Algo así dice el sociólogo Pablo Alabarces: el fútbol latinoamericano no existe, sin embargo, imaginarlo es posible. Como los partidos de la Copa América 2019 han sido pobres, para imaginar ese “fútbol sudaca” apelo a un arte de la representación: el cine. Lo que sigue es mi 11 ideal de películas, cortometrajes o documentales de los participantes de la Copa. Para ver un fútbol imposible pero real.
O primeiro Joao – Brasil
Nació pobre y murió pobre; pero entre una desdicha y otra dejó una biografía que en cualquier guionista resultaría inverosímil. Manuel Francisco dos Santos, o “Garrincha”, debe su apodo a un ave rápida, libre y fea. Piernas torcidas y disparejas –la derecha era 6cm más corta que la izquierda–; columna en forma de S, severa poliomielitis, diagnóstico de “debilidad mental”, desnutrición precoz y adicción al tabaco desde los 10 años. “Mané Garrincha” fue el mejor puntero derecho de la Tierra y alrededores. Él no jugaba, “brincaba”. En la cancha era impredecible: dominaba una pelota que en sus pies parecía exorcizada. Fuera de los estadios era indomable: escapaba de las concentraciones saltando por la ventana en busca de cachaça, concursos de baile y camas de hotel
El primer audiovisual va para un digno hijo del fútbol brasilero. Sus primeras gambetas, los primeros “joãos”. El origen de esa “alegría del pueblo” que murió borracho, solo y pobre. Como bien dijo Galeano: Garrincha… ¿Un ganador? Un perdedor con buena suerte.
O Primeiro João (The First John / Brazil / 2006) from Andre Castelao on Vimeo.
Manga Ñembosarái – Paraguay
Están los que citan una esfera de estopa en dinastías chinas, la llamaban “pelota de viento”. Otros hablan de una bola de paja, cáscaras de grano y telas que picaban y repicaban entre las doradas tardes egipcias. No faltan historias de griegos y romanos pateando vejigas de buey. En México, dicen que la pelota de caucho era parte de sagradas ceremonias milenarias. Los europeos, piratas por vocación, se siguen arrogando el primer partido de soccer. Todos los pueblos tienen una versión porque el origen del fútbol ya es patrimonio de la humanidad. Y Paraguay no es la excepción. “Los guaraníes inventaron el fútbol” afirma el sacerdote jesuita Bartomeu Melia en el documental Manga Ñembosarái, donde se profundiza en los orígenes indígenas de este deporte y su conexión histórica con un juego guaraní homónimo a la película. Poco sabemos del fútbol paraguayo, la tierra donde dicen que todo comenzó.
Lila – Argentina
Si las cábalas futboleras funcionasen, todos los partidos terminarían empatados. Es que en el fútbol latinoamericano, tierra de santos, profetas y demonios, una superstición bien hecha vale más que un delantero afilado. Los ejemplos llegan al infinito: el mismo calzoncillo azul del arquero colombiano René Higuita; la camiseta que Pelé regaló y tuvo que exigir en devolución ante su sequía de goles; Goycochea orinando antes de atajar penales; o la negativa de Bilardo, para él y sus jugadores, de comer pollo antes de los partidos. Para el fútbol, la suerte se construye. En Argentina, nación rendida ante los encantos y maldiciones de su deporte más popular. Algo de eso verán en Lila.
La cara oculta del mundial – Qatar
¿Qué hace Qatar en la Copa América? Invierte. Pese a que el fútbol del estado árabe viene en ascenso –tuvo un papel más que digno en Brasil igualando con Paraguay y perdiendo con lo justo contra Colombia y Argentina– su invitación es más comercial que deportiva. Qatar llegó en calidad de próximo anfitrión de la Copa del mundo de varones, tal vez el mundial más polémico, por razones geográficas, climáticas, políticas, económicas y hasta humanitarias. De eso se trata el documental “La cara oculta del mundial” donde se cuenta sobre las condiciones de vida de los trabajadores migrantes, africanos y asiáticos, que llegan a vender su fuerza de trabajo a Qatar y el campeonato de fútbol del que ellos mismos participan. Una narrativa testimonial para mostrar los contrastes de un fútbol que se ha tornado engranaje fundamental de una economía teñida de groseros contrastes.
El utilero – Ecuador
“Algunos dicen que el mejor puesto, en el fútbol, es el de número nueve. Otros dicen que es el diez, pero me estoy refiriendo a cómo se jugaba antes, cuando el diez era el conductor del equipo, el más hábil, el talentoso. Pero yo siempre digo que el mejor puesto es el mío, el puesto de utilero”. Lo dice Roberto Fontanarrosa en su cuento “Relato de un utilero”. La misma frase parece motivar un cortometraje ecuatoriano que tiene a Mario Alcocer, más conocido como Junio Toral, como protagonista exclusivo. Mario es el utilero del equipo Independiente del Valle durante la fase final de la Copa Libertadores. En soledad, él vive su pasión entre broncas masticadas y cábalas religiosas. Y muestra que detrás de cada jugador bien uniformado, hay trabajo acumulado.
