De los 80 escaños, ahora las mujeres ocupan 54. El martes pasado por la noche la Comisión Nacional Electoral anunció los resultados de las elecciones parlamentarias del 3 de septiembre, en las que el partido del presidente Paul Kagame arrasó con el 74% del total de votos y obtuvo 40 escaños.
En el Poder Ejecutivo, 13 de las 26 ministerios son encabezados por mujeres. Y recientemente otra mujer, la ministra de Relaciones Exteriores Louise Mushikiwab, fue elegida como presidenta de la Organización Internacional de la Francofonía, una institución similar a la Real Academia para el idioma español.
“Un mayor número de mujeres en los puestos de toma de decisiones ha llevado a una disminución de la discriminación de género y de los delitos de género”, señaló Kagame.
Desde el genocidio de 1994, donde fueron asesinados centenares de miles de hombres, que las mujeres han comenzado a ocupar mayoritariamente espacios de poder en la política. Ruanda ocupa la cuarta posición mundial, según el informe del Foro Económico Mundial que recoge la eliminación de la brecha entre sexos, encima de Canadá o Suecia.
La Constitución sancionada después genocidio, en el año 2003, establece desde su prólogo la igualdad entre hombres y mujeres. Y hay numerosas leyes igualitarias como la que establece severos castigos para la violación conyugal, la que da tres meses de licencia maternal o la de equidad de sueldo entre géneros. Además, una de las unidades del Poder Ejecutivo es el Ministerio de Género.
“No es una solución mágica, pero cuando hay más mujeres en el Parlamento, hay temas que encuentran un sitio en la agenda política y que no estarían allí sin no fuera por las mujeres” le dijo a la BBC Mundo en julio pasado Zeina Hilal, encargada del programa sobre género de la IPU.
A pesar de los avances legislativos y políticos, en la vida cotidiana la cultura sigue siendo patriarcal: las mujeres ruandesas, por ejemplo, emplean cada semana 20 horas más que los hombres en las tareas domésticas, el cuidado de los niños y el trabajo voluntario ligado a la comunidad. Entre otras cifras de la desigualdad en el ámbito privado en contraste con el público.
Según datos del Inter-Parlamentarian Union (IPU), detrás de Ruanda aparecen Cuba y Bolivia como los países con más porcentaje de parlamentarias mujeres, con el 53,22 y el 53,08 por ciento respectivamente.
Casi todos los países del mundo han crecido en igualdad de género parlamentaria desde 1997, cuando la Unión Interparlamentaria empezó a llevar registro. Sin embargo, con la tasa de crecimiento actual (entre un 0,1 y un 0,6 por ciento interanual) llevará 50 años alcanzar la paridad de género en los parlamentos del mundo.
En los Poderes Ejecutivos hay experiencias alentadoras. El gobierno de Pedro Sánchez en España cuenta con 11 ministras mujeres sobre 17 ministerios. Algo similar comenzó a suceder recientemente en Etiopía, donde además la presidenta es mujer. Liderando Estados, en este momento, solamente hay solamente 22 mujeres en el planeta, aunque en dos terceras partes de África del Este las primeras ministras son mujeres.
Ejemplos muy buenos que muestran que no hace falta el Me Too para empoderar a las mujeres.