba rumbo al Clásico Mundial, entonces el nivel de expectación y la temperatura de los debates sobre el caso se disparan.
Hablamos, como pueden imaginar, de Yasmany Tomás, el inicialista capitalino que hace solo unos meses puso su palabra delante de las balas con tal de representar a Cuba en el Clásico y recibió la decepcionante respuesta de que no podía siquiera integrar la preselección antillana, porque le tocaba eliminarse con el patrullero central Luis Robert Jr., la máxima estrella de aquel conjunto.
Obviando el amargo y absurdo episodio, “El Tanque” encerró bajo llave cualquier posible muestra de rencor o remordimiento y presentó la solicitud formal para volver a pisar la grama de los diamantes cubanos. Hace ya algunos días se supo de la noticia, pero hasta el momento las autoridades no se han pronunciado con el veredicto del caso, a pesar de que el regreso de Tomás daría un respiro instantáneo y algo de color a la depauperada Serie Nacional.
Sin embargo, dar luz verde al slugger habanero para que se incorpore al clásico beisbolero cubano no es cuestión de coser y cantar. Tomás, de entrada, ni siquiera figura en el roster de 40 peloteros que Industriales presentó a inicios de temporada y tampoco ha iniciado un proceso de repatriación, por lo que su inclusión ahora requeriría de un permiso especial, tal cual indica el Reglamento del torneo.
“La Comisión Nacional de Béisbol (CNB) analizará la autorización (de manera excepcional) de la participación de algún atleta que no haya cumplido con el régimen de participación en todas sus etapas”, explica el documento emitido por la CNB antes de arrancar la lid.
Por otra parte, el propio Reglamento deja claro que “los jugadores contratados a título personal en el exterior, que no hayan abandonado delegaciones o contratos por la FCB (Federación Cubana de Béisbol), podrán ser autorizados a jugar en cualquier fecha, una vez concluido su proceso migratorio y previa solicitud de la provincia y aprobación de la CNB”.
El detalle del proceso migratorio podría ser un obstáculo importante, porque Yasmany Tomás no tiene en planes completar ningún trámite de esa índole.
“Yo no voy a repatriarme para jugar con Industriales. Una cosa no tiene que ver con la otra. Yo puedo jugar con Industriales sin ningún problema. Yo juego mi Serie Nacional y me voy con mi familia”, dijo a los periodistas Melissa Blanco y Alejandro Rodríguez durante una entrevista hace alrededor de una semana.
Esta declaración es idéntica a la que realizó en agosto del pasado año, cuando también dijo que estaba dispuesto a representar a Cuba en el Clásico Mundial si no tenía que repatriarse. O sea, Tomás ha mantenido una línea completamente racional, por lo que la sentencia de su caso depende de las autoridades del deporte en la isla, dígase Inder o FCB.
“¿Se puede dar? Creo que sí, pero no depende de mí”, ha dicho Tomás, quien tiene la ilusión de volver a vestir la camiseta azul de los Leones y, en un futuro, jugar con sus dos hermanos en la nave capitalina.
“Ahora mi hermano más chiquito está en el equipo. El otro lleva tiempo fuera por un problema en el codo y le dije que se pusiera en talla. Para mí sería especial jugar los tres hermanos en Industriales. Vamos a ver qué pasa con eso”, reveló el actual campeón del circuito mexicano con los Cañeros de Los Mochis.
Flashback: la Serie Nacional que dejó Yasmany Tomás
Si Yasmany Tomás recibe la autorización para incorporarse a la 62 Serie Nacional de Béisbol, se va a encontrar un panorama muy diferente al que dejó luego de completar la edición 53 del clásico doméstico hace casi una década. Ahora el nivel cualitativo del campeonato es inmensamente inferior y los Industriales han cambiado por completo.
De aquel equipo capitalino que jugó en la temporada 2013-2014, Yulieski y Lourdes Gurriel están en Grandes Ligas, y el hermano mayor de la familia, Yunieski, funge como entrenador en la Florida tras retirarse. En tanto, figuras legendarias del plantel como Frank Montieth, Alexander Malleta, Carlos Tabares, Frank Camilo Morejón, Rudy Reyes, Stayler Hernández y Yoandry Urgellés colgaron los spikes y algunos salieron del país.
El mánager del conjunto, el mítico Lázaro Vargas, también se fue a Estados Unidos para acompañar a su hijo en su travesía hasta MLB, mientras otros jugadores como Lisbán Correa, Yosuán Hernández, Raiko Olivares, Yohandry Portal o el refuerzo Elián Leyva decidieron emigrar.
Aquel era un equipo muy bien armado, con muchas herramientas y repleto de peloteros experimentados. Esa combinación les permitió culminar aquella 53 Serie en la tercera posición durante la fase regular con 51 triunfos y 36 fracasos, saldo suficiente para avanzar a la postemporada y pactar el duelo ante uno de sus clásicos rivales: Pinar del Río.
En semifinales, Leones y Vegueros se enfrascaron en un duelo de alto quilates que los vueltabajeros se llevaron en siete actos. Posteriormente, los pinareños se coronaron, dirigidos por el gurú Alfonso Urquiola, tras vencer a la Matanzas de Víctor Mesa en la discusión del cetro.
Para Tomás, quien había integrado la selección nacional al Clásico Mundial en 2013, su última campaña no fue tan arrolladora. “El Tanque” produjo 23 extrabases (15 dobles, 2 triples y 6 jonrones) en 65 partidos y 257 viajes al plato, con 28 anotadas, 35 impulsadas y línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging) de .290/.346/.450.
No obstante, el capitalino fue al Juego de Estrellas en Isla de la Juventud, donde volvió a impresionar. Si el año anterior había dejado a todo el mundo con la boca abierta por sus 32 jonrones en el Derby celebrado en Sancti Spíritus, ahora se robó el show en el duelo de potencia en los tiros desde los jardines. Tomás fue el líder absoluto de la prueba con un disparo que se perdió por encima del parque Cristóbal Labra.
Con solo 22 años, Yasmany se había consolidado como uno de los principales talentos del béisbol cubano, que ya le quedaba chiquito. Por eso no extrañó mucho su salida del país a mediados de 2014. Lo que vino más tarde lo conocemos: firmó un contrato de 68,5 millones de dólares con Arizona, debutó en Grandes Ligas en 2015, pegó 31 jonrones en 2016 y después cayó en una montaña rusa.
Una lesión en los abductores, una intervención quirúrgica, cambios en la gerencia de los Diamondbacks, las aventuras por Triple-A, las casi nulas oportunidades de volver a jugar en MLB, la decisión de retirarse y el regreso triunfal a los diamantes en el béisbol mexicano, son algunos de los episodios que han marcado la vida de Yasmany Tomás en los últimos años.
El capitalino ahora quiere escribir un nuevo capítulo de su historia regresando a los orígenes, a los Industriales, la novena de su vida, aunque no pretende forzar nada: “De niño, mi único sueño era jugar en Industriales. Lo logré, y todo que vino después fue extra. Equipo Cuba, Grandes Ligas, México… Luego de todo esto, yo solo voy a estar donde me quieran”.