Hace algunos años, ya demasiados por desgracia, Cuba tenía entre las mujeres uno de los mejores equipos de voleibol del mundo, una plantilla que imponía respeto sobre la cancha y mantenía siempre eufórico a su público. Eso sucedió hace años, no los suficientes para olvidarlo, pero sí los necesarios como para entender que no podemos vivir de tales recuerdos, por hermosos que sean.
Cuando desapareció aquella generación de legionarias incansables, y la siguiente, y la siguiente… quedaron en Cuba las segundas, terceras y hasta cuartas figuras, salpicadas por el talento de algunas niñas que sumieron la carga de mantener, o intentarlo, el decoro en sus salidas internacionales.
Vinieron entonces los descalabros, las caídas en picada, las bajas y las renovaciones a marcha forzada. Vinieron también los peores momentos del voly en el país: luego de haber tocado la cima regresamos al suelo, arropados únicamente por el estruendo de nuestro impacto.
Por eso a nadie asombró que en el segundo nivel del Grand Prix de Voleibol 2014 las cubanitas, con una sola victoria en nueve presentaciones, finalizaran en el sótano, alejadas de aquellos puestos que mantuvieron viva la pasión por este deporte y levantaron de sus asientos a millones de sus compatriotas.
Apenas cinco unidades consiguieron las discípulas de Gala, a costa de vencer a Canadá (3-0) y dos derrotas en cinco parciales. Pero, ¿a quién le vamos a reclamar? ¿A las chicas de categoría juvenil que se batieron con mujeres experimentadas? ¿A una Melissa Vargas que con 14 años ha deslumbrado al mundo? ¿A las jugadoras de segunda fila que precisaron asumir las vacantes?
No. Para este elenco, que ancló octavo en el Grand Prix, no puede haber reproches. Para estas muchachas no podemos tener otras exigencias que no sean las de jugar hasta dónde les alcance el talento y la fuerza, hasta dónde llegue su techo competitivo, el cual —ya vimos— ha descendido aceleradamente.
Mas, este 2014 ha sido un año de fiascos en el voly para los mayores: los varones ganaron el tercer nivel de la Liga Mundial y con ello aseguraron el puesto 21 de la lid y su peor actuación en la historia; ahora las damas anclan octavas del Grupo 2 y culminan en el escaño 20 del Grand Prix.
Sin embargo, en medio de la debacle, los juveniles han inoculado algo de aire fresco a los pulmones de la afición: plata en el Norceca sub20 para mujeres, oro en el Norceca Sub21 para hombres. Y, como dato curioso, en ambos planteles repiten buena parte de los atletas que intervinieron en las máximas competencias internacionales.
Cómo se explica entonces la diferencia de resultados en unos y otros certámenes. Es simple, nuestras dos selecciones nacionales han precisado los servicios de una generación que se ha adelantado a su evolución lógica, un grupo de jóvenes que se ha visto impulsado al más alto nivel cuando aún precisan varios años de juego para pulir deficiencias, construir un equipo y alcanzar la maestría deportiva.
Cuando Melissa y las suyas obtuvieron la plata en Guatemala entendimos que tenían calidad, pero entonces jugaban en su categoría, con rivales de la misma talla y experiencia similar. Por eso, ahora que se ubicaron octavas de su nivel, deben ser medidas con el mismo razonamiento: estas rivales están fuera de su alcance, el Grand Prix no es un certamen juvenil y para ganar se precisa una plantilla madura, una que no dependa del brillo que imprime una niña de 14 años.
A las cubanas apenas podemos pedirles seriedad en los partidos y disfrutar de las pocas alegrías que puedan darnos, porque a este grupo de juveniles y rescatadas segundas figuras es imposible endilgarle los fiascos del voleibol en el último año.
A las mujeres del voly en Cuba, cargadas con la responsabilidad de tirar del carro de las glorias pasadas, no podemos exigir mucho más en el Grand Prix. Pedir que ganen allí sería desconocer las condiciones reales de un equipo que ya no posee la magia de Eugenio y al que solo le queda el color de aquellas Morenas; una plantilla diezmada que ha incorporado, con urgencia, jugadoras a medio construir para suplir la ausencia de estelares.
Deberia el periodista comentar las razones de estos descalabros y de paso mencionar las atletas cubanas que siguen brillando en otras ligas y que algunos sesudos no permiten jugar con la seleccion nacional. Similar sucede con el plantel masculino. Resulta que tenemos el mejor atacador del mundo (Osmany Juantorena) y no lo usamos. Tenemos uno de los mejores bloqueadores del mundo (Roberlandy Simon). Tenemos otro atacador excepcional (Wilfredo Leon) y tampoco lo usamos. Solamente con esos 3 bastaría para hacer temblar a medio mundo.
Somos la unica seleccion de futbol que pudiendo hacerlo no alinea a jugadores de otras ligas. Tenemos al campeon del derby de HR de la MLB, al lider de HR de la actual campaña, al mejor cerrador… y adivinen que??? No los usamos…
Julio, pasa como en el béisbol, se fueron a buscar otro techo y otros estímulos. No entiendo porque solo hablas de desastre, pero no mencionas por qué ese descalabro. No queda nadie periodista. Y mañana habrá que hacer otro equipo. Verás como Melissa Vargas el día de mañana también sale a otro país en busca del sustento. los jóvenes se parecen más s su tiempo que a sus padres. Recuerdo una breve discusión que tuve con el difunto Héctor Rodríguez, cuando le dije que el Niño Léon cuando tuviera madurez abandonaría la selección. Héctor me comió a consignas y me dijo que los padres de León, en Santiago, lo tenían amarrado a lo cortico. Pero el Niño creció y no le dio la cuenta. Tenemos que hacer algo con el deporte a todos los niveles. Andamos mal. Saludos periodista
amigo batista me duele sobremanera el hecho. yo asisti al comienzo real de las glorias del volibol cubano en ambos sexos: la copa mundial de japon en el 77 y los campeonatos del mundo del 78, donde en este ultimo en leningrado comenzo la leyenda de “las morenas del caribe”, al ganar el certamen femenino perdiendo solo dos sets en todo el evento. ya en ese instante la fuerza del volibol profesional era grande, facilmente comprobado en italia y japon, detalle que parece no vimos a largo plazo. aunque el ejemplo no es el mejor por lo que todo el mundo sabe, en cuba se juega un excelente beisbol y su torneo tiene calidad… en el volibol ni de lejos. considerado siempre por sus resultados un deporte de laboratorio, esos triunfos fueron logrados por unos quimicos con un alto nivel de sacrificio y dedicacion. no era solo eugenio y los entrenadores, estaba chela su esposa la metodologa, que viajaba a cualquier sitio del pais a buscar el talento donde quiera que naciera, ademas de muchos heroes poco conocidos pero importantes. mientras hubo recursos el laboratorio podia funcionar, al carecer de estos las opciones se fueron perdiendo. podran haber multiples razones pero en el deporte la practica constante es imprescindible. cuando el judo cubano empezo a descollar veitia fue a buscar conocimientos a japon; eugenio hizo lo propio con su deporte y hay muchos otros ejemplos.
el unico torneo realmente serio en cuba es el de beisbol y los diferentes atletas lo saben… y lo saben bien.
Ayer dos corredoras cubanas ganaron una oro (corriendo para italia) y otra bronce (para Espana) en 400 metros lizos.
Dos atletas más que abandonan Cuba y su selección buscando las lógicas mejoras económicas.Yo la verdad,mi próximo proyecto es olvidarme de Cuba.La dirección de nuestro pais,que lo contagia todo con sus artes y modos (hasta el deporte) no merece la pena de que uno se frustre porque todo vaya de mal para peor.Verdad censor…?
Lei su artículo y recordé muchos de aquellos gloriosos momentos que vivió el voly cubano, en mi opinión esas cubanitas y los cubanitos también, que están jugando en estos momentos en los equipos nacionales merecen todo el reconocimiento de nuestra afición, la culpa de que el voley cubano sea en estos momentos en mi opinión una verguenza para los cubanos no es culpa de los atletas que están jugando en esos equipos, ni tampoco es culpa de los jugadores que “abandonaron” estos equipos para jugar en otros países, la culpa la tiene una dirección deportiva ineficiente, incapaz, obsoleta, contrarevolucionaria (SÍ CONTRAREVOLUCIONARIA) porque revolución significa mudanza, cambio y eso no existe para los que está dirigiendo este deporte en Cuba, equipos que ni en sueños pensaban con ganarle a un equipo cubano de voley ahora se muestran superiores. Lo que sucede es que en el mundo actual todos los países yá se percataron que la única forma de desarrollar a sus principales jugadores es colocarlas en ligas internacionales, solo Cuba no se percató o no quiere percatarse, soy de los que creo que si un jugador por su talento gana un contrato millonario en otro país deberíamos sentirnos orgullosos, dejarlos ir y en su momento llamarlos a representar a su país, es triste ver a nuestros deportistas procurando la posibilidad de jugar en los equipos principales de terceros países solo pq quienes dirigen el nuestro no son capaces de dejar su orgullo hipócrita e oportunista a un lado y llegar a un acuerdo respetuoso con esos jugadores que están en el exterior. Existen en el exterior jugadores para armar 3 equipos Cuba con capacidad para ganar medallas de ORO en la principales competiciones (Olimpiadas, Copas Mundiales, Grand Prix, Ligas Mundiales, etc). Será que nuestros dirigentes se preocupan con esa situación, será que están dispuestos a negociar justamente, que van a hacer para terminar el ciclo olímpico de Río 2016, será que realmente creen que explotando a menores de edad van a conseguir algún resultado (están utilizando menores de edad para hacer el trabajo de mayores).
Bien que pudieran llegar a acuerdos con esos jugadores sin pedirles nada a cambio, utilizarlos para las prinicpales competiciones y dejar a los menores jugando lo centro americanos, panamericanos, norcecas etc. así tienen jugadores de primera línea en los equipos principales y a su vez van desarrollando el talento de las nuevas generaciones, como es práctica común en países con grandes equipos y que no tienen una liga muy fuerte en su país.