Tamara, Lupe, y Ana eran amigas desde siempre. Una tarde, hace ya 20 años, aburridas, con la tarea de la escuela hecha, decidieron hacer un flan. Empeñadas en la pequeña pero bien equipada cocina de Lupe, canalizaron los conocimientos aprendidos de generaciones de cocineros cubanos, de aquí y de allá: Ana insistió en que midieran los ingredientes en laticas, igual que en Cuba; Tamara agregó los finos jirones de queso parmesano, como su tía le había enseñado.
Después de instalar la fuente en la olla de presión, encendieron la cocina y chocaron palmas. Fue prematuro: la candela estaba muy alta, cogió presión demasiado rápido y se habían olvidado del agua. Cuando la mamá de Lupe llegó del trabajo, descubrió el techo con un hueco, las paredes cubiertas de flan, y Ana lamiéndose la muñeca, herida cuando la tapa de la olla explotó como una bomba. Moviendo su cabeza, dijo: “Muchachitas, que manera de meterse en problemas con sus proyectos. ¡Son las tres fieras!”.
Cuando se unieron a la ola de cocinas móviles o loncheras que recorría los Estados Unidos, con una propia de comida cubana tradicional, sabían que la bautizarían Las Tres Fieras. Ahora, los trabajadores y turistas hacen tremenda cola frente a esa lonchera en Tribeca, en el centro de Manhattan, para comer los famosos plátanos rellenos, ropa vieja y, sí, flan.
Hace un tiempito, la abuela de Tamara llamó desde Caimito –había descubierto un libro de viejas recetas familiares en el cuarto de desahogo. ¿Quizás las tres fieras pudieran adaptar algunos de los platos de tres generaciones de cocineros de la familia Sánchez, para su lonchera? Unos días después, la prima de Ana envió un e-mail diciendo que necesitaba consejos antes de abrir su paladar en El Vedado. Ya estaba decidido: las amigas visitarían Cuba, recuperarían algunas de las recetas criollas, y comprobarían el desarrollo de la nueva realidad económica.
Spa O2
Asintieron todas: después de largos días en la lonchera, necesitaban rejuvenecerse un poco antes de meterse de lleno en el ritmo caótico de La Habana. La primera parada: este impecable spa y oasis de jardín con su gimnasio moderno, chic salón de belleza, y el mejor “pedicuri” de la ciudad. Después de las limpiezas de cutis y masajes con piedras calientes, estaban listas…
Dirección: Calle26, esquina 268, Nuevo Vedado
Ivan Chef Justo
Este restaurante en boga en toda La Habana era obligatorio para la investigación gastronómica de las tres amigas. Acomodadas en la terraza de arriba, con una vista de La Habana Vieja, comieron un ravioli sublime de berenjena y panceta, sardinas delicadas, y unas costillas de cordero para chuparse los dedos. Con la primera cucharada de cuatro leches, sabían que ese postre sería un exitazo en casa.
Dirección: Aguacate 9, esquina Chacón, Habana Vieja
Discoteca Escaleras al cielo
Cuando la prima de Ana dijo “¡vamos a bailar!, las amigas no habían imaginado este club tan pegado y movido, con sus muchachos y muchachas “go-go” bailando el baile del tubo con un DJ en vivo; parejas de todas las orientaciones partiendo la pista; y un espectáculo de luces deslumbrante. Sería una noche larga y divertida.
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Dirección: Zulueta # 658 entre Gloria y Apodaca, Habana Vieja
Real Café
Hambrientas después de bailar hasta la madrugada, Ana, Lupe y Tamara se dirigieron hacia este lindo bar-restaurante en un rincón tranquilo de Playa. Mordisqueando brochetas de fruta y un plato de queso, entre tragos de Olmeca reposado, se maravillaron con la nueva energía de La Habana –incluso a las 5 am.
Dirección: Calle 7ma A # 6220 entre 62 y 66, Playa
Hostal Guanabo
Quejándose de una resaca, las tres amigas se fueron para Guanabo, playa idílica, a unos 20 minutos al este de La Habana; Tamara conocía una encantadora casa particular que alquilaba cuartos –¡con jacuzzis!– y vista panorámica del mar. Mientras se mecían en la hamaca, entre el murmullo de las palmeras y el romper de las olas, decidieron que para la próxima visita, alquilarían la casa entera.
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Dirección: Calle 480 # 1A04 entre 1ra. y 3ra. Guanabo, Habana del Este
Piscolabis
La creatividad cubana no tiene igual, y este bazar-café es conocido como el mejor lugar para conseguir artesanía única. Mientras sorbían sus expresos en los cómodos sofás, decidieron decorar su lonchera con unos curiosos candelabros de botellas antiguas. Y por su parte, Lupe se dio gusto en comprar una guayabera hecha a mano, para su esposo.
Dirección: San Ignacio # 75 entre Callejón del Chorro y O’Reilly
Boaz Restaurante
Una chef es novedad en La Habana, y las amigas estaban ansiosas por probar la magia de la Chef Yhovana. Degustaron varios de sus platos especiales con salsa Boaz. Deliciosos pero, como cualquier chef listo, Yhovana rehusó revelar los ingredientes secretos.
Dirección: Calle Inquisidor # 508 entre Luz y Acosta
El Tablao de Pancho
Para otra memorable noche de paseo, las amigas reservaron una mesa en este restaurante gourmet, donde tocó una orquesta de primera. Los invitados, leyendas cubanas incluyendo miembros del Buena Vista Social Club, regalaron la mejor música del viaje para el disfrute de las amigas.
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Dirección: Calle Zulueta # 658 entre Gloria y Apodaca
El Guajirito
Tamara se separó de sus amigas e invitó al clan entero de Caimito a almorzar comida criolla de la mejor de La Habana. Platos tradicionales de costillas de cerdo y cordero en chilindrón, que su abuela declaró tan ricos como cualquiera del libro de recetas familiares. Un verdadero elogio.
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Dirección: Calle Zulueta # 658 entre Gloria y Apodaca
STARBIEN
“Llévame a uno de los paladares que te inspiraron para abrir el tuyo”, Ana le dijo a su prima. Mientras relajaban en el balcón de esta lindísima propiedad de El Vedado, degustaron platos creativos y bien elaborados por el personal afable. “Chic, no pretencioso, profesional: ¡una inspiración excelente!”, sentenció Ana.
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Dirección: Calle 29 # 205 entre B y C
La Guarida
Sin dudas, la última comida tenía que ser en este restaurante elegante y de buen gusto, el más famoso de La Habana. Cenando gazpacho de sandía y pargo con coco, debajo de un magnífico cuadro de Rancaño, las amigas brindaron a la salud y la prosperidad –de ellas y de Cuba.
Me encantó la forma de escribir, pero creo le faltaron muchisimos lugares particulares que han abierto recientemente, y claro en 3 dias ya no se recorre la Habana
Hola Diana. Gracias por su comentario. Tiene toda la razon: hay lugares espectaculare que han abierto recientemente – El Cocinero, Prive, Jazz Cafe Miramar, Calle 10, Los Espacios, Jacqueline Fumero – la lista es larga!
Pero seguro On Cuba van a cubrirlos en futuros numeros.