La Organización Mundial de la Salud (OMS) empezará a utilizar una segunda vacuna experimental contra el ébola en República Democrática del Congo, en un intento de reactivar los esfuerzos por detener el creciente brote y entre críticas de Médicos Sin Fronteras a la campaña de vacunación hasta ahora.
Desde que se declaró el brote en agosto, más de 200.000 personas han recibido dosis de la vacuna fabricada por Merck, que seguirá utilizándose en República Democrática del Congo. La segunda vacuna, producida por Johnson & Johnson, empezará a utilizarse a partir de octubre en zonas donde el ébola no se está expandiendo de forma activa, señaló la agencia sanitaria de Naciones Unidas.
Emplear la vacuna de Johnson & Johnson “garantizará que podríamos tener una herramienta adicional para impedir la propagación del brote”, dijo Matshidiso Moeti, directora de la OMS en África.
Hasta el momento, más de 3.030 personas han enfermado de ébola en este brote, el segundo más grande de la historia, y más de 1.990 han fallecido.
La Organización Mundial de la Salud empezará a utilizar a partir de mediados de octubre una segunda vacuna experimental contra el ébola en República Democrática del Congo, en un intento por detener el brote tras críticas a una pobre campaña de vacunación en el país.
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— Notimex (@Notimex) September 23, 2019
La cuestión de si esta segunda vacuna debería utilizarse está en el centro de una disputa entre el exministro congoleño de Salud, el doctor Oly Ilunga, y las autoridades sanitarias globales. Ilunga insistía en que el país no utilizara el fármaco, afirmando que no había pasado controles suficientes y podría causar confusión.
Ilunga renunció a su cargo de ministro en julio, después de que el presidente le reemplazara como responsable del equipo de respuesta al ébola en el país. En su carta de renuncia, el exministro criticó la “fuerte presión ejercida en los últimos meses” para emplear el medicamento de Johnson & Johnson.
Por su parte, Médicos Sin Fronteras ha pedido que un comité independiente gestione las vacunaciones para aumentar la transparencia y aumentar el acceso a los fármacos, de forma similar a los utilizados para responder a brotes de meningitis, fiebre amarilla y cólera.
La organización benéfica médica acusa a la OMS de “restringir la disponibilidad” de la vacuna de Merck sobre el terreno. MSF afirmó que las aproximadamente 225.000 personas vacunadas hasta ahora son “de largo insuficientes” y que para estas fechas ya debería haber entre 450.000 y 600.000 personas inmunizadas.
“No se está vacunando a gente suficiente debido a unas normas arbitrarias que no se han aclarado”, afirmó a The Associated Press la doctora Natalie Roberts, coordinadora de emergencias para MSF.
Restringir la vacuna a personas que son contactos conocidos de ébola es problemático, afirmó.
“El control llega hasta lo más local, cada mañana es una persona de la OMS quien decide a quién se vacuna y cuántos viales se abren”, señaló, afirmando que intentar restringir quién puede recibir la vacuna “de una enfermedad a la que todo el mundo tiene miedo simplemente no va a funcionar”.
MSF ha descrito la estrategia de la OMS como “dar a los bomberos un cubo para apagar un incendio, pero permitirles utilizar solo una taza de agua al día”.
La OMS no respondió en un primer momento a una petición de comentarios sobre el comunicado de MSF.
En definitiva, la cifra de personas vacunadas es deja en muy mal lugar la campaña contra la enfermedad, dijo Roberts.
“Si al principio del brote hubieras dicho que ibas a vacunar a esta cantidad de personas, se daría por hecho que el brote habría terminado a estar alturas”, señaló. “Pero claramente no se vacunó a la gente adecuada”.