Norge Luis Ruiz cogió el trillo y comenzó a andar. Siguió la huella fresca que otros habían dejado. Todos sabíamos que de un momento a otro sucedería. Con su partida Cuba quedó huérfana de lanzadores de primera. Ya no existen. Unos se han largado para triunfar en otras tierras (Chapman y compañía), otros (los que quedan) han visto pasar sus mejores tiempos y ahora yacen en el desconsuelo (Freddy Assiel y compañía).
No es que no quede talento en casa, no, eso no, porque si hay algo que en esta isla brota más y mejor que el tabaco y el ron, son los lanzadores de béisbol, por lo tanto, siempre van a ver semillas por germinar. Pero la estampida de los buenos pitchers al exterior nos exprime, nos deja en una cruel sequía.
No hay un box en el país que se contonee sobre su arena con un lujoso windup, no existe un pitcher que salga a lanzar “al seguro” su encuentro de entresemana en la Serie Nacional, no hay ni siquiera uno que impresione con su repertorio de lanzamientos o que nos siente para apreciar el movimiento abrupto de su bola rompiente que burla el abanico del swing rival. La recta dura, que parte el viento, se extinguió también. Al parecer, Norge Luis, era el último de los mohicanos.
Ahora está radicando en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, con el propósito de acceder a algún contrato que lo afilie a alguna franquicia de la Major League Baseball (MLB). “Desde hace dos meses estoy llevando un entrenamiento bien intenso con la mente bien fuerte para lograr el objetivo, para poner en alto el nombre del béisbol cubano. Intento llegar a mi forma deportiva para después poder incluirme en un equipo de las Grandes Ligas”, le comentó a OnCuba.
El camagüeyano de solo 21 años llegó al estrellato en Cuba cuando hace tres temporadas, siendo un desconocido de la afición cubana, fue pedido de refuerzo por el mentor Yosvani Aragón para el equipo de Santi Spíritus. Impresionó por su flema y casta, por su buen comando en los lanzamientos a pesar de la edad, por combinar su bola de humo con una punzante slider. Fue llamado a la preselección nacional y un año más tarde ya sería uno de los primeros abridores del staff del equipo cubano.
Sobre sus temporadas en Cuba apunta: “Me faltó culminar con buenos números pero sentía en momentos que necesitaba un reto más fuerte para probarme de verdad como atleta. Faltó motivación por parte de los dirigentes, tuve la oportunidad de jugar en la liga profesional japonesa y me dijeron que el contrato que me iban hacer era de un bajo nivel económico. Para mí la propuesta era más que suficiente para no abandonar mi país”.
¿Crees que el béisbol cubano a nivel doméstico está perdiendo calidad?
Está muy falto de motivación para los peloteros. Hace falta que se acaben de abrir las puertas que están cerradas para que los atletas tengan la oportunidad de medirse en otro béisbol. La calidad del pelotero cubano es excelente, pero indudablemente que podría ser mejor.
Según declaraciones del comisionado nacional, Cuba está dialogando con la MLB una serie de cuestiones que podrían favorecer el desarrollo del béisbol en la isla. ¿Hay expectativas entre los peloteros cubanos por saber el desenlace de estas negociaciones?
Con esto hay bastantes expectativas por parte de los dos países, pero lo único que falta es acabar de dar el brinco. Creo que se va a lograr, es un gran beneficioso para todos, para nuestro béisbol. Para mí sería un sueño y un placer poder representar nuevamente a mi país en cualquier evento, volver a ponerme ese uniforme que tanto pesa.
La MLB es la meca del béisbol. ¿Piensas llegar e imponerte?
Me impuse en el béisbol cubano y estoy seguro de que con salud y dios por delante, voy a lograr poner mi nombre en lo más alto del de las Grandes Ligas. Ese es un béisbol muy organizado donde se les brinda un gran respeto a los peloteros. Muchos cubanos están triunfando, y eso, más que una motivación, representa el ejemplo de que si se puede llegar a triunfar en la MLB.
Cuando decidiste marcharte, dejaste una carta a tu equipo de Camagüey. ¿Qué les dejaste dicho a tus compañeros?
Llegando a Dominicana me enteré que la Seguridad del Estado había interceptado la carta antes que mis compañeros la leyeran. En la carta les explicaba a mis compañeros y profesores que me iba de mi país físicamente pero no sentimentalmente, que siempre los iba a tener presente donde estuviera y que me disculparan por irme sin despedirme, que hacia esto porque no veía futuro para mi familia, que agradecía a las autoridades de la provincia por la vivienda que me habían dado y que fue un placer compartir tantos años con ellos, que nos íbamos a volver a ver algún día, que los quería y que siempre llevaría en mi corazón el nombre de todos y el de Cuba.
seria bueno que haga publica una copia de esa carta, muchos éxitos le deseamos
Mucha salud y suerte para Norge Luis, ojalá que triunfe y que más cubanos puedan llegar a cumplir su sueño de jugar en la mejor liga de beisbol del mundo. Ya este año vamos por 26 que han pasado por las Mayores. Un saludo
Por favor cuiden la ortografia….
Saludos. Muy interesante este artículo sobre este joven valor del picheo cubano le deseo muchos éxitos a él y todos los demás jugadores de nuestra hermosa isla gracias.