En pleno conteo regresivo hacia Rusia 2018, y después de un primer trabajo dedicado a Europa, invito a una nueva mirada a los mapas del fútbol para conocer sus cambios y confirmaciones en los últimos cuatro años.
Esta vez se trata de las tres zonas geográficas menos agraciadas en la historia balompédica, tres regiones que, más allá de algún logro sorpresivo, poco han podido escribir en los torneos élites del deporte más universal.
El primer vistazo será para África, un continente de contrastes futbolísticos pero con un potencial indiscutible que no ha logrado explotar al más alto nivel, aun cuando muchos de sus jugadores han brillado y brillan en grandes clubes europeos y países como Ghana y Nigeria han levantado títulos en las categorías inferiores.
Para el cierre, Asia y Oceanía, dos zonas independientes que integraré en un mismo análisis por permutas internas y por su escaso pedigrí común, más allá del todavía sorprendente cuarto lugar de Corea del Sur en la Copa que organizó junto a Japón en 2002.
Quizá en Rusia estos continentes tengan un chance reivindicatorio, aunque la lógica y el ranking de la FIFA dejen poco margen para el sueño. Pero internamente tienen sus propias batallas y llegar al Mundial es, en cada caso, el clímax del cuatrienio, un triunfo saboreado como el más rutilante de los trofeos por los equipos que lo consiguen.
Esto es lo sucedido allí entre Brasil y Rusia.
Goles africanos
Detrás de Europa, África es el continente con mayor cantidad de aspirantes a concurrir a un Mundial de fútbol. Su confederación, la CAF, cuenta con 54 países miembros, a solo un pelo de la UEFA. Su historia, en cambio, es bien diferente, y desde el inicio de las Copas en 1930 ningún equipo africano ha podido levantar el título o ser siquiera semifinalista.
No es de extrañar entonces que la FIFA le otorgue solo cinco cupos para su máximo evento y que la porfía por alcanzarlos resulte sangrienta, aunque algunos equipos despunten más que otros a través de los años.
Una simple ojeada a los clasificados a Brasil y a Rusia descubre un cambiante panorama: solo Nigeria consiguió el boleto a ambas citas, mientras las restantes plazas cambiaron de dueño. Potencias africanas como Camerún, Ghana y Costa de Marfil fueron ahora relegadas por países también con recorrido y un mejor presente futbolístico como Egipto, Senegal, Marruecos y Túnez.
El paisaje, sin embargo, es más complicado si incluimos en la ecuación a la Copa Africana de Naciones, el principal torneo de selecciones nacionales que cada dos años se realiza en el llamado continente negro. Dos fueron los eventos de este tipo celebrados entre Mundial y Mundial: Guinea Ecuatorial 2015 y Gabón 2017, y vistos de conjunto con las clasificatorias mundialistas sus resultados son sin duda llamativos.
La primera sorpresa es que las Águilas Verdes nigerianas, que en Brasil 2014 avanzaron hasta octavos de final y en Rusia compartirán un grupo de la muerte junto a Argentina, Croacia e Islandia, no lograron incluirse entre los 16 clasificados a las Copas Africanas del período. Pudiera pensarse que este torneo no es prioridad para los nigerianos, pero tal deducción se evapora ante los tres títulos continentales que exhiben en sus vitrinas, el último de ellos en la edición de 2013, un año antes del Mundial brasileño.
En la circunstancia opuesta están la República Democrática del Congo y Burkina Faso, ausentes de los certámenes mundialistas pero con buenos desempeños en las citas regionales. Los congoleños fueron terceros en Guinea Ecuatorial, mientras los burkineses lograron el bronce dos años después. No obstante, ambos equipos se han mantenido en la élite africana y estuvieron a punto de sacar pasaje para Rusia, al quedar segundos en sus respectivos grupos clasificatorios detrás de Túnez y Senegal.
Precisamente tunecinos y senegaleses destacan por su ascenso, pues tras perderse la cita de Brasil han estado presente en las Copas Africanas y también lo estarán en Rusia. Su progresión tiene un claro reflejo en el escalafón universal, en el que lideraban a las selecciones de su continente en la actualización de abril.
Entre los retrocesos llaman la atención los de Argelia y Costa de Marfil, en declive en el ranking y fuera del próximo Mundial luego de participar en los tres eventos anteriores del cuatrienio. Tanto argelinos como marfileños llegaron a estar entre los 20 primeros del mundo en su momento, y los Elefantes, incluso, ganaron la Copa Africana de 2015. Pero de aquellas glorias ahora solo quedan recuerdos.
Termino en África con el curioso caso de Guinea Ecuatorial, nación actualmente ubicada en el lugar 144 del listado mundial y cuya única participación en un evento importante en este período fue en la Copa Africana de la que fueron sede. Sin embargo, la localía propulsó a los guineanos hasta el cuarteto semifinalista y solo una derrota en penales ante la República Democrática del Congo les impidió colgarse el bronce. Luego, poco han podido hacer.
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Asia y Oceanía: son los mismos
Mientras el continente africano muestra un panorama futbolístico cambiante, con saltos y retrocesos significativos, Asia y Oceanía exhiben pocas novedades de un Mundial a otro. Entre ambas regiones suman 57 equipos miembros de la FIFA –46 de la AFC y 11 de la OFC, aunque también cuentan con asociados que no son del organismo mundial–, pero su liderazgo parece inalterable.
Los cuatro equipos de estas dos regiones clasificados para Brasil, todos miembros de la AFC, repetirán en Rusia: Irán, Australia, Japón y Corea del Sur. A ellos se une ahora Arabia Saudita, que obtuvo uno de los cuatro cupos directos y mandó a los australianos a pelear su pase primero con Siria y luego con Honduras, en un duelo contra el cuarto clasificado de la Concacaf.
El salto de Australia al escenario futbolístico de Asia, para aumentar su techo competitivo y evitar a los equipos sudamericanos en la ruleta del repechaje, privó a Oceanía de su cabecilla natural y subió la presión a las clasificatorias y los torneos asiáticos al sumar un nuevo mandamás a sus líderes tradicionales.
En la más reciente Copa Asiática, de la que fueron sede en 2015, los Canguros se coronaron por primera vez tras ser subcampeones cuatro años antes y dejaron claro que su mudanza iba en serio. El pase a Rusia, aun en repechaje, elevó a tres su seguidilla de clasificaciones como “asiáticos” y a cuatro sus participaciones consecutivas a partir de Alemania 2006, todavía como parte de Oceanía.
Con su ascenso, Australia le hace sombra a Corea del Sur y Japón, máximos clasificados de la región a citas mundiales con diez y seis participaciones respectivamente, al punto de superarlos en el listado de la FIFA en su más reciente actualización. No obstante, hoy por hoy el líder asiático según el ranking es Irán, equipo que se ubica en la casilla 36 y ha logrado cinco pases a las Copas, incluyendo la de Rusia, donde pudiera dar pelea a España y Portugal, y batirse con Marruecos por la tercera plaza.
Detrás de esta avanzada marcha un grupo compacto en el que ya levantaron cabeza los sauditas con su clasificación rusa, y en el que también pueden incluirse Emiratos Árabes (terceros en la Copa Asiática 2015), Irak (cuartos), Siria, Uzbequistán y China, todos entre los ocho primeros en el torneo regional y entre los diez mejores en las eliminatorias para el Mundial próximo.
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¿Y Oceanía?
Pues bien, gracias. La salida de Australia ahondó su orfandad en los grandes eventos, al punto que ninguna de sus selecciones ha clasificado para los dos últimos Mundiales y, siendo sinceros, será difícil que puedan hacerlo en el futuro, al menos hasta 2026 cuando las Copas podrían crecer a 48 países. Mientras tanto, el mejor clasificado de esta zona deberá seguir jugando repechajes pues la FIFA no le regala ni un cupo completo.
Para Sudáfrica 2010, Nueva Zelanda logró sacudirse la maldición y consiguió el pasaje al vencer a Bahréin, quinto de Asia. Pero luego le ha tocado bailar con la más fea y tanto para Brasil como para Rusia se quedó a las puertas, derrotada en 2013 por México, cuarto de Concacaf, y el año pasado por Perú, quinto de Sudamérica.
Con estos tiros, a los Kiwis les queda como principal consuelo seguir batiéndose en los repechajes y sumar trofeos regionales en la zona geográfica peor situada en el ranking. Pero incluso ahí pueden atragantarse, como les sucedió en la más reciente versión de la Copa de las Naciones de la OFC, donde apenas derrotaron por un gol a Nueva Caledonia en semifinales y debieron batallar en los penales para levantar el título ante los locales de Papúa Nueva Guinea.
Para el resto de los equipos de Oceanía, la Copa Mundial resulta una quimera. Quizá en una novela de ciencia ficción, puedan alcanzarla. Por el momento, ya para Rusia tendrán que contentarse con verla por la televisión.
Como cierre, dejo una selección del ranking de la FIFA para que pueda apreciarse la progresión o el retroceso de varios equipos de estas zonas en los últimos cuatro años. Están incluidos los clasificados a las Copas de Brasil y Rusia, así como los semifinalistas en los diferentes torneos regionales celebrados en este período. Buen apetito.