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“Yo quiero ser meteoróloga”. Esa frase, repetida con insistencia desde niña, marcó el destino de Yinelys Bermúdez Souza, hoy directora adjunta del Instituto de Meteorología de Cuba.
Su historia, contada en una publicación del ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Armando Rodríguez Batista, refleja la vocación y constancia de quien convirtió un sueño infantil en una carrera de servicio público.
Desde pequeña, en su natal Pedro Betancourt (Matanzas), Yinelys observaba fascinada las lluvias, el viento y la tensión con la que los mayores enfrentaban los ciclones.
“Llegué a interesarme de una manera tal que con 8, 9, 10 años yo me pintaba mapas, me imaginaba frentes fríos, cómo iban a llegar, si iba a disminuir la temperatura”, recordó, inspirada por las presentaciones televisivas del doctor José Rubiera y del MSc. Armando Lima, quien años más tarde se convertiría en su mentor.
Meteoróloga de la televisión cubana
La falta de la carrera de Meteorología en Cuba a inicios de los años 90 puso en riesgo su proyecto de vida.
Su madre, decidida a ayudarla, logró hablar por teléfono con Armando Lima, quien le sugirió estudiar Geografía o Física en la Universidad de La Habana y luego especializarse.
Yinelys logró la única plaza de Geografía disponible en Matanzas y comenzó a vincularse al Instituto de Meteorología hasta realizar su diploma sobre tormentas severas en la Ciénaga de Zapata.
“Tuve la gran suerte y un orgullo para mí que quien me enseñó a pronosticar el tiempo fue el MSc. Armando Lima, con quien mi mamá había hablado”, dijo emocionada.
Su formación incluyó largas noches de turnos en el Centro de Pronósticos, donde perfeccionó los mapas que alguna vez dibujó en la infancia.
Bermúdez ha defendido siempre la importancia del trabajo colectivo del sistema meteorológico cubano.
“Lo más importante que tenemos son nuestros recursos humanos (…) Muchas horas de trabajo, día y noche, para mantener la seguridad nacional de este país ante fenómenos meteorológicos”, afirmó.
Recientemente, la especialista sorprendió al declarar que no aceptaría un Premio Nobel, en caso de ser nominada.
“Rechazo el Premio Nobel. Prefiero el reconocimiento de todos los cubanos, y mantenernos siempre alertas y vigilantes ante fenómenos meteorológicos extremos”, aseguró, al destacar que tanto el Instituto de Meteorología como la Defensa Civil merecen ese reconocimiento por salvar vidas y bienes cada año.