Los vuelos directos entre Estados Unidos y Cuba ya son una realidad. Un Airbus A320 proveniente de Estados Unidos rompió en el cielo más de medio siglo de silencio. Lo hizo en la ruta comercial Fort Lauderdale-Santa Clara. Unas 150 personas descendieron de la nave en el centro de Cuba el 31 de agosto de este año.
El estreno del viaje corrió a cargo de JetBlue, consorcio ya consagrado en la historia de las relaciones entre ambos países. Desde el memorable 17D, gota a gota se descongelan las prohibiciones en pos de los nuevos tiempos.
A propósito del acontecimiento, Barack Obama reconoció que se habían dado pasos importantes “al restablecer relaciones diplomáticas y abrir embajadas, facilitar el incremento de los viajes y el comercio, conectar a más estadounidenses y cubanos, así como promover el libre flujo de información hacia, desde y dentro de Cuba”.
“Hemos avanzado en nuestros intereses comunes y hemos trabajado juntos en temas complejos que durante mucho tiempo nos definieron y dividieron”, concluyó.
Un año después, el presidente agregaba: “La normalización será un largo viaje. Sin embargo, los últimos 12 meses son ejemplo del progreso que se puede alcanzar cuando trazamos la ruta hacia un futuro mejor. El próximo año, continuaremos este camino, empoderando a cubanos y estadounidenses para que lideren el curso”. Si bien el principal obstáculo para la normalización continúa existiendo, no son pocos los hechos que hablan de una nueva relación.
El despegue
En febrero pasado viajaron a La Habana Anthony Foxx, secretario del Departamento de Transporte, y Charles H. Rivkin, secretario de Estado adjunto para Asuntos Económicos y Empresariales, para firmar un acuerdo bilateral relativo a los servicios aéreos entre Estados Unidos y Cuba.
El acuerdo permite hasta 110 vuelos regulares diarios, incluidos 20 a La Habana y diez a nueve aeropuertos internacionales en Cuba. La disposición no limita las operaciones de los vuelos chárter que operan desde la década de los 70.
Aunque la ley de EE.UU. aún prohíbe a los ciudadanos de ese país viajar a Cuba para hacer turismo, este acuerdo en el contexto de las doce modalidades permitidas, facilita el “viaje autorizado”, y abre paso a un aluvión de ofertas.
En 2015, las autoridades cubanas reportaron un total de 161 mil 233 visitantes estadounidenses. En 2014 fueron 91 mil 254. Habida cuenta de las razonables ofertas (desde 74 a 99 dólares por un boleto), ¿a cuánto podrá llegar esta cifra en 2016?
Durante el proceso de aprobación, un palo en la rueda fue la campaña de algunos sectores del Partido Republicano, quienes argüían que la seguridad de los aeropuertos cubanos no cumplía con los estándares internacionales ni con los requerimientos de Estados Unidos.
A propósito de ese tema, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, señaló durante la segunda visita de Foxx a la Isla que: “los aeropuertos cubanos se han estado preparando sistemáticamente desde los últimos años para atender el arribo de turistas a Cuba y estos vuelos regulares se insertan dentro del funcionamiento habitual de las terminales cubanas”.
¿Quiénes vuelan y hacia dónde?
American Airlines, Frontier Airlines, JetBlue Airways, Silver Airways, Southwest Airlines y Sun Country Airlines fueron las seis aerolíneas estadounidenses aprobadas para iniciar vuelos directos y regulares entre los países vecinos, según el Departamento de Transporte de EE. UU. (DOT).
Conectarán con la capital y otras ciudades cubanas, vuelos regulares desde las ciudades estadounidenses de Atlanta, Charlotte, Fort Lauderdale, Houston, Los Ángeles, Miami, Newark, Nueva York, Orlando y Tampa.
Apenas un día después del estreno de JetBlue, el 1ro. de septiembre, Silver Airways hizo su debut con una línea regular también a Santa Clara; American Airlines opera dos vuelos diarios entre Miami y Holguín, Santa Clara y Varadero, y uno diario conectando Miami con Camagüey con Cienfuegos, para un total de 56 vuelos semanales, más que ninguna otra aerolínea estadounidense a Cuba. El servicio a La Habana comienza en noviembre, con 35 vuelos a la semana.
En los próximos meses seguirán incorporándose otras aerolíneas estadounidenses con destino a distintas ciudades cubanas, incluida La Habana.