El luchador grecorromano Mijaín López, tres veces campeón olímpico y cinco del mundo, buscará su quinta medalla de oro en los Juegos Panamericanos en la edición de Lima este año, meta en que confían tanto el propio atleta como las autoridades deportivas cubanas.
López, de 36 años, se prepara exclusivamente para la cita panamericana, en la que tendrá como principales rivales al estadounidense Adam Jacob Coon, tercero del ranking mundial, y al chileno de origen cubano Yasmany Acosta, cuarto del listado universal, según reseña el sitio deportivo oficial Jit, que cataloga a al lauredo gladiador como “la medalla de oro más segura de Cuba” en Lima 2019.
El luchador cubano de la división de los 130 kilogramos, ha mantenido la corona panamericana desde su debut en Santo Domingo 2003, donde se agenció la medalla de oro por primera vez en su carrera deportiva.
López volverá a ser el abanderado de la delegación deportiva cubana en los Juegos Panamericanos, que serán su despedida de estas citas pues ha anunciado su retiro tras su actuación en la Olimpiada de Tokio 2020. Su intención tras este evento es convertirse en un entrenador y dedicarse a transmitir sus experiencias a los jóvenes luchadores de Cuba.
Antes, en 2019, también planea participar en el Campeonato Mundial de Astaná, Kazajistán, en septiembre, como preparación para los Juegos Olímpicos y en busca de su sexto cetro universal.
“Me siento con ímpetu y muy motivado para alcanzar mis metas esta temporada”, afirmó el gladiador a la Agencia Cubana de Noticias en una reciente entrevista.
En Tokio, López buscará su cuarto oro olímpico y, según ha declarado, en la actualidad se mantienen los mismos rivales de su división, a los que ha tenido la oportunidad de vencer en otras competencias, por lo que ha asegurado que no ve dificultad para cumplir sus objetivos.
De vencer en la capital japonesa, Mijaín lograría el hito de obtener cuatro cetros olímpicos y superaría la actuación del mítico luchador ruso Alexander Karelin, quien logró tres títulos y una medalla de plata entre Barcelona 1992 y Sídney 2000.
EFE / OnCuba