Mejor inicio imposible para la selección cubana de fútbol en la Serie Amistosa de Concacaf, al salir airosa este sábado con marcador de 2-0 de su duelo con Martinica, que cerró sus dos presentaciones iniciales con el técnico Pedro Pablo Pereira en el puesto de mando.
Sobre el césped del estadio del Cibao FC, en la ciudad dominicana de Santiago de los Caballeros, la absoluta cubana volvió a dejar buenas sensaciones de la mano de jóvenes figuras que buscan consolidarse en el nuevo ciclo.
Apenas el tiempo que transcurrió entre los minutos 42 y 45 del choque bastaron para que cayera sobre la pizarra la sentencia del cruce, un bálsamo que alivia las heridas sufridas durante la corta gira previa por el Caribe, aunque con una formación alternativa.
Aquellas imágenes, a la luz de los más recientes desempeños, parecen ahora diluirse, aunque habrá que esperar que cuaje aún más la propuesta.
De momento, satisface a técnico y seguidores disfrutar del primer gol con la selección mayor de Alessio Raballo, el joven nacido en Italia de madre cubana, que milita actualmente en la división juvenil del Cremonese.
La otra diana fue a la cuenta de Yasniel Matos, también entre los goleadores del 3-0 de hace tres días sobre el equipo de Santa Lucía, resultado que marcó el inicio de la era Pereira en la selección mayor.
Una goleada marca el inicio de un ciclo para la selección cubana de fútbol
El estratega regresa a casa con un botín nada despreciable, más allá de que se hayan enfrentado rivales más o menos asequibles en el entorno de Concacaf.
El solo hecho de que sus pupilos anotaron más de una vez en partidos sucesivos -no sucedía desde hace tres años- emerge como buena señal, aunque mucho más peso adquiere el no haber encajado ninguno, teniendo en cuenta que ha sido siempre la asignatura pendiente de las formaciones de la isla.
A partir de ahora se ponen en pausa las incursiones extra fronteras, a la espera de la reanudación de la serie, prevista para el próximo año.
Si se mantiene el plan inicial, la selección cubana volvería al ruedo en marzo del próximo año, también en tierras quisqueyanas, para enfrentar a la escuadra local y la de San Vicente y las Granadinas.
Entonces se podrán recabar mayores certezas para saber cómo y hacia dónde dirige este nuevo proyecto, comprometido con lograr la clasificación a la próxima Copa Oro y, a largo plazo, con el proceso clasificatorio al Mundial de 2030.












