Cienfuegos, Sancti Spíritus, Matanzas y Villa Clara se han ganado por méritos propios, su inclusión en la post temporada de la Serie Nacional de Béisbol. Desde bien temprano, cuando algunos pensaron que el inicio de temporada solo serviría para romper la inercia y soltar un poco los brazos agarrotados de la preparación pre-competencia, Sancti Spíritus se robaría la arrancada. Con una ofensiva encabezada por ese trío temible de bateadores sin mesura que son Frederich Cepeda, Yulieski Gourriel y Eriel Sánchez, los gallos tomaron ventaja en la tabla de posiciones.
Durante la primera ronda se abrazaron a la cima y no se despegaron hasta una vez saberse asegurados en la segunda, pasearon los menospreciados 45 iniciales partidos, y una vez llegada la hora de los refuerzos a medio camino, se fortalecieron como ningún otro equipo.
Pero la suerte, siempre de espaldas al Yayabo, los miraría de frente para marcharse luego. El portento de Yadier Pedroso fallecería en un trágico accidente de tránsito y el veloz jardinero Giorvis Duvergel acusaría una lesión que le impidió vestirse de naranja y azul. A pesar de los infortunios, los gallos mantuvieron un juego consistente y preciso, sin ningún tipo de excesos, que les facilitó quedarse con uno de los primeros boletos obsequiados para subirse al tren: play off.
A la larga, los elefantes del Cienfuegos alcanzaron a los espirituanos. Después de verle el dorso durante toda la primera ronda, los bajaron de la primera plaza con un disparo a quema ropa. Los discípulos de Iday Abreu no perdieron la punta del campeonato nunca más. Se han colgado, para gran parte de la prensa, un cartel en el pecho que enuncia en mayúsculas la palabra: FAVORITOS.
El mentor sureño ha sabido blindar a sus pupilos del azote de los grandes equipos, vilipendiando la aureola que ha rodeado por años a sus jugadores. Line up de primera, velocidad y fuerza, Rodríguez-Leyva y Molinet-Pito Abreu, y su staff de serpentineros no goza del caché de otros equipos pero tiene hombres que le sobran la experiencia y el calibre para acabar de imponerse en una post temporada.
Con una línea central como ninguna otra en el país, con una ofensiva camaleónica, capaz de tocar bola, jugar al hit at run y después desaparecer la mizuno 150 más allá de las bardas, el principal rival de los elefantes estará en su propia cabeza.
Matanzas, novena desenfadada, viene por mejorar su tercer lugar del año pasado. Equipo de autor, con letra y cuño, que ha sabido interpretar a la perfección las jerigonzas de su manager, se ve más fuerte que nunca. Víctor Mesa ha hecho de los primeros lugares de la Serie Nacional un pantano donde solo él junto a sus cocodrilos, pueden nadar con la suficiente soltura para llegar a lo propuesto.
¿Qué es lo propuesto? El título. Simplemente el trofeo que esta provincia no ve pasear por sus predios desde aquellos campeonatos ganados por los legendarios Henequeneros.
De última hora, en el instante más agónico, pero con la fuerza descomunal del que viene detrás, Villa Clara se ha llevado la última plaza puesta en venta por el tren play off. Los naranjas terminaron la primera ronda limpiando las escarchas del frío sótano, se fortalecieron con la suerte de su mentor Ramón Moré en la gala de refuerzos y ahora han logrado remontar la diferencia perdida para terminar de cuartos en la tabla de posiciones.