Captain Tsubasa – Japón
El fútbol japonés se profesionalizó en 1993 y rápidamente apeló a estrellas occidentales para dar visibilidad global a su naciente liga. Zico, Lineker, Bebeto o Stoichkov fueron algunos de los pioneros. Pero fue 2002 –con la organización del mundial FIFA de varones Corea del Sur-Japón– el año en el que el fútbol nipón se expandió por el planeta. Hoy, la J-League es el campeonato con más audiencia después de la copa local de China. El país con más extranjeros en la liga es Brasil: llegan a 30. No obstante, nada de esto hubiese sido posible sin un anime: Captain Tsubasa (キャプテン翼; Kyaputen Tsubasa; Súper Campeones). Las traducciones son tan variadas como su difusión. La serie manga escrita e ilustrada por Yōichi Takahashi en 1981, ha sido el primer dibujo mundial de la hora global. No hay un hijo de la globalización más ilustrativo que el fútbol japonés, un fútbol que antes de ser una realidad palpable, fue una ficción televisada.
Golpe de Estadio – Colombia
No son pocos los que ven en el fútbol colombiano el único ritual de unidad nacional. En un país que ha hecho de la violencia interna una tradición y una elección –vale recordar el último plebiscito– el cese al fuego no es cosa de todos los días. Podría citar pomposas estadísticas y rigurosos informes, pero hay algo de banalización y frialdad en los ceros multiplicados. Prefiero hacer de la paz un espectáculo, como lo hace Sergio Cabrera en su película Golpe de Estadio. En esta comedia, sin pocas dosis de romanticismo, militares y guerrilleros se ven obligados a una tregua ya que cuentan con un solo televisor en el pueblo para ver un partido de la selección. El encuentro no es uno más: es el último Argentina-Colombia de las eliminatorias para el mundial EE.UU. 1994 que define la clasificación. La película puede pecar de ingenuidad, pero evidencia un trazo común del fútbol latinoamericano: allí solemos depositar varios de los imposibles con los que fantaseamos en la cotidianidad.
Nos llaman guerreras – Venezuela
Las diversas narrativas oficiales que cada país latino ha construido sobre su fútbol, comparten un rasgo común: un eclipse a las mujeres. Aunque hablamos de una asimetría en retroceso, el fútbol femenino sigue estando desigualmente representado según el caso del que hablemos. Sabemos mucho más de las futbolistas brasileras y argentinas que de, por ejemplo, las venezolanas. Por esa grieta se cuela la importancia del documental Nos llaman guerreras, donde se cuenta la épica de la selección “vino tinto” de fútbol femenino que se clasifica a la Copa Mundial de Fútbol Sub-17 jugado en 2016 en Jordania. La narrativa, con varios toques heroicos de superación, muestra, por un lado, la creciente futbolización de un país históricamente beisbolista. Y, por otro, las peripecias propias de mujeres que se ganan un lugar en un mundo tan hostil como revanchista.
Somewhere Street – La Paz, Bolivia
No siempre lo importante es la película. A veces, la potencia del simbolismo se condensa en una escena. Eso sentí al ver la parte del documental Somewhere Street – La Paz, Bolivia que comparto más abajo. En esa escena se ve a un niño boliviano que podría ser cualquiera de América Latina. Sus palabras, ropas, jueguitos, anhelos y lágrimas hicieron que la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), tras ver el documental, iniciara una búsqueda del protagonista. Lo encontraron. ¿Dónde radica el poder de semejante escena? En las fibras sensibles que interpela. Ese niño es Maradona en los potreros de Villa Fiorito o Garrincha en las “vérzeas” cariocas. Deymar, nombre real del pequeño, encarna la máxima utopía del futbol latinoamericano: la del muchacho de barrio humilde que fantasea con hacer de su éxito una épica popular. Porque si algo tiene nuestro fútbol es que es una oda al sueño del ascenso social.
https://www.youtube.com/watch?v=j3N0soUXBnY
Estadio Nacional 1973 Detenidos – Chile
Son varios los estadios de fútbol planificados con usos múltiples. Ya se han visto recitales, ferias, actos, desfiles, ensayos y, obviamente, competencias de otros deportes. Solo la dictadura pinochetisa hizo de una cancha una cárcel de detención, tortura y fusilamiento. El siguiente documental muestra cómo el Estadio Nacional de Santiago se convirtió en un campo de concentración donde desfilaron miles de prisioneros políticos, chilenos y extranjeros. Allí mataron al gran poeta Víctor Jara, quien escribió sus últimos versos titulados “Estadio Chile”:
“Canto, que mal me sales
cuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos momentos del infinito
en que el silencio y el grito son las metas de este canto.
Lo que nunca vi,
lo que he sentido y lo que siento
hará brotar el momento”.
Maracaná – Uruguay/Brasil
Es la mayor épica del fútbol latinoamericano. Ignorarlo sería un sacrilegio. La dinámica de lo impensado, el escepticismo sobre lo consumado. Ni la gitana más sagaz podría haber previsto lo que ocurrió el 16 de Julio de 1950 cuando Uruguay venció a Brasil en la final del mundo jugada en el templo Maracaná. En este documental, con imágenes inéditas, se revive la previa del “maracanazo”. Se registra el proceso que antecede a la epopeya celeste y la tragedia amarilla. Y nos deja una moraleja: ni aun servida, hay que almorzarse la cena.