La última colección inédita de archivos del gobierno de EE.UU. sobre el asesinato de John F. Kennedy saldrá a la luz este jueves de forma parcial o total. Aunque los expertos no esperan ningún “bombazo”, los documentos podrían arrojar luz sobre los acuerdos entre la CIA y México en la Guerra Fría.
Alrededor de 3,100 expedientes oficiales hasta ahora clasificados y custodiados por los Archivos Nacionales de Estados Unidos se publicarán este jueves si el presidente estadounidense, Donald Trump, no lo impide, según lo dictado por una ley aprobada en 1992.
Subject to the receipt of further information, I will be allowing, as President, the long blocked and classified JFK FILES to be opened.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 21 de octubre de 2017
Trump, que el pasado sábado adelantó que permitiría que los documentos vean la luz, confirmó hoy que la “esperada publicación de los archivos de JFK [sigla de John F. Kennedy] tendrá lugar mañana”.
“¡Qué interesante!”, añadió el mandatario en un breve mensaje en su cuenta oficial de Twitter.
¿Una parte o todo?
La inminente revelación tiene en vilo a historiadores y defensores de las teorías de la conspiración, pero la Casa Blanca ha insinuado que la publicación podría ser solo parcial: Trump podría bloquear la divulgación de algunos documentos considerados delicados por la CIA u otras ramas del Gobierno estadounidense.
“Algunos registros de esta colección no se crearon hasta la década de 1990”, y la Casa Blanca quiere garantizar que su publicación no causaría un “daño identificable” a la seguridad nacional, dijo la semana pasada una portavoz de la Casa Blanca, Lindsay Walters, a la revista Politico.
Bajo la ley de 1992, los archivos que sean bloqueados por el actual presidente no podrán ver la luz hasta dentro de 25 años, y quien ocupe entonces la Casa Blanca deberá decidir sobre su posible publicación.
Según varios medios, la CIA ha presionado a Trump para que mantenga ocultos una serie de documentos, quizá para esconder sus métodos o la identidad de algunos espías que podrían seguir vivos.
Pero el mandatario también ha recibido presiones para permitir la publicación íntegra de los documentos, y satisfacer así a quienes disputan la conclusión alcanzada por la llamada comisión Warren, que investigó el asesinato cometido en noviembre 1963 y concluyó que un solo tirador, Lee Harvey Oswald, fue responsable del crimen.
Roger Stone, un amigo de Trump y ex asesor de su campaña electoral, aseguró el pasado viernes que había aconsejado al presidente que publique todos los documentos, sin excepción.
“Él cree en la transparencia, cree en el derecho del pueblo a saber, así que soy optimista, creo que hará lo correcto”, dijo Stone en una entrevista con el portal de extrema derecha Infowars.
Es improbable que contengan algún “bombazo”
Trump ha coqueteado desde hace años con teorías de la conspiración: fue él quien especuló con que el expresidente Barack Obama podía no haber nacido en Estados Unidos, y durante las primarias republicanas de 2016, Trump llegó a sugerir que el padre del senador Ted Cruz tuvo algo que ver con Oswald.
Es improbable que los archivos inéditos contengan algún “bombazo”, según el juez federal John R. Tunheim, que entre 1994 y 1998 encabezó un comité independiente que examinó y publicó la gran mayoría de los documentos oficiales del gobierno estadounidense sobre el asesinato.
“Pero todo lo que se publicará mañana será interesante, porque todo lo que tenga que ver con el trágico asesinato de Kennedy lo es”, afirmó Tunheim en una entrevista telefónica con Efe.
Espionaje y gobiernos
Entre los documentos, según el juez, puede haber detalles sobre “los acuerdos” que Estados Unidos tenía para compartir inteligencia con México poco antes del asesinato de Kennedy en 1963, cuando Oswald visitó las embajadas de Cuba y la Unión Soviética en la capital mexicana, sometidas a la vigilancia de Washington.
En 1998, “el Departamento de Estado y la CIA” convencieron al comité presidido por Tunheim de que no publicara “los detalles operativos de cómo compartían información de inteligencia con México” por temor a que eso “dañara” o incluso hiciera caer al gobierno mexicano, afirmó el juez.
“Publicar cómo un gobierno extranjero comparte inteligencia con la CIA puede ser controvertido, y creo que eso les preocupaba, porque el partido político que estaba en el poder en México en los años 1990 era el mismo que había” gobernado en 1963, añadió en referencia al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Tunheim no cree “que esas preocupaciones sean relevantes ya”, por lo que “toda esa información debería publicarse ahora”.
Aunque estos son los últimos documentos sobre el asesinato que posee el gobierno de EE.UU., aún hay información inédita en otras manos, como “entrevistas de Jackie Kennedy protegidas por decisión judicial”, archivos “de los abogados de Jack Ruby” [el asesino de Oswald] o documentos de la KGB en Moscú, explicó el juez.
EFE / OnCuba