En el béisbol existen reglas no escritas que generalmente se cumplen. El excesivo descanso termina por pasar factura a los equipos que esperan con comodidad a su rival. Le sucedió la temporada pasada a los Tigres de Ciego de Ávila que vieron como un inspirado Granma, después de bregar siete partidos en la semifinal, los barrió con soltura en la discusión del campeonato.
Ahora, por vueltas que da la vida, Granma es el que sufre. Nueve días de inactividad enfriaron a los Alazanes, indefensos en el inicio de la final ante unos Leñadores tuneros que son todo inspiración luego de vencer en siete capítulos a Industriales.
La ofensiva tunera, que ya despachó a puro golpe a los Azules en el séptimo juego de la semifinal, le ha caído a hachazos a los abridores granmenses y le ha impedido completar el primer tercio de los partidos. Los discípulos de Pablo Civil han cortado leña bien temprano, para asegurar sus victorias desde el comienzo.
El bateo de los Leñadores luce desaforado hasta tal punto que en los play off promedian colectivamente un astronómico 306. Yosvani Alarcón, de bajo rendimiento en el inicio de la postemporada, se ha transformado en los últimos tres partidos. Es la locomotora que tira de su equipo junto al veterano Danel Castro, quien ha empujado en cuatro ocasiones el empate o la ventaja para Las Tunas.
También se han destacado con el madero el refuerzo camagüeyano Alexander Ayala, una regadera de hits en los últimos juegos, el experimentado guardabosques Andrés Quiala y el inicialista Rafael Viñales, que ha despertado con par de vuelacercas.
Pero lo mejor es que en esta sinfonía de hachazos cualquiera da el corte mortal. Yunior Paumier, improductivo frente a Industriales, impulsó sin embargo tres carreras en el primer desafío de la final, mientras en el segundo Jorge Yhonson y Yordanis Alarcón, con las hachas dormidas hasta entonces, asumieron el protagonismo.
Otra clave de Las Tunas ha sido el pitcheo de relevo. Hombres como Diego Granado y José Ángel García dieron muestras de su calidad y cargaron con el crédito el primer día, al tiempo que Alejandro Meneces tuvo un soberbio trabajo para asegurar la segunda victoria.
Los Alazanes no han carburado como esperaban. Intentaron remontar en el primer juego pero se quedaron cortos, y en el segundo recibieron un aluvión de palos.
La mejor noticia para Granma es que –como ya hizo en la temporada pasada– Guillermo Avilés ha cargado con el peso ofensivo que de él se espera. El inicialista se ha convertido en un bateador consistente para cualquier parte del terreno. Ha lanzado su candidatura para un contrato en el exterior y es, ahora mismo, uno de los mejores bateadores de Cuba.
Sin embargo, Áviles solo no basta para propulsar a los granmenses. Los Alazanes necesitan del despertar de su ídolo Alfredo Despaigne y del aporte regular de pilares como Carlos Benítez, Roel Santos y Yordan Manduley. O recuperar a un Lázaro Cedeño que apenas ha tenido oportunidades a pesar de ser el líder jonronero de la temporada.
En la lomita tampoco le han salido bien las cosas. Los abridores de Granma no han podido caminar los partidos y sus relevistas han sido inestables.
El pitcheo granmense lanza para un abultado 5,10 promedio de limpias con un WHIP de 1,57. A Carlos Martí solo le rezar para que el villaclareño Alain Sánchez vuelva a ser su caballo de batalla y logre meterlos en la pelea por el título.
El experimentado manager quizá confió demasiado en Ulfrido García cuando pudo darle la pelota en el segundo duelo a Sánchez, que ya ganó dos juegos ante Matanzas y se vio en mejor forma que el zurdo santiaguero.
Nada le funcionó en Las Tunas al estratega de los Alazanes y sus hombres lucieron desorientados en un bosque donde los hachazos estuvieron a la orden del día. Cuatro victorias en cinco partidos es la única solución matemática que les queda a unos granmenses golpeados por tanta leña.
Los actuales campeones merecen respeto. Bayamo es su gran fortín pero los Leñadores parecen decididos a repetir la historia del título inesperado de sus rivales el año anterior.
Lo más positivo: La despiadada ofensiva tunera en los primeros tercios de ambos partidos
Lo más negativo: El desastroso pitcheo abridor de Granma.
Incomprensible: Que una tanda como la granmense haya dejado a quince corredores en circulación en el primer duelo.
Preocupante: Las dos derrotas de los Alazanes que los obligan a ganar cuatro de los cinco juegos que restan.