Una insuficiencia de combustible y negligencia fueron las causas de la tragedia aérea que mató a 71 personas en 2016, entre ellas a la mayoría del plantel del club brasileño de fútbol Chapecoense, concluyeron las autoridades colombianas.
El avión de la aerolínea Lamia se estrelló el 28 de noviembre de 2016 contra una montaña cerca del aeropuerto internacional de Medellín. El viernes, la autoridad de aeronáutica civil de Colombia presentó el informe tras una investigación que tomó 15 meses.
Según las autoridades, la tripulación hizo caso omiso de la advertencia de que se estaba quedando sin combustible cuando estaban a 40 minutos de llegar a su destino. En lugar de aterrizar en el aeropuerto más cercano, siguió hacia Medellín y la aeronave se quedó sin combustible.
Con el reporte se confirman las hipótesis que se manejaron en los días posteriores del accidente. En diciembre de 2016, un informe preliminar de Aeronáutica Civil de Colombia decía que el avión salió de Bolivia con el tanque lleno, pero sin el combustible de reserva que se establece para volar una hora y media más allá de destino.
Los jugadores del Chapecoense viajaban a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Nacional.
Sobrevivieron seis personas, entre estos tres futbolistas: Alan Ruschel, el portero Jackson Ragnar Follman y Helio Hermito Zampier Neto. Además, fueron rescatados la auxiliar de vuelo Ximena Suárez; Erwin Tumiri, un técnico de la aeronave y el periodista Rafael Valmorbida.
Ruschel volvió a jugar con el club, contra el Barcelona, en una edición del trofeo Joan Gamper.
Para volver a jugar el club debió reconstruir su plantilla, y contrató a 25 jugadores en 2017. Apostó, como acostumbraba, por jugadores jugadores baratos y experimentados. La popularidad de la entidad creció mucho después del accidente. En seis meses registraron unos 18, 000 socios nuevos y firmó acuerdos de patrocinio.
AP / OnCuba