Escribir el apellido Despaigne en Google durante los días de play off en la Serie Nacional de béisbol, fue recibir un vendaval de informaciones deportivas. Mucha lógica hay en que así haya sido porque dos de los peloteros que tuvieron mayor protagonismo en el pasatiempo cubano llevan el mencionado apellido.
Alfredo y Odrisamer robaron titulares por sus excelentes actuaciones, uno como bateador representando al equipo de Granma y el otro como lanzador de Industriales.
Un vistazo a la clasificatoria de la temporada nos permite percatarnos, de que Odrisamer sacó mejor tajada del enfrentamiento. Se midieron tres veces el 20 de enero de este 2012 y Alfredo falló en todas las oportunidades, dos de ellas por la vía del ponche, con una buena línea al jardín central.
El oriental que usa el bate de madera como arma de combate vivió su mejor campaña en el acápite que mejor cumple: pegar jonrones. En esta temporada conectó 41, siendo el único cubano que sobrepasa la barrera de los 40 en la historia de nuestro béisbol.
De su poder podemos decir más, ya tiene más de 200 vuelacercas, llegando a los 205 actuales, en apenas siete temporadas y para su alegría y la de todos los que le siguen será memorable uno de manera especial, el que marca la segunda centena. Ese fue además de su jonrón 200, el 36 de la clasificatoria que lo convierte en el nuevo récord nacional, y lo más interesante, lo pegó con la velocidad de sus piernas porque fue dentro del terreno.
Por su parte el que viste de azul y se sube a la lomita con la gorra de lado, vivió momentos consagratorios en esta 51 serie. Archivó 18 éxitos con nueve fracasos, resultado que lo convirtió y ratificó como el principal lanzador del staff de su equipo.
Los números de este capitalino fueron excelentes en la clasificatoria donde ganó 13 juegos con ocho reveses, con un formidable 2.60 de promedio de carreras limpias que lo ubicó quinto en este apartado en el campeonato, sus contarios le batearon apenas para 218 de average y compartió con 128 ponches, el liderazgo del departamento, aunque segundo por entradas lanzadas.
En la post-temporada sus números mejoran. Cinco juegos ganados con uno perdido, 236 la batearon sus rivales y su efectividad fascinante, 1.60 por cada nueve entradas lanzadas.
No narro ni para el equipo de los granmenses ni los para Industriales, pero que bien sonaría: Ahí viene el envío de Despaigne para Despaigne.