Aunque no físicamente pero sí como inspiración de muchos, Terry Fox estuvo nuevamente en Cuba este 17 de marzo. La carrera caminata que cada año rinde homenaje al joven canadiense, fallecido a consecuencia del cáncer, tuvo otra vez a la Isla como uno de sus principales escenarios en todo el mundo.
Como en ediciones anteriores, el evento no fue competitivo ni se dividió en distintas categorías. En La Habana, el recorrido principal tuvo un máximo de tres kilómetros, con arrancada y meta frente a la sala polivalente Kid Chocolate, frente al Capitolio, y abarcó el paseo del Prado y las calles Neptuno, Galiano y San Lázaro.
También estaba programado de manera simultánea en toda la Isla.
La carrera, que comenzó a las 10:00 de la mañana, volvió a tener un carácter popular, y en ella participaron por igual personas en sillas de ruedas, amputados, niños, patinadores y todos los que se quisieron sumar lo mismo desde la salida que en cualquier punto del recorrido. El único objetivo era entrar a la meta y apoyar el combate contra el cáncer.
La Carrera Terry Fox, conocida en el mundo como “el Maratón de la Esperanza”, tiene tradicionalmente en Cuba la mayor participación fuera de Canadá, lo que ha sido reconocido por el gobierno canadiense.
Karen Foss, consejera de la embajada norteña en La Habana, agradeció a las autoridades de la Isla por lo hecho año tras año en la promoción del evento. “El agradecimiento a los cubanos es eterno por la realización aquí de la Carrera Terry Fox”, dijo hace unos días al sitio deportivo Jit.
“Lo que hizo Terry fue gigantesco. Por ello es tan loable el altruista aporte para la investigación de la enfermedad, una de las primeras causas de muertes a nivel mundial”, añadió.
Terry Fox sufrió la amputación de su pierna derecha a los 18 años debido al cáncer. El 12 de abril de 1980 comenzó una carrera en St. John’s, Terranova, en el extremo este de Canadá, con la intención de recaudar fondos para ayudar a financiar estudios sobre esta enfermedad.
En total recorrió 5,373 kilómetros durante 143 días, pero el padecimiento no le permitió terminar su itinerario. El 1ro de septiembre tuvo que abandonar su ruta en Thunder Bay, Ontario, con el cáncer extendido a sus pulmones.
Terry falleció el 28 de junio de 1981, pero su legado es recordado anualmente con la carrera que lleva su nombre.