Cuba antes dominaba casi a placer en el panorama boxístico amateur. Sus 67 coronas en Campeonatos Mundiales no dejan margen a dudas en este sentido. La diferencia es marcada. Rusia, que posee además los cetros de la Unión Soviética suma 36. Pero ahora el panorama ha cambiado. El ambiente luce de otra manera y pensar en dominio absoluto en lides universales resulta más utopía que ilusión.
Existieron países, ciudades, que se rindieron en su momento a los pies de los ahijados del preparador Alcides Sagarra. Como un día se arrodillaron decenas de territorios ante los remates de las “Morenas del Caribe”, o los jonrones de nuestros peloteros. Los Domadores mantienen la estirpe, el estilo, aunque con menos golpeo y contundencia, pero triunfar se les hace más complicado.
No está el santiaguero Sagarra. Actualmente se impone el guantanamero Rolando Acebal. Menos currículo, arsenal, carácter, aunque similares objetivos. Eso no cambia ni cambiará en materia de puños. Acebal vive de planes, y se levanta cada mañana con la idea de dar un golpe categórico, algo así como un fulminante nocaut en Río de Janeiro y sus Juegos Olímpicos.
Pero antes de la cita estival, la primera en suelo sudamericano, tiene varias paradas en su recorrido. No debe apresurarse. No debe cambiar de ritmo. No debe entrar en trance ni en desespero, aun cuando, si de dominar a placer se trata, la situación no indique un viaje en el tiempo de regreso al pasado.
La escala ahora es Doha, capital de Qatar, y su programa universal. Desde el martes 5 de octubre hasta el venidero día 15, una comitiva cubana intenta cumplir varias metas. Una tras otra. Como antaño. Entre los deseos está completar los tickets directos a la urbe del Cristo Redentor, pero sobre todo batallan por recuperar la corona por países, algo esquivo, a la líder de siempre, desde la lid de Mianyang-2005.
Hace una década los titulares de la IV Serie Mundial (WSB) no vencen de forma colectiva. La cantidad de liderazgos ha mermado considerablemente en estos eventos iniciados en La Habana en el lejano 1974.Con tan solo dar un vistazo atrás nos percatamos del retroceso.
Ejemplifico. Tampere, Finlandia, en 1993, fue sede de unas de las actuaciones más avasalladoras que se conoce dentro de un ring para los llamados “aficionados”. Los exponentes de esta Isla cerraron con ocho coronas y tres subtítulos de una docena de posibilidades. Corrían tiempos de dioses entre cuerdas. Félix Savón, Roberto Balado, Ariel Hernández, Héctor Vinent.
Muy poco menos destacada resultó el balance en Belfast, Irlanda (2001). Siete doradas y par de preseas de bronce fue el saldo. Otra década majestuosa. Una generación de nuevas perlas. Un grupo que actuó algo diferente a la mayoría de sus homólogos del pasado y escogió y definió otras rutas. Yan Bartelemy, Guillermo Rigondeaux y Odlanier Solís pronosticaban años de dominio absoluto. Sus salidas del país hicieron que eso no ocurrieray el futuro se diluyera tan rápido como un chasquido de dedos. Allí también dominó Mario Kindelán, un universitario en materia de esgrima boxística.
El horizonte actual difiere a los programas de Belgrado, Yugoslavia (1982); Reno, Estados Unidos (1986); o Munich (1982) y Berlín (1995) en Alemania, cada caso con cuatro monarcas como mínimo. Y rumbo a la nación árabe se piensa tan diferente, que el pronóstico es recuperar el tronocon tres reinados.
Imagine que los dos últimos torneos del orbe dejaron saldo de dos liderazgos. Mismos estilos y nombres. En Bakú, Azerbaiyán (2011) y Almaty, Kazajstán (2013) solo escalaron el centro del podio Lázaro Álvarez y Julio César la Cruz. Años después la ambición es avanzar escasos metros.No más.
Una lid en extremo peliaguda. No menos de 260 púgiles (94 de Europa, 66 de Asia, 51 de América, 32 de África y 17 de Oceanía) de 73 naciones intentarán marcar pautas y demostrar poderío antes del torneo de los cinco aros. Siempre un elemento que eleva el interés y concentra la calidad.
Para Cuba no existe margen para los fracasos, y de ello está consciente el referido jefe técnico, Rolando Acebal, quien expresó a la prensa nacional que será un certamenbien fuerte, al tratarse del último antes del programa olímpico. Reafirmó el propósito de ganar tres títulos para superar las dos actuaciones anteriores y reconoció que el ambiente hoy está más enrarecido pues “se busca que exista un medallero repartido, amén de las individualidades que hay en muchos países”.
Entre los nuestros, varios establecidos planean figurar entre los campeones. Erislandy Savón (91 kilogramos) es uno de los baluartes, muy a pesar de sus fracasos en lides similares anteriormente. El sobrino del legendario Félix se muestra concentrado en pos del éxito, y expresó en exclusiva para Oncuba su deseo de saldar cuentas pendientes. Además catalogó esta competencia como la indicada para sellar una serie de resultados positivos en la arena internacional. La WSB lo tiene como uno de sus hijos pródigos, pero se debe a sí mismo en otros programas de primer nivel.
Para ello –cuenta- no cambia su proceder, entrena de igual manera, y se aferra a su talento. Cree que este es el instante indicado para sentar pautas camino a Brasil, sitio con el cual sueña.
La isla caribeña es representada además por Jhoanys Argilagos (49 kilogramos), Yosbany Veitía (52 kg), Andy Cruz (56), Lázaro Álvarez (60), Yasnier Toledo (64), Roniel Iglesias (69), Arlen López (75) Julio César La Cruz (81) y Leinier Peró (+91). Todos en su momento campeones mundiales, algunos entre cadetes, juveniles o mayores, con la excepción de López.
Durante el sorteo los nuestros gozaron de protagonismo. Menos Iglesias, los restantes fueron ubicados como sembrados en sus divisiones, pero incluso el vueltabajero quedó bye en la lotería. Así, Cuba no debutará hasta este jueves cuando se presenten Argilagos, Cruz, Toledo, López y Savón; mientras que el viernes subirán el encerado Veitía, Álvarez, La Cruz, Peró y el propio Iglesias.
Esta es la armada que dirige y aconseja Acebal, desde hace seis años el timón de la disciplina, quien consideró como equipos más duros a los de Azerbaiyán, Rusia y Kazajistán, y advirtió que actualmente la diferencia entre los boxeadores y las selecciones en cuanto a calidad es mínima. “Hay que olvidarse de aquellos tiempos en que un país iba a barrer”, dijo el técnico, conocedor de que el presente no es mejor que el pasado ni asegura un futuro superior.