Foto: Alain L. Gutiérrez
Si de transporte público habláramos, podría elegir entre varias opciones para trasladarse de un sitio a otro en la ciudad. Para recorrer La Habana y disfrutar el paisaje, pudiera optar por los cocotaxis, modelos muy simpáticos, seguros y rápidos que simulan la figura de un coco y en los que podrá moverse viendo todo el panorama que le rodea. Existen también los coches de caballos que recuerdan la época en la que aún no existían los motores, los taxis en CUC que usted podrá solicitar, si lo desea, por vía telefónica, y los llamados almendrones, que no son más que carros norteamericanos de los años cuarenta y cincuenta, ejemplos de la ingeniosidad de los cubanos, porque debajo de su carrocería original podría encontrar innovaciones que merecerían premios. Los taxis particulares —almendrones y cualquier otro modelo— hacen su recorrido por todos los municipios y el viaje, según la distancia, tiene un valor de 10 pesos —el equivalente en CUC es de 50 centavos—. En su trayecto estos vehículos recogen a quienes lo soliciten en la calle, de modo que probablemente comparta su espacio con 5 personas más.
Y si prefiere pagar su pasaje en moneda nacional, podrá elegir las rutas locales de los ómnibus, los cuales dividen su recorrido por los diferentes municipios de la capital. Estos tienen un precio de 40 centavos —el equivalente en CUC es menor que 5 centavos—.
En algunos barrios de La Habana hay otro medio de transporte muy socorrido: los bicitaxis, bicicletas adaptadas para llevar pasajeros, recorren pequeñas distancias, cuestan 10 pesos y tienen capacidad para 2 personas adultas, aunque podría usted sorprenderse con todo lo que pueden cargar…