Cronómetro en mano, entrenadores y expertos miden, observan y usan todas sus técnicas, al estilo del mejor scout, para identificar entre jóvenes de 13 a 18 años a los peloteros del futuro. Pruebas físicas como velocidad, fuerza, tacto y sincronismo deben pasar varones y hembras, porque también las muchachas se interesan por el juego de las bolas y los strikes en Camagüey. En el terreno, vestidos de peloteros, apuestan sus sueños al béisbol, se asignan un número y se imaginan muy pronto robando una base o conectando un jonrón.