Llegó la hora de pedir los refuerzos en la Serie Nacional 57. No gustaba a muchos aficionados, en los comienzos, la idea de competir con jugadores “importados” de otras provincias. Pero pasados varios años, los seguidores y mánagers ya se acostumbraron, y la petición de refuerzos trajo suspense y algo de emoción al campeonato.
Esta vez se hará en Pinar del Río, como parte del Juego de las Estrellas. El evento es el parteaguas de la campaña: de ahora adelante comienza la verdadera pelea por el título, con los equipos mejor armados. Con cinco conjuntos en la siguiente etapa y uno por decidir aún, jugaremos a los adivinos sobre qué pedirán los directores de los sobrevivientes.
Duanys Hernández
Predecir lo que solicitarán los seis directores de equipos en la noche de refuerzos resulta bien complicado. Corramos el riesgo y analicemos las carencias de cada una de las novenas en disputa.
Industriales, como ha ocurrido históricamente, debe decantarse por cinco lanzadores o cuatro lanzadores y un receptor. Frank Camilo no jugó todos los juegos detrás del home (33 juegos) y Lázaro Ponce no ofrece las garantías necesarias. Al menos necesitan dos abridores y dos relevistas aunque presenten números aceptables en el bullpen (séptimo con 4,16 promedio de carreras limpias)
Las Tunas necesita reforzar su cuerpo de lanzadores con tres serpentineros. Piden a gritos un jugador de cuadro versátil que pueda desempeñarse alrededor de la segunda base y quizás un jardinero. Un torpedero y además un camarero (no solicitarían jardineros) no serían opciones descabelladas para quitarle preocupaciones defensivas al veterano Danel Castro.
Matanzas debe solicitar al menos tres lanzadores, un torpedero natural para que Yurisbel Gracial juegue más suelto (y alterne en la esquina caliente con Jefferson Delgado) y un jardinero de poder.
Pinar del Río es el que menos serpentineros necesita. Se le incorporan para la segunda etapa tres hombres importantes como Vladimir Baños, Raidel Martínez y Liván Moinelo. Con dos relevistas redondean el mejor staff de la justa, y deben sumar tres jugadores de posición con dos variantes: torpedero, segunda y un jardinero o dos jardineros y un jugador de cuadro.
Granma pide a gritos un receptor. Yulexis La Rosa se pinta solo para esta posición después de su experiencia con los alazanes. Creo que necesitan un torpedero más ofensivo a pesar de la buena campaña de Yulián Milán (266/321/335), que solo cometió 5 errores y defendió para un excelente 981) y tres lanzadores. Quizás Carlos Martí deposita toda su confianza en su short stop, y se decide por otro pitcher.
Si clasifica Ciego de Ávila debe escoger nuevamente a un antesalista para pasar a Raúl González a la intermedia. Yeniet Pérez cumple todos los requisitos para incluirse por tercera vez entre los tigres. Roger Machado debe pensar en un bateador zurdo de poder que pueda jugar la inicial y los jardines con Edilse Silva y Norel González como mejores opciones. Tres lanzadores serán muy necesarios para un cuerpo de serpentineros con bastantes lagunas.
Si es Artemisa el que continúa, hay que decir que es el único que necesita más de cinco refuerzos para suplir todas sus carencias. Requieren con premura de al menos un receptor, un jugador de cuadro y un jardinero. Deben completar con dos lanzadores derechos atendiendo a la gran cantidad de zurdos que presentan como serpentineros. Pero, repito, con solo cinco refuerzos no resuelven sus carencias, y será el equipo más expuesto en la segunda etapa.
Tabla de posiciones (Tomada de beisbolencuba.com)
Eduardo González Martínez
Industriales pedirá, seguramente, mucho picheo, a pesar de las mejoras en el desempeño de su staff. El equipo azul batea bastante, aunque no se descarta que Víctor Mesa pida algún bateador, así sea para que otro no lo tenga en sus filas. Pero serán los lanzadores su anhelo, con preferencia para algunos abridores que quedaron sueltos por ahí y piezas para consolidar el bullpen.
Pinar del Río no necesita tantos lanzadores e irá por un torpedero de garantías (Ayala, Manduley) y un segunda base para alternar. Después buscará un par de jardineros de confianza, al estilo de Denis Laza, para redondear o un designado que aporte bateo como Cepeda. Y cuando Pedro Luis Lazo tenga lo que busca, entonces tomarán, si queda, algún serpentinero de buenas prestaciones.
Las Tunas quiere lo que la mayoría: lanzadores y más lanzadores para acompañar su ofensiva. Si los obtiene, será un rival más difícil aún. Algún jugador de cuadro le vendría bien, y tal vez, un jardinero, porque hay algunos en la bolsa para escoger.
Granma pedirá también lanzadores para reforzarse. Un receptor de calidad que les guíe el cuerpo de serpentineros no les vendría mal. Matanzas, por su parte, irá por pichers también, y refuerzos para el cuadro.
Aún sin definir el próximo invitado a la fiesta entre Ciego de Ávila y Artemisa, podríamos predecir que pedirán. Artemisa, si pasa, irá por bateadores y jugadores para enfrentar sus carencias. Un receptor, un jugador de cuadro y un jardinero son necesidades evidentes. Necesitan poder al bate, para apoyar a su picheo.
Ciego no es el equipo dominante de los últimos años y tendrá que reforzarse mucho. Un buen tercera base y algún jardinero, junto a lanzadores, deben ser sus prioridades.
Liderazgos individuales (Estadísticas: beisbolencuba.com)
Notas curiosas por Duanys Hernández
-El gran hombre de los comodines fue el lanzador granmense Leandro Martínez. El zurdo participó en las dos victorias de su equipo ante Villa Clara al salvar el primer juego y ganar el segundo. Por si fuera poco le lanzó 12 escones consecutivos a los anaranjados, y se convirtió en el primer lanzador en propinar una lechada en play off de comodines. Leandro Martínez le lanza muy bien a Villa Clara, equipo frente al que presenta balance histórico de 8 victorias y 4 derrotas. San Leandro para los alazanes.
-Queda muy poco de la garra tradicional de los equipos villaclareños. Según el estadístico Oscar Luis Portales, Villa Clara llegó perdiendo 18 partidos al último tercio del juego y solo ganó uno. Con ventaja llegó a 21 juegos y perdió seis en las últimas tres entradas (victorias potenciales que hubieran asegurado un puesto entre los cuatro primeros lugares). Con el partido empatado llegó en ocho ocasiones y pudo vencer en siete de ellos.
-El equipo Artemisa es muy efectivo en el llamado «juego chiquito». En esta serie ha participado en 20 juegos que han terminado por diferencia de dos carreras, de los cuales ha ganado 15. Es el equipo que más juegos gana por la mínima diferencia con 10. Bendita efectividad en juegos apretados.