Como ya lo había sido en París 2024, Mijaín López fue el gran protagonista del recibimiento de los atletas olímpicos cubanos la noche de este lunes en La Habana.
Lo fue incluso desde antes de bajar del avión, cuando apareció con una bandera cubana en una de las ventanillas de la cabina del piloto. Y luego en el descenso de la nave de Air France, junto al también monarca bajo los cinco aros Erislandy Álvarez, seguidos ambos por los demás atletas.
Ya en el aeropuerto protagonizó emotivos encuentros con su madre, Leonor Núñez, quien acudió a abrazarlo hasta la propia escalerilla de la mano del presidente Miguel Díaz-Canel. Y luego con sus hijos, presentes también en la bienvenida oficial en la terminal aérea.
Tras recorrer parte de la ciudad en caravana junto al resto de los deportistas y entrenadores, Mijaín fue nuevamente protagonista en La Piragua, el sitio donde se realizó la bienvenida popular a la delegación olímpica de la isla.
En una celebración, que recordó por momentos los carnavales de La Habana, con tres orquestas de música popular bailable y numerosas personas que se dieron cita en el lugar, el Gigante de Herradura fue, sin dudas, la gran atracción, motivo constante de saludos y flashazos.
Ya sobre el escenario, Mijaín tomó el micrófono.
En una alocución improvisada, el legendario deportista agradeció las muestras de cariño recibidas de muchos cubanos durante la celebración de los Juegos y, visiblemente emocionado, compartió su alegría por haber alcanzado su quinta corona olímpica.
“Fuimos a luchar por nuestros metales, nuestras medallas, por reafirmar que somos los mejores del mundo”, aseguró.
No obstante, aun en medio de la alegría y la euforia popular, el pentacampeón lamentó que no se hubieran podido cumplir los planes del movimiento deportivo cubano en la Ciudad Luz.
“No se pudieron cumplir los objetivos, todo lo que quisimos, los pronósticos”, admitió.
Sin embargo, el mejor luchador de la historia olímpica consideró que, a pesar de quedar por debajo de lo previsto, “hay que reconocer a todos atletas, jóvenes y experimentados, porque lo hicimos de corazón”.
“Tenemos miles de dificultades, pero por muy pequeña que sea Cuba, tenemos un corazón inmenso y sabemos luchar por lo que queremos”, aseveró.
Mijaín también confirmó que se retira del deporte activo, pero dijo que seguirá apoyando a las nuevas generaciones de atletas.
En una entrevista previa, a su llegada al aeropuerto, apuntó igualmente en esa dirección.
“El pueblo cubano seguirá escuchando hablar de Mijaín López, ahora desde la vida profesional. Ya terminé en la lucha, por eso puse mis zapatos en el colchón, pero continuaré vinculado al deporte”, adelantó el Gigante de Herradura.
“A partir de este momento, quiero disfrutar de esta victoria, incorporarme a la sociedad, superarme…, para seguir demostrándole al mundo lo que nosotros somos capaces de hacer”, añadió.
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