Hace apenas dos meses que Pietro Resta, un joven italiano de 21 años, llegó a Cuba. Hoy, con la piel re-tostada ya por el sol del Caribe y los muchos entrenamientos, juega como lateral izquierdo en el equipo Habana que disputa la 99 edición del Campeonato Nacional de Fútbol.
Debutó en los clásicos cubanos el pasado 25 de enero, frente a Ciego de Ávila, y aunque se le vio algo cansado en la segunda mitad, Pietro salió del césped con una sonrisa en los labios. En las gradas del capitalino estadio Pedro Marrero lo esperaba su “familia cubana” y entre ellos, el más orgulloso de sus fans, su padre.
No es una novedad que futbolistas europeos participen en estas lides. Pietro Resta se une a la larga lista de jugadores del viejo continente que, hasta los años 30 y 40 del pasado siglo, plagaron el torneo cubano; militando en las nóminas de los clubes de raíz española radicados en La Habana. Luego de 1959, en la última década, algunos estudiantes extranjeros también han participado del certamen.
Sentados en el balcón del apartamento familiar en Miramar, tuvimos la oportunidad de conversar con este joven, quien asegura haber encontrado en Cuba una alegría sin par sobre la cancha.
Pietro ha jugado fútbol toda su vida. Con apenas 17 años ya era un profesional del deporte. “Jugué en la Fiorentina desde los 14 hasta los 17 años, y luego en el Siena con el primer equipo de la Serie A, pero allí solo me entrenaba, nunca llegué a jugar en la primera división”.
Todos apostaban entonces por una carrera dentro de las canchas para él, sin embargo en noviembre de 2009 sufrió un accidente automovilístico que lo alejó del campo por casi tres años, explica Angelo, su padre. “Necesitaron operarlo cuatro veces, la segunda de ellas aquí en Cuba; por suerte la recuperación ha sido muy buena”.
Esos tres años de ausencia lo sacaron del sistema competitivo, postergando su sueño de integrar las filas del máximo nivel italiano. Sin embargo, enrumbaron su vida hacia otras riveras.
Angelo, quien se declara un enamorado de esta Isla desde el primer día que llegó, allá por el año 1996, siempre ha tenido un sueño: “tener a mis dos hijos conmigo en Cuba”. El fútbol fue entonces la excusa perfecta, una pasión que los vuelve a reunir, ahora en esta parte del mundo.
Pietro, por su parte, asegura que varias cosas le han asombrado del fútbol que se juega en Cuba, sobre todo “el ambiente de alegría; la felicidad de los jugadores para la preparación y en el momento de jugar. Aquí el partido es una gran fiesta, no como en Italia que es como una guerra. Eso totalmente diferente”.
-¿Y eso, es bueno o malo?
“¡Muy bueno! Porque se vive el fútbol como un juego, con mucha alegría”.
Reconoce también que lo sorprendió lo riguroso del trabajo que realizan los jugadores y el cuerpo técnico. “El futbol que se juega en Cuba me parece muy bueno. Aunque es diferente al que se practica en Italia, es muy técnico y tenemos un excelente entrenador que siempre está atento a la forma de jugar del equipo. Estoy muy contento, no pensaba que en Cuba el fútbol se tomara con tanta seriedad”.
-¿Qué ha sido lo más complicado en tu inicio?
“Aún me estoy acostumbrando al calor y al sol, pues el cambio es fuerte. Las primeras dos semanas fueron muy difíciles para mí por esa razón; también por la cancha. Creo que en una cancha con más condiciones podríamos jugar mejor. Aunque el terreno es una limitante, si el equipo es fuerte entonces gana, y la calidad del césped es solo una excusa.
“Además, no creo que el calor sea un gran problema para mí. Me estoy preparando y pronto espero poder jugar como el resto de mis compañeros. La competencia recién comenzó, pero tenemos un equipo que puede ganar el torneo y eso es lo que todos queremos”.
Desde su ingreso a los entrenamientos el pasado 2 de enero, Pietro demostró la calidad que lo ha llevado a integrar la selección habanera como jugador regular dentro de la alineación presentada por el DT Dariem Díaz. “Es un gran reto, pues debes demostrar merecer tu puesto entre tantos chicos con talento”, explica.
Insertarse en un medio desconocido es siempre un desafío, mas eso parece no preocuparle a este joven jugador. Sobre la acogida que ha tenido entre sus nuevos compañeros asegura sentirse cómodo, “estoy muy contento con ellos, son muy simpáticos y ocurrentes. Todavía no entiendo bien todo lo que hablan, pero con el tiempo espero entenderlos”.
-¿Existió algún impedimento por parte de los organizadores del evento para que jugaras el Campeonato Nacional?
“Ninguno, por el contrario, todo fue normal. Yo juego con mi pasaporte como documento de identificación y no he tenido problemas con eso”.
-¿Qué piensas hacer cuando termine el Campeonato?
“No lo sé. Por ahora solo me preocupa jugar y ganar la competencia. Luego supongo que regresaré a Italia para estar con mi familia y mis amigos. Aquí me siento muy bien y podría regresar el próximo año quizás, o podría ir a jugar a otro país. No lo sé aún”.
-¿Entonces no descartas la idea de regresar a jugar a Europa?
“Soy italiano, mi sueño es jugar en la Serie A, aunque se que ya es muy difícil. Pero por ahora solo quiero jugar y divertirme. También estoy aprendiendo español y lo estudio todos los días, eso es importante para mí”.
Según las especificaciones de la Comisión Nacional de Fútbol, todos aquellos jugadores que participen activamente en Campeonato Nacional son elegibles para integrar las filas de la selección cubana a eventos internacionales. La posición de Pietro, hoy, como regular del Habana, lo pone dentro de ese grupo.
Al insinuarle tal posibilidad sonríe y trata de contener la emoción, escogiendo con calma cada una de sus palabras. “Ese es otro de mis sueños, jugar con el equipo cubano. Ahora bien, tendría que demostrar sobre la cancha que puedo ser un jugador importante para la selección, pero sería un orgullo jugar para este país que tiene una historia increíble”.
No solo se trata de deporte. Pietro, al igual que su padre, ha encontrado razones para amar este país que sobrepasan las medidas de un campo de fútbol. “El clima, la playa que allá en Italia no la tengo cerca de mi casa en Florencia. Pero lo mejor son las personas, muy simpáticas y alegre”, afirma entre sonrisas mientras la tarde va cayendo sobre el barrio habanero.
El camino para este chico solo ha comenzado, pero lo cierto es que las canchas de Cuba lo verán hasta el próximo 31 de mayo, última fecha del calendario de competencias. Mientras, Pietro Resta, lateral izquierdo del conjunto capitalino, escribirá su propia historia en el fútbol cubano, uniéndose a la legión de jugadores que han dejado su huella en esta tierra.
Foto: Laura Prada
Leí con mucho agrado este material, bonita historia sobre la novedad de un italiano en las filas capitalinas. Ademas me llena de regocijo que se reconozca el trabajo del cuerpo tecnico por un futbolista de cuna y experiencia del primer mundo, a su juicio muy exigente y serio, facetas ignoradas por muchos que desconocen la calidad, trabajo y entrega de muchos tecnicos cubanos. Suerte a mi equipo y larga vida a ese colectivo tecnico, que contagien a todos con su profesionalidad, seriedad y perseverancia a pesar de la juventud q disfrutan. Arriba Habana
Es bueno que jugadores europeos puedan jugar en Cuba, esto puede ayudar a elevar el nivel competitivo. Esperemos que sea el primero de muchos.
Ojalá la calidad de las canchas no lo lleve a lesiones que le recuerden su accidente. Que sigan llegando jugadores extranjeros, ya que los nuestros no pueden insertarse aún en ligas foráneas con el permiso de la Comisión Nacional de Futbol. El sueño de Pietro debe ser llegar a la selección Italiana, pero si juega una competición oficial representando a Cuba, la FIFA le prohibirá jugar oficialmente con otro equipo… Julio, pensé por un momento que tocarías ese tema. Hermano, de todas formas complacido como siempre con tu trabajo